¿Son muy altas las pensiones de los 'boomers'? El 60% de los jubilados gallegos recibe menos de 15.000 euros al año
En los últimos meses ha ido ganando intensidad un debate, alimentado por artículos periodísticos, publicaciones en redes sociales e incluso libros, que pone el foco en un supuesto exceso de bienestar material del que disfrutarían las generaciones de mayor edad, frente a los obstáculos que sufren las generaciones más jóvenes, motivados principalmente por la dificultad de acceso a la vivienda. Este debate, impulsado sobre todo por Vox y los sectores más afines a esta formación de ultraderecha, alerta sobre una presunta insostenibilidad del sistema público de pensiones y alienta un enfrentamiento entre generaciones, al tiempo que fomenta el crecimiento de los planes privados de pensiones.
Ha cobrado intensidad un debate centrado en el supuesto exceso de bienestar de las generaciones mayores, frente a los obstáculos que enfrentan los jóvenes
"La generación del baby boom es la primera que vive mejor que sus hijos", leemos con frecuencia. Esta afirmación, muy subjetiva y difícil de contrastar al depender de múltiples factores —entre los que la crisis de acceso a la vivienda es clave—, suele simplificarse en “los boomers cobran pensiones excesivas”. La simplificación comienza en el propio término boomer, que en el Estado español se aplica a las personas nacidas entre 1958 y 1975, en su mayoría aún en edad activa (en Estados Unidos, en cambio, abarca a los nacidos entre 1946 y 1964). Y se extiende a una visión reduccionista del colectivo de pensionistas, olvidando brechas de género y de clase.
Como siempre, ya que “el dato mata al relato”, lo mejor es acudir a las cifras. ¿Cómo son las pensiones en Galicia? ¿De verdad viven tan bien los jubilados y jubiladas? La pensión media de jubilación se situó el año pasado en los 1.240 euros brutos al mes, una cifra que baja hasta los 969 euros mensuales en el caso de las mujeres, y hasta 765 euros si hablamos de pensiones de viudedad. Unos valores, cabe recordar, muy por debajo de la media española (la pensión media de jubilación rondaba el año pasado los 1.441 euros mensuales).
La pensión media de jubilación se situó en 1.240 euros brutos mensuales el año pasado, cifra que se reduce a 969 euros mensuales en el caso de las mujeres y a 871 euros para los pensionistas mayores de 85 años (668 euros si son mujeres)
Las cifras también varían mucho al analizar los datos en función de la edad de las personas beneficiarias. La pensión media de los jubilados y jubiladas gallegos entre 65 y 69 años se sitúa en 1.436 euros al mes (1.256 euros en el caso de las mujeres), debido al incremento que en los últimos años están registrando las cuantías percibidas por las personas que acceden a la jubilación. Sin embargo, el importe medio desciende hasta los 1.069 euros en los jubilados y jubiladas de entre 80 y 84 años (779 euros mensuales para las mujeres) y baja hasta los 871 euros para los y las pensionistas de más de 85 años (668 euros si son mujeres).
El 30,4% de las pensiones (35,5% en el caso de las mujeres) no alcanzan el nivel de la Pensión Mínima Interprofesional (PMI), fijada en 10.406 euros anuales
¿Cuánto cobran, entonces, los y las pensionistas gallegas cada año? Si acudimos a los datos fiscales que publica la Agencia Tributaria, vemos que la mayoría de las pensiones gallegas no superan los 15.000 euros brutos anuales, cifras muy alejadas de un supuesto exceso o trato de favor. Los valores, que tienen en cuenta todo tipo de pensiones —jubilación, viudedad, incapacidad permanente, orfandad...— y todos los grupos de edad, muestran que el 30,4% de las pensiones (el 35,5% en el caso de las mujeres) no alcanzan el nivel del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), fijado en 10.406 euros al año.
Y vemos, igualmente, cómo el 62,5% de las pensiones no supera los 15.609 euros anuales, un porcentaje que se eleva hasta el 73% en el caso de las mujeres. Solo el 25% de las pensiones cobradas en Galicia superan los 21.000 euros anuales, un porcentaje mayor entre los hombres (34,2%) pero que desciende al 17,6% en el caso de las mujeres.
Lo que sí es cierto es que el importe medio de las pensiones de jubilación en Galicia lleva años experimentando un ascenso constante, superior al que han tenido, por ejemplo, los salarios, especialmente en la primera mitad de la pasada década, cuando los sueldos permanecieron congelados. La pensión media de jubilación pasó de 674 euros en el año 2008 a 1.240 euros en la actualidad, prácticamente duplicando su cuantía en 17 años (+84%). Porcentualmente, el incremento fue incluso mayor en el caso de las mujeres (+91%) que en el de los hombres (+80,7%).
Este aumento se debe en parte a un incremento en las cuantías de las nuevas altas, es decir, en las pensiones que empezaron a cobrar los trabajadores y trabajadoras que se jubilaron en las últimas dos décadas, con bases de cotización mucho más altas que las de quienes se jubilaron en años anteriores, especialmente en el caso de las mujeres. Es difícil entender que esto pueda verse como algo negativo.
En las críticas que se pueden leer estos días sobre un supuesto exceso en las pensiones cobradas por los jubilados y jubiladas, suele compararse su cuantía con los salarios que cobran los menores de 35 años, jóvenes que acaban de incorporarse al mercado laboral y que sufren un importante nivel de precariedad. Una precariedad que, a veces, parece que se desee ver extendida también a las pensiones de las personas de mayor edad.
Es cierto que la estabilidad otorgada a las pensiones de jubilación y su aumento progresivo han provocado una reducción significativa del porcentaje de la población mayor de 65 años en riesgo de pobreza
Cabe recordar, en cualquier caso, que el salario medio en Galicia se sitúa (dato de 2023, el último disponible) en 1.806 euros brutos mensuales. Y que el salario medio mensual de los trabajadores y trabajadoras entre 25 y 34 años ronda los 1.434 euros, claramente por encima hace dos años de la pensión media (1.174 euros) y ligeramente superior a la cuantía de las nuevas altas (1.302 euros).
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Es cierto, eso sí, que la estabilidad conferida a las pensiones de jubilación y su progresivo incremento han hecho que, por ejemplo, descendiese de forma muy importante el porcentaje de población mayor de 65 años que vive en riesgo de pobreza, del 21% en 2007 al 10% en la actualidad. Y que, en cambio, se haya mantenido estable el peso de la población joven que sufre esta situación de pobreza o exclusión social, que afecta principalmente a familias con menores a cargo y monoparentales.
El énfasis en un choque generacional (y el ataque al sistema público de pensiones) intenta ocultar otros enfoques en los que la clase es más importante
La precariedad laboral, la pérdida de poder adquisitivo de muchos salarios y, sobre todo, las dificultades de acceso a una vivienda digna —especialmente motivadas por la escalada del precio de los alquileres— son las principales causas.
En una nueva guerra del último contra el penúltimo, el énfasis en un enfrentamiento generacional (y el ataque al sistema público de pensiones) está intentando ocultar otras perspectivas en las que la clase social tiene mucho más peso.