Por la justicia debida y ocultada

Victorio Martínez Armero

Por la dignidad de las personas de aquella inhumana época donde el miedo lo sentíamos a diario, la prueba era el temor: no hables, no opines, no digas nada, junto con la mentira, la manipulación y el yugo de la injusticia y la arbitrariedad que reinó en nuestra patria, tantos años, nadie de la judicatura, jueces, fiscales, magistrados se declararon en huelga o en manifestación reivindicando democracia, y tampoco utilizaban los atriles judiciales para decirle a Francisco Franco que la dictadura mataba y que en España no había democracia, había hambre, mucha hambre y terror, que la élites clasistas del franquismo  no sufrieron.  

El Poder Judicial español debería reconciliarse con las familias de los torturados y asesinados por la dictadura franquista por dejarles sin justicia y sin garantías judiciales el proceso ante los tribunales manipulados. Sobre todo, esa minoría españolista de la judicatura que sigue conspirando contra el Gobierno de España y contra la democracia  española. Trabajen sin arbitrariedades que la Constitución española prohíbe, dejen de  hacer política y de ocultarse en la oscuridad y el anonimato de las redes sociales, pónganse a trabajar por la justicia española y presten un servicio público adecuado como servidores públicos. Su ideología debe mantenerles al margen por la objetividad e independencia que prometieron o juraron en la toma de posesión ante la Constitución. Sus ideas contra Pedro Sánchez son respetables, aunque muchos ciudadanos no las compartamos, pero deben quedar fuera del servicio público que representan con  objetividad e independencia, o deberían al menos. 

Trabajen sin arbitrariedades, que la Constitución española prohíbe, dejen de hacer política y de ocultarse en la oscuridad y el anonimato de las redes sociales

Las conspiraciones contra el Gobierno de España, por esos jueces servidores de las derechas españolistas utilizando a la familia del presidente, en base a la Constitución española, están prohibidas al igual que los tribunales especiales. Sus opiniones políticas desde el atril que utilizan ese ramillete de privilegiados elitistas afines al PP,  representantes de los órganos superiores del Poder Judicial, nombrados a dedo por el PP y sin respetar en muchos casos la democracia interna de la carrera judicial, deberían  recapacitar y apoyar la democratización del Poder Judicial para que se terminen los privilegios del franquismo de clase rancia y conservadora que representan esas asociaciones de derechas y defensoras del nacionalcatolicismo que tanto daño hizo a  España y tan malos ejemplos e inhumanos comportamientos tenemos por escrito, con solo leer sentencias de los jueces de Francisco Franco, que defendieron el  franquismo sin rubor y sinvergüenza, con el crucifijo en una mano y la espada en  la otra, incluyendo la muerte de inocentes españolas y españoles, que hoy aún no han sido reparados el honor y la dignidad que les robaron con aquella culpabilidad ficticia creada en los tribunales del dictador. Se les adeuda la inocencia hurtada por la mala política de la dictadura y su injusticia. Es de justicia el reparo del daño hecho por los jueces de  Francisco Franco durante casi 40 años de torturas, violencia y muerte de inocentes patriotas que luchaban por la democracia. 

Consejo General del Poder Judicial, es el momento, es ahora y ustedes no son culpables, aunque mantienen el rancio abolengo y se niegan a juzgar la dictadura de la vaca sagrada que, bajo palio de la Iglesia católica, asesinó y atormentó al pueblo español con el apoyo de jueces, magistrados y fiscales (todos hombres). Pidan perdón públicamente al pueblo español y sobre todo a las familias que lo sufrieron y siguen sufriendo al no poder abrir las fosas comunes y pidan perdón por todas las tropelías ejecutadas contra España y la  ciudadanía española que luchó desde 1939 hasta 1978 por recuperar la España democrática.

Por la dignidad de las personas de aquella inhumana época donde el miedo lo sentíamos a diario, la prueba era el temor: no hables, no opines, no digas nada, junto con la mentira, la manipulación y el yugo de la injusticia y la arbitrariedad que reinó en nuestra patria, tantos años, nadie de la judicatura, jueces, fiscales, magistrados se declararon en huelga o en manifestación reivindicando democracia, y tampoco utilizaban los atriles judiciales para decirle a Francisco Franco que la dictadura mataba y que en España no había democracia, había hambre, mucha hambre y terror, que la élites clasistas del franquismo  no sufrieron.  

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