¿Transición ecológica o transición justa?

Diferentes amigos me han preguntado si no resulta contradictorio o hasta confuso que exista la denominación de “Transición Ecológica”, ejemplificada en un Ministerio dedicado a este fin, y que al mismo tiempo la “Transición Justa” sea una secretaría clave en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. ¿No suenan ambos términos como algo separado o incluso opuesto? La respuesta es que no, lejos de ser excluyentes o antagónicos son conceptos que se complementan y se necesitan mutuamente para afrontar uno de los mayores retos de nuestra sociedad: cambiar el modelo productivo hacia un futuro sostenible sin dejar atrás a nadie.

La Transición Ecológica es un proceso amplio y urgente: adaptar nuestra economía, sociedad y sistemas energéticos para reducir el impacto ambiental, mitigar el cambio climático y preservar los recursos naturales. Consiste en impulsar el uso de energías renovables, la eficiencia energética, la conservación de la biodiversidad, la movilidad sostenible y la economía circular. Es una transformación profunda hacia un modelo que, en el fondo, busca la supervivencia y el bienestar de las próximas generaciones y la salud del planeta.

Pero este proceso de cambio puede tener impactos sociales y económicos difíciles de manejar. Ahí entra la Transición Justa, un concepto clave que tiene su propia estrategia y políticas concretas. La Transición Justa se focaliza en que la transformación ecológica no deje a nadie rezagado, especialmente a los trabajadores, territorios y sectores económicos que más pueden sufrir las consecuencias de este cambio. Por eso, busca maximizar las oportunidades de empleo que genera la economía verde, proteger las condiciones laborales, dar apoyo a la formación profesional y asegurar una redistribución equitativa de los beneficios.

En España, la Estrategia de Transición Justa incluye planes específicos para comarcas donde la transición energética puede generar dificultades, por ejemplo, en regiones cuya economía depende de sectores vinculados al uso de combustibles fósiles. Esta estrategia sigue las recomendaciones de organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo y está alineada con el Acuerdo de París. Su objetivo es que los procesos de descarbonización y modernización industrial no solo sean efectivos desde el punto de vista ecológico, sino también justos y socialmente beneficiosos para todos.

Podemos entenderlo así: la Transición Ecológica marca el camino hacia un futuro sostenible y bajo en emisiones, pero la Transición Justa garantiza que ese camino se recorra con solidaridad, equidad y cuidado social. Son, en definitiva, dos caras de una misma moneda. La transición ecológica no alcanza su pleno sentido si no es una transición también justa, inclusiva y con oportunidades reales para quienes más lo necesitan.

La lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente solo pueden y deben ir acompañadas de políticas que garanticen la justicia social, la creación de empleo de calidad y la igualdad de oportunidades

Este enfoque integral también está presente en la legislación española, como en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobada en 2021, que incluye mandatos para garantizar estrategias de Transición Justa paralelas a las políticas ecológicas. Además, la Unión Europea impulsa el Mecanismo para una Transición Justa con financiación dedicada a apoyar a regiones, empresas y trabajadores en este proceso, fortaleciendo la cohesión social y territorial en el marco del Pacto Verde Europeo.

En resumen, hablar de Transición Ecológica y Transición Justa no es hacerlo de términos separados, sino visibilizar que la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente solo pueden y deben ir acompañadas de políticas que garanticen la justicia social, la creación de empleo de calidad y la igualdad de oportunidades. Son conceptos que se complementan, que simplemente enfatizan enfoques distintos pero perfectamente alineados de un desafío común.

Así que cuando escuches sobre el Ministerio de Transición Ecológica y, al mismo tiempo, sobre la Secretaría de Transición Justa en el PSOE, piensa en que se está trabajando en equipo para configurar un futuro sostenible, moderno y, sobre todo, justo para todas las personas y territorios. Porque avanzar hacia una sociedad respetuosa con el planeta, es una tarea que debe hacerse considerando tanto la urgencia ambiental como la necesidad de justicia social. Solo así la transformación tendrá sentido, legitimidad y fuerza real para perdurar.

José González Arenas es secretario de Medioambiente del PSOE de Córdoba

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