PLATAFORMAS DE 'STREAMING'
La última jugada de Netflix o cómo limita su oferta para que el usuario vea anuncios o pague un 40% más
Netflix lo tenía claro. Tras su apuesta por los anuncios en octubre de 2022, el plan básico, el más barato sin anuncios, tenía los días contados. Las alarmas saltaron en verano de 2023: la plataforma comenzó a no permitir contratar esta tarifa a los nuevos suscriptores en Canadá. La medida se extendió al resto de países en otoño de ese mismo año y la compañía dejó claro en una carta a los inversores en enero de 2024 que querían "retirar" esta oferta que en España costaba 9,99 euros mensuales tras la subida producida en octubre de 2024. Pero al mantener la opción para los antiguos usuarios, existía la expectativa de que se mantuviese de forma residual. Sin embargo, la decisión de la empresa californiana estaba tomada.
Y aprovechando el calor del verano, dos años después de comenzar a sonar la música, a finales de julio Netflix comenzó a avisar a los subscriptores que su "plan básico dejará de estar disponible". Las opciones son o pasarse a la oferta con anuncios o pagar 13,99 euros por el estándar.
"El hecho de que Netflix obligue al usuario a elegir entre anuncios o un mayor precio implica un menoscabo importante en la capacidad de elección de los consumidores", reconoce Sara Muñoz Santos, economista y experta en consumo. "Lo que busca es aumentar la base de usuarios del plan con anuncios para lograr una mayor cobertura y ser más competitivo con los anunciantes", explica Elena Neira, profesora de Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya.
Así, en el correo enviado a los usuarios que conservaban aún esta tarifa les avisa que su "nuevo plan estándar por 13,99 euros" comenzaría automáticamente a partir de su fecha de facturación de septiembre. Una subida que se aplicará si el usuario no hace nada y que, tal y como calcula la OCU, representa cuatro euros más al mes, 48 euros al año. Es decir, un 40% más que hasta ahora. "Desde la perspectiva de las principales organizaciones de consumidores, podría tratarse de una maniobra que encarece el acceso sin mejorar el servicio y que se traduce en un considerable perjuicio para el consumidor", señala Muñoz Santos.
¿Netflix o cualquier otra plataforma pueden modificar libremente sus tarifas? Sí. ¿Es legal? También. Pero, ¿es una estrategia cuestionable? "Sin ningún atisbo de duda, el hecho de eliminar los planes intermedios sin publicidad deja a los usuarios con solo dos opciones extremas", asegura esta economista.
Para Muñoz Santos, esta estrategia también podría considerarse como "una forma de presión comercial que rema a favor únicamente de los beneficios de Netflix y a costa de restringir derechos y alternativas a sus usuarios". Además, esta experta apunta a la necesidad de "incrementar el control regulatorio sobre las condiciones y precios de los servicios digitales": "Hay un vacío legal importante que favorece a las grandes plataformas y actúa en perjuicio del consumidor. Es un mercado prácticamente oligopolístico".
Pagar menos, pero viendo anuncios
Porque, si los suscriptores no quieren pagar más, tienen la opción de migrar, aunque el propio usuario tendrá que dedicar tiempo a este cambio, al plan estándar con anuncios por 6,99 al mes. Esto supone tres euros menos, pero arrastra dos lastres.
Por un lado, evidentemente, consumir las series o películas de Netflix con publicidad. En concreto, la plataforma explica que solo se ven "unos pocos anuncios breves por hora" y "antes y durante" en "las pausas naturales del argumento, para no interrumpir ninguna escena importante".
No obstante, la publicidad no parece ser un problema. Según datos del barómetro OTT de GECA (noviembre-enero de 2025) sobre el seguimiento del mercado, más del 70% de las personas que tienen contratados un plan con anuncios no consideran intrusiva la publicidad en las plataformas. Los cifras recogidos por Deadline del informe de Antenna sobre la industria en EEUU en mayo de este año, señalan que las opciones con publicidad ya representan el 46% de las suscripciones de streaming en aquellas plataformas que ofrecen ambas opciones, con y sin anuncios. Por su parte, Netflix anunció la pasada primavera que su servicio con publicidad alcanzó los 94 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo.
Aunque Netflix no ofrece cifras detalladas de sus usuarios, según los datos del barómetro OTT de GECA (24º oleada) de mayo de 2025, el uso del plan con anuncios en España ya es del 47,1%. No obstante, cuatro de cada diez prefieren el modelo sin publicidad aunque sea más caro porque los anuncios molestan (un 43,3%), porque no es tan barato para justificar la publicidad (un 20,5%), o porque tiene miedo a que la cantidad de anuncios vaya en aumento en un futuro (un 11%).
El gran problema de los anuncios en Netflix: no está todo el catálogo
El otro problema del plan con anuncios es que no todo el catálogo está disponible. Según detalla Netflix, "la gran mayoría de nuestras series y películas están disponibles" en esta tarifa aunque "ciertos títulos no lo están debido a restricciones de licencias" y que el usuario descubrirá al encontrarse con un "icono de un candado al buscarlos o al explorar" la plataforma.
Preguntados por infoLibre de qué títulos se trata o qué porcentaje abarca esta restricción, la compañía no lo aclara. Según cifras del blog What's on Netflix, en EEUU representa actualmente el 1,81% del catálogo total y la gran mayoría son películas. Según publicó Variety en 2024, entre las series se encuentran títulos tan populares como House of Cards o The Walking Dead.
Netflix es la plataforma más cara sin anuncios y Prime Video, la más barata
La desaparición del plan básico tiene además dos consecuencias más si se compara con el resto de plataformas de streaming. Por un lado, Netflix reduce su oferta en España a tres opciones. Si bien es cierto que esto no cambia mucho para los nuevos usuarios que solo podían elegir entre tres opciones desde 2024. Aunque abre el camino a que la competencia limite su abanico de tarifas: mientras Apple TV solo cuenta con una, HBO Max tiene hasta siete entre mensuales y anuales.
Y, por otro, que Netflix se corona, tras la subida de precios de octubre de 2024 y al suprimir definitivamente su tarifa más económica sin anuncios, como la plataforma con los planes más caros si el suscriptor no quiere consumir publicidad. El estándar cuesta actualmente 13,99 euros, mientras que el premium se eleva hasta los 19,99. "Puede que los precios no sean los más competitivos pero tiene cintura gracias a su posicionamiento: es la líder del mercado, el hogar de grandes fenómenos culturales y su volumen de estrenos no tiene competencia", reconoce Elena Neira.
Partiendo de la base de que Netflix no tiene opción de planes anuales, la opción de streaming más barata sin anuncios de forma mensual es Prime Video por 4,99 euros. Le sigue SkyShowtime, con una tarifa de 7,99; y después Apple TV+ (aunque en EEUU va a subir en septiembre sus precios hasta los 12,99 dólares abriendo la puerta a que lo haga en breve en España), Disney+, Filmin y Movistar+ (en la opción para cualquier operador) con precios de 9,99. La que más se acerca a los costes actuales de la compañía de Los Gatos es la recién rebautizada HBO Max que tiene una sin publicidad por 10,99, tres euros más barata.
Además, si se contrastan los precios de las tarifas con anuncios, el servicio californiano tampoco sale bien parado. SkyShowtime es la que ofrece el plan más económico con un precio de 4,99 euros. Le sigue Disney+ con 5,99 y Amazon Prime Video con 6,98. Netflix empata en esta comparativa con HBO Max con una oferta con publicidad de 6,99.
Sin embargo, a pesar de sus precios, Netflix mantiene su liderazgo en España. Según datos de JustWatch del segundo trimestre de 2025 de las cuotas de mercado de estas plataformas, los californianos ocupan el primer lugar con un 23%, mientras que Prime Video conserva la segunda plaza, le sigue Disney+ en tercer lugar y HBO Max va en cuarta posición.
Las resuscripciones: un usuario descontento es un usuario menos fiel
Lo que está claro es que con la supresión definitiva del plan básico, Netflix consolida su apuesta por la publicidad en un contexto marcado por la streamflación —la inflación del streaming— y el fin de las cuentas compartidas. Esta escalada de los precios en un contexto como el actual, con los precios de la cesta de la compra y los suministros básicos disparados, está comenzando a pasarle factura a estos servicios, mucho más prescindible para los usuarios que renunciar a, por ejemplo, las visitas al supermercado.
"Lo que dicen los estudios es que en los planes con anuncios el engagement es más débil porque se ven menos horas y, por tanto, sí que podría favorecer la fuga de usuarios hacia la competencia/otras modalidades de consumo", argumenta Elena Neira. No obstante, más que prescindir de todos estos servicios, el usuario juega a ir rotando. Es decir, va cambiando de plataforma que paga en función de los estrenos.
Es lo que se conoce ya como resuscripciones, es decir, aquellas personas que cancelan su subscripción vuelven a contratarla unos meses después. "Este tipo de decisiones estratégicas por parte de Netflix puede tener un efecto contraproducente en la fidelidad del usuario, especialmente si no percibe el usuario una mejora clara en el servicio. Un usuario descontento es un usuario menos fiel", apunta Muñoz Santos.
Según un informe publicado en 2024 por la consultora Antenna, el 30% de las adiciones brutas a los datos de estas plataformas en 2023 fueron usuarios que se volvían a suscribir. Así, el 10% de quienes se dan de baja vuelven al mes siguiente, el 23% tarda menos de tres meses, el 37% lo hace en menos de nueve meses y el 41% espera al año.
El regreso de la piratería
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Estas cancelaciones de suscripciones por la subida de precios tiene otro efecto directo: la vuelta de la piratería. "Cuando los servicios de streaming, elevan precios de forma considerable o reducen alternativas económicamente asequibles, parte del público reacciona buscando otras opciones y la piratería siempre ha estado vinculada a ello, a esa falta de acceso, bien sea por coste, por una restricción geográfica o por barreras tecnológicas", sostiene Muñoz Santos.
Según el barómetro OTT de GECA sobre las audiencias de las plataformas en España de diciembre de 2023, el uso de métodos piratas para consumir contenidos audiovisuales vuelve a ser un fenómeno "al alza". Así, casi el 45% reconoce usar esta vía. Por edades, el sesgo está muy marcado: según destaca esta encuesta, el 75% de los usuarios de 18 a 24 años declaran recurrir a la piratería.
Así, al final, la promesa original del streaming, es decir, contenidos a demanda, asequibles y sin interrupciones, se diluye. Y además, Netflix abre la puerta a una era en la que contar con contenidos sin anuncios se convierta en un lujo al alcance de cada vez menos bolsillos.