LA INVASIÓN DE GAZA
España arrastra a la UE a abandonar su tibieza con el régimen de Netanyahu
La UE da un giro en la larga contemporización practicada con el régimen de Benjamin Netanyahu, al que sólo España, Irlanda y Bélgica se han enfrentado políticamente, mientras importantes Estados miembros como Alemania o Polonia callaban o directamente respaldaban al israelí en su guerra indiscriminada en Gaza, también en Cisjordania o Líbano, para liberar supuestamente a los rehenes capturados por Hamás en los atentados de octubre de 2023. Por el camino, más de 52.000 palestinos muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que algunos organismos elevan a 60.000, cerca de 120.000 heridos y dos millones de desplazados.
17 gobiernos reclamaron en el Consejo de Exteriores de la UE a la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, la revisión del Acuerdo de Asociación con Israel. Una medida que el Gobierno de Pedro Sánchez ya había pedido en febrero de 2024, hace más de un año. Se apoyaron en el artículo 2 de ese Acuerdo de Asociación sobre la obligatoriedad de respetar los derechos humanos. Así lo confirmó Kallas tras el encuentro con los ministros, asegurando que “una amplia mayoría de los Estados Miembros” lo había pedido y que, por tanto, “se va a poner en marcha este ejercicio” de revisión. España fue uno de los países que más empujó a favor.
La Unión Europea revisará sus relaciones con Israel ante la “catastrófica” situación humanitaria de Gaza, que sufre once semanas de bloqueo y la interminable invasión militar de Tel Aviv, vulnerando cualquier límite en las normas de la guerra. Pero el gobierno español va más allá y demanda en Bruselas una postura más firme de los 27.
España exige sanciones a Israel
Junto a Irlanda, Luxemburgo y Eslovenia, España envió una carta a Kaja Kallas previa a la reunión de los ministros de Exteriores denunciando que Israel practica “el sistemático golpeo de los actores humanitarios y los edificios protegidos, impidiendo las operaciones del sistema de Naciones Unidas en Gaza” e “ignorando descaradamente y sin consideración” los más básicos principios humanitarios.
Como ha podido comprobar infoLibre, España y los otros tres socios europeos pidieron “una acción concreta y significativa” de los 27 siguiendo los principios del Acuerdo de Asociación con Israel ya que a su juicio existe “una urgencia especial de que la UE reaccione”. Iban más allá, reprochando inacción por parte de la Alta Representante Exterior ya que “nos gustaría destacar de forma clara que realizar una revisión sobre el cumplimiento por parte de nuestros socios de sus obligaciones recogidas en nuestros acuerdos bilaterales no requiere el consenso del Consejo, sino que es la obligación y responsabilidad del Servicio Exterior y de la Comisión”.
La presión sobre Kallas era insoportable porque Países Bajos también pidió por carta la revisión del Acuerdo de Asociación. “La situación en Gaza nos obliga a dar un paso adelante”, escribió el nuevo ministro de Exteriores neerlandés, Caspar Veldkamp. Además de criticar las operaciones militares en Gaza, Siria o Cisjordania, Veldkamp denunció el bloqueo humanitario de la Franja, que “no parece compatible con los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad e independencia y no permitiría una distribución incondicional y sin trabas de la ayuda a la gente que la necesita”. Dentro del Consejo, el ministro José Manuel Albares instó a que la UE fuese “más allá de las palabras” incluso con “la suspensión del acuerdo o sanciones a Israel”, según fuentes oficiales de Exteriores.
El gobierno de Pedro Sánchez es, desde que la respuesta militar de Netanyahu a los atentados de Hamas quebró cualquier proporcionalidad, el mayor crítico en la UE ante la vulneración de los derechos humanos y la falta de respeto al Derecho Internacional de la guerra. En febrero de 2024 junto al irlandés ya había pedido a la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, adoptar la medida aceptada ahora por Kallas. Entonces, Josep Borrell era el Alto Representante Exterior y España se apoyaba en él para presionar en Bruselas.
Poco después, hace justo un año, España o Irlanda apostaron por reconocer a Palestina como Estado, con el objetivo de sentar las bases europeas ante unas futuras negociaciones de paz y forzar al resto de socios comunitarios a posicionarse. Alemania, Hungría, Polonia o Austria frenaron entonces la extensión de ese movimiento al conjunto de la Unión.
Isaías Barreñada, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense, explica a infoLibre que “España es un caso un poco sui géneris y excepcional” dentro de la UE, yendo más allá que socios como Irlanda o Bélgica y que “así lo perciben los países árabes en general”. Aunque el reconocimiento de Palestina tuvo “un efecto arrastre limitado” y “en sí mismo no cambiaba las cosas”, lamenta Barreñada, “era una posición coherente y sólida”. La decisión del Gobierno fue, según el profesor de Relaciones Internacionales, “más de Presidencia que de Exteriores”.
Pedro Sánchez versus Netanyahu
Mientras líderes como Von der Leyen, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, o el excanciller alemánn Olaf Scholz visitaron Tel Aviv y mostraron su pleno apoyo al gobierno de Benjamin Netanyahu, el presidente Pedro Sánchez no realizó un viaje semejante y el pasado 14 de mayo, en el Congreso de los Diputados, calificó a Israel como “Estado genocida”. Son declaraciones que le han convertido en el blanco recurrente de las críticas israelíes, igual que Tel Aviv acusó a España en un vídeo de ser cómplice de Hamas y premiar el terrorismo.
Sánchez acaba de participar en Bagdad en una Cumbre de la Liga Árabe en la que exigió “acabar con la catástrofe humanitaria en Gaza” y anunció que España “va a impulsar una propuesta ante la Asamblea de las Naciones Unidas para que la Corte Internacional de Justicia” se pronuncie sobre la legalidad internacional de las operaciones militares de Israel y las prácticas de su Ejército.
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Pese a estos movimientos, el profesor de Relaciones Internacionales, Isaías Barreñada, cree que el reconocimiento de Palestina “no se ha explotado a fondo” y que el Gobierno ha dado “un paso a medias” porque tampoco profundiza las relaciones políticas y administrativas con la Autoridad Palestina al tiempo que “no se ha atrevido” a endurecer las medidas de boicot contra Israel, por ejemplo con el cierre del Instituto Cervantes o la reducción de la presencia en Tel Aviv.
En Bruselas, eurodiputados muy cercanos a Pedro Sánchez, como Iratxe García, jefa del S&D en la Eurocámara, el grupo socialista y demócrata, siguen la política de duras y abiertas críticas a Israel. García considera que el cerco a la Franja de Gaza es “una forma de exterminio y limpieza étnica” y que la revisión del Acuerdo con Israel adoptada por los ministros de Exteriores “no es suficiente”. “Debería haberse adoptado hace tiempo, ahora es el momento de la suspensión y de imponer un embargo total de armas”.
Mientras en Bruselas arrecian las críticas del socialismo español contra el gobierno de Netanyahu y paulatinamente se abren paso las medidas planteadas hace más de un año por el Gobierno, la voz más autorizada de la UE, Úrsula von der Leyen, guarda silencio sobre el Acuerdo de Asociación con Israel, el hecho de que Hungría haya abandonado la Corte Penal Internacional para eludir la orden de arresto sobre Netanyahu o el bloqueo de Gaza desde hace once semanas.