Javier Ruiz: "Un país se empobrece cuando hay un oligopolio televisivo y en España lo hay, es indiscutible"

El periodista Javier Ruiz (Valencia, 1973) se ha convertido en uno de los principales referentes de la televisión en España esta temporada. Su programa, Mañaneros 360, en La1 de Televisión Española, lidera cada mañana los índices de audiencia en una banda en la que ha de competir con apuestas que estaban consolidadas desde hace años. Tiene claro que el éxito de su programa ha generado una campaña de “críticas sincronizadas”, promovidas desde diferentes sectores absolutamente coordinados. Acostumbrado a esos ataques recurrentes, tiene clara su posición: “No llevo mal la crítica, pero sí llevo mal la malicia en la crítica”.

'Mañaneros'

“Yo creo que mi propósito en Televisión Española es el de toda mi carrera: uno, ser fiable y, dos, ser fiel. Fiable a la realidad y fiel a los datos. Desconfío de todas las tertulias en las que sabes lo que van a decir antes de que empiecen a hablar. Yo quiero ser fiel a un punto de vista. Tengo una posición ideológica, no me avergüenza. Tengo una actitud ante la vida de la que no me escondo. Pero a mí me gusta ser fiable y ser fiel a los datos. Hay ocasiones en las que los datos contradicen tus prejuicios. Así que mi intención es ser fiel a la realidad y ser fiable. Cuando cuento la realidad, puedo equivocarme, pero no miento. No hago lo que hacen tertulianos o activistas o sicarios en la derecha, que es mentir intencionadamente. Yo puedo cometer errores, pero no voy a cometer atropellos”.

Ataques en tromba 

“La verdad es que me sorprenden. No por los ataques en sí, siempre los he vivido, a lo largo de toda la carrera, y han sido incluso más peligrosos los que he recibido antes que los que recibo ahora: muchos venían del poder económico cuando hacía economía. A mí no me asusta ni me impresiona el ataque político, pero sí me sorprende su sincronización, porque se produce a la vez desde terminales políticas, desde terminales mediáticas que tú creías que eran independientes, creías que eran medios de comunicación y resulta que no, que son brazos políticos que siguen, exactamente y palabra por palabra, lo que antes le has oído a Vox o al Partido Popular. Y luego me sorprende enormemente la sincronización con algunas redes. De repente ves a activistas que dicen que representan la libertad y gente que reclama para sí misma la independencia, y que están repitiendo, en un nivel de dependencia vergonzoso y palabra por palabra, lo que les han dictado que digan”.

Malicia organizada

“No llevo mal la crítica, pero sí llevo mal la malicia en la crítica. Creo que hay mucha gente que no está criticando porque esté en desacuerdo. Está criticando porque le han dictado esa crítica, porque le han dicho que hay que criticar, porque le han dicho que somos un fenómeno inesperado en el panorama televisivo. Nadie creía que esto iba a pasar y de repente somos un fenómeno a derribar, no sea que cambie el discurso y pase de estar donde ellos querían adonde estamos colocándolo nosotros. Para mí es mucho más importante explicar qué está pasando con la sanidad o con la educación que con la ocupación. La ocupación en términos de número es el 0,0007%. La sanidad afecta al 100% de los españoles. Así que no me escandaliza la crítica. Sí me escandaliza la sincronización en la crítica en la que, de repente, un partido, dos televisiones, dos presentadores y siete activistas de lo ultra, todos ellos coincidan en la misma frase, en la misma crítica, en el mismo momento”.

Contra la competencia

“Se supone que la competencia es buena en todo. ¿Por qué no es buena en la libertad de expresión? ¿Por qué no es buena en el periodismo? ¿Por qué en la televisión tiene que haber solo dos jugadores, Mediaset y Atresmedia? Dos señores deciden todo el paisaje televisivo en este país. Dos. Dos personas mueven el 85% del negocio y del volumen publicitario de este país. El oligopolio informativo es algo que daña a la democracia, que nos daña a todos. No entiendo que bajemos la cabeza ante esto, no lo puedo entender. Así que el paisaje televisivo me preocupa, porque hay muchos canales, pero solo hay dos dueños. Y si en un país solo hubiera dos bancos, las hipotecas serían mucho más caras. Si solo hubiera dos gasolineras, las facturas del coche serían mucho más altas. En España en realidad hay sólo dos empresas televisivas. La factura democrática es la que es cuando solo hay dos discursos, dos medios, cuando solo hay dos dueños de la televisión. Controlar la televisión entre dos es más fácil que si hay 12 o 17. A mí me preocupa la falta de competencia y de pluralismo en la televisión”.

TVE crece en audiencia

“Ha habido un oligopolio en este país que se ha repartido la publicidad primero y la audiencia después y, de repente, el servicio público le está quitando las dos cosas. Está quitando audiencia y está quitando dinero. Porque recordemos cómo funciona esto. La publicidad de las privadas va a esto que se llama el GRP, al impacto por espectador. Si hay menos espectadores, hay menos ingresos, con lo cual estás haciendo daño en su audiencia y, sobre todo, en su balance contable. Esta es la protesta contra TVE. Esta es la crítica contra Televisión Española. No les preocupa solo que están perdiendo audiencia. Les preocupa, sobre todo, que están perdiendo dinero. Creo que es antinatural el sistema de televisión que hemos tenido hasta ahora. Esto de que solo haya dos jugadores, de que solo dos dueños se repartan la tarta publicitaria entera y la de audiencias. También es antinatural que la televisión pública tenga que ser marginal y que el resto de la televisión no exista. Sinceramente, creo que un país se empobrece cuando hay un oligopolio televisivo y en España lo hay, es indiscutible. Y la competencia es buena en la banca, es buena en las eléctricas, es buena en los combustibles. Creo en la competencia desde lo público y desde lo privado. Yo creo en la competencia. No creo en el oligopolio de la televisión”.

Crecimiento económico en España  

“El crecimiento económico tiene dos explicaciones y las dos parecen ideológicas, pero son solamente económicas. La primera es una energía muy barata. España ha atraído industria porque teníamos una factura de la luz barata. Las renovables han atraído aquí a empresas que consumen mucho y que quieren pagar poco. Esto parece ideológico. No lo es. Las renovables son más baratas que el carbón y que el gas, y eso ha atraído mucha inversión en España. Y quienes pelean en terreno ideológico no se están dando cuenta de que cometen un suicidio económico. Esta es la primera clave, la energía. La segunda clave es la inmigración. Y de nuevo, hay una pelea ideológica pensando que hay que criminalizar la inmigración. La inmigración es el segundo motor de nuestra economía. Quienes quieren eliminar la inmigración están recetando un suicidio económico al país. Están recetando no menos inmigración, sino más recesión. Esta es la parte que no te cuentan y se debate esto como una cuestión ideológica, cuando la inmigración ha sido positiva en términos económicos. Decir que toda esta gente es deportable es decirle a la economía que esto es hundible y a las familias ocultarles que cuando todo eso pase, cuando se expulse a esos inmigrantes, a su hijo lo van a mandar al paro”. 

El problema de la vivienda

“El problema de la vivienda no lo puede solucionar nadie de forma aislada. Creo que la vivienda requiere de un esfuerzo de país. Este es un enorme problema que tiene muy difícil solución si uno mira solo al Ministerio, a la construcción, a las agencias inmobiliarias o a los inquilinos. Yo creo que esto requiere un pacto de Estado, requiere un acuerdo de país en el que no puede primar que tú quieras derribar al Gobierno sobre que tengamos que solucionar una urgencia. Hace falta regulación, favorecer la construcción, control de las rentas y una fiscalidad que penalice la acumulación de viviendas. Si no ponemos una fiscalidad que penalice la acumulación de viviendas, vamos hacia un monopolio inmobiliario, hacia alguien que se queda con todo. De nuevo, los oligopolios no son buenos. Si no lo son en la televisión, tampoco lo son en la vivienda. Por cierto, no va a ser una solución rápida. Construir una vivienda requiere tiempo. Construir una solución para todas las casas, también”.

El gasto en defensa

“Aumentar el gasto en defensa un 5%, tal y como exige Donald Trump, es un gran negocio... para Donald Trump, para él. Primero, porque el volumen de gasto que se nos exige es tal que el único proveedor disponible ahí fuera es Trump. ¿Qué supone para España cumplir sus peticiones? Un gran negocio para Donald Trump. ¿Qué supone para nosotros de puertas adentro? Supone un sacrificio monstruoso del estado del bienestar. Si tienes que gastar un 5% en defensa, acabas de cargarte ese estado del bienestar. Significa que tienes que recortar en sanidad, en educación, en dependencia, en servicios como el paro, en pensiones. No se puede conseguir ese nivel de gasto y ahorrar. Los economistas dicen que la economía es escoger entre tanques o mantequilla. Si solo escogemos tanques, no hay para mantequilla”.

Auge de la ultraderecha

“Debato conmigo mismo sobre qué hacer con la ultraderecha, si hay que contarlo –porque cuando lo contamos damos eco a lo que hacen– o si hay que callarlo porque no conviene. Tengo dos experiencias prácticas que me llevan a una conclusión. La primera es que hemos probado a no contarlo y Alvise es eurodiputado, con lo cual creo que hay que contarlo, porque solo desenmascarándolo puedes evitarlo. Lo hemos callado y silenciosamente ha habido una violencia en este país que lleva más de 200 sedes del Partido Socialista atacadas, que ha llevado a atacar a periodistas. No nos ha servido el silencio porque esto ha seguido creciendo. Así que, con esas dos experiencias, tengo una conclusión: la mejor forma de terminar con las cucarachas es la luz y la lejía. Así que yo soy muy partidario de dar luz –es decir, cobertura informativa– y lejía –valores democráticos– a quienes nos los pelean, a quienes nos los intentan arrebatar. Todos estos activistas que se dedican a atacar a la prensa no son prensa. No somos iguales, no hacemos lo mismo. La gente que miente a sueldo, esa gente es sicaria, esa gente no es periodista”.  

El periodismo en la actualidad 

“En el periodismo actual hay dos complejos y debemos quitárnoslos los dos. El primero es el de la equidistancia. Hay quien dice que la Tierra es plana y quien dice que la Tierra es redonda. Lo cierto es que hay quien dice la verdad y quien dice la mentira. Ese complejo de la equidistancia hay que quitárselo. Hay quien dice la verdad y hay quien miente ahí fuera. El segundo es el de la excesiva complejidad. Todo es complicado. Lo ha sido siempre, pero nuestro trabajo es conocer, comprender y comunicar. Esto yo lo aprendí en una escuela de periodismo como [fue trabajar con] Iñaki Gabilondo. Conocer, comprender y comunicar. Creo que este es nuestro trabajo. La vida es muy compleja, pero si tú te informas, comprendes y, si después de haberte informado y comprendido, informas, se puede hacer el trabajo periodístico. Quienes se disfrazan en la equidistancia o en el lenguaje técnico, en la complejidad, no están haciendo periodismo. Esa gente está haciendo otras cosas, a veces complicidad, a veces desinformación, a veces un mal trabajo simplemente”. 

Duración de la legislatura 

“No soy amigo de hacer apuestas políticas porque suele ser fácil perderlas. Todos los que decían que Sánchez no llegaba a la primavera han visto cómo llegaba al otoño y al invierno, y todavía no han pedido disculpas por aquello. No soy capaz de adivinar qué hay en la cabeza de cada uno de los líderes políticos, me gustaría que hubiera algo más que su propio interés. Que lo que hubiera fuera el nuestro. Yo creo que la situación económica y la situación en general ahora mismo es de un crecimiento bastante potente. Sinceramente, no jugaría a la inestabilidad. Dicho esto, no tengo ningún afán ni de que siga ni de que caiga el Gobierno. Así que, incapaz de predecir, pero muy seguro de desear el bien para el país y no una confrontación y una inestabilidad que llegue a la calle y que puede acabar muy mal si seguimos así”.

Sánchez, ante las comisiones de investigación 

"Se hacen muchas cosas para que Sánchez y el Gobierno salgan perjudicados, más que para buscar la verdad. Estamos entrando en una política bastarda, en la que a una comisión de investigación lo último que le interesa es investigar. Lo que le interesa es la erosión: la erosión del presidente, del Gobierno, del rival. Y creo que ese tipo de juegos probablemente erosionan a Sánchez, pero dañan sobre todo la política. En este caso, al Senado, porque se empieza a parecer mucho a una Cámara de partido, donde un partido tiene poder suficiente como para imponer su ley. Entiendo que las mayorías son las que son y que el Partido Popular tiene legítimo derecho a utilizarlas, pero cuando uno crea comisiones de investigación para la erosión, cuando uno no busca la verdad, sino el daño, el daño se inflige al contrario, pero también a uno mismo. Estamos empezando a entrar en una democracia en la que lo único que se busca es que caiga el rival. No que suba el país, que caiga el presidente. No que crezca la economía o la nación. A mí me preocupa esto. Así que mi pronóstico de esa comisión es que no sé quién va a ser el ganador, pero tengo muy claro quién va a ser el perdedor. Todos.

La oposición del PP

“No puede ser que todo esté mal. Todo lo que presenta el Gobierno, todo lo que haga Sánchez, todo esté mal. Hasta los relojes parados dan la hora bien dos veces al día. En algún momento hay que llegar a algún pacto de Estado. El PP está más en derribar a Sánchez que en levantar España. Está más preocupado en que caiga el Gobierno que en que suba el país. Y creo que eso es un problema. Tiene un segundo problema y es que hay un cierto complejo de Vox. Cuando tú tienes que ser más macarra que el macarra, o impostas muy bien o se te ve el cartón. Creo que una oposición razonable, legítima, sería mucho más efectiva que este confrontar con todo. Del Partido Popular espero, deseo y quiero –porque tarde o temprano va a ser Gobierno– altura de Estado, no bajura de partido. Los que incendian la violencia política creen que cuando ellos lleguen al poder se va a apagar, que los incendios y las llamas se terminan cuando uno se sienta en el sillón de La Moncloa. Me preocupa mucho lo que se está haciendo, porque creo que a corto plazo es muy de estómago; y a largo plazo, muy peligroso. Se están incendiando unas calles que luego no se van a poder apagar fácilmente. Me preocupa mucho”.

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