FEMINISMO
Negacionismo y reacción machista en la cúpula de Mediaset: la letra pequeña de la guerra contra Rocío Carrasco
La docuserie sobre Rocío Carrasco supuso un revulsivo feminista que agitaría los cimientos del gigante Mediaset España. Más de cuatro años después, los fundadores de la productora que la sacó adelante han sido condenados por un delito de revelación de secretos por difundir detalles sobre la hija de la protagonista cuando todavía era menor. El grupo de televisión, condenado en concepto de responsabilidad civil, no sólo ha retirado de su catálogo el contenido relacionado con la joven, sino que se ha llevado por delante las dos temporadas completas de la docuserie. Ni rastro queda de los programas que introdujeron, en un movimiento sin precedentes, el feminismo en prime time y en una cadena con una línea editorial tradicionalmente conservadora. Pero para entender esta última decisión del grupo mediático hay que retroceder algunos años.
Febrero de 2021. Los dueños del gran grupo de comunicación analizan con preocupación los datos de audiencia. El primer balance del año parece sugerir un cambio en la tendencia general: Atresmedia se impone sobre Mediaset. Y si bien Telecinco se mantiene en el liderazgo, Antena 3 amenaza con recortar distancia pisándole los talones. La gran penetración de las plataformas de streaming tampoco augura buenos vientos para el gigante audiovisual.
La respuesta que encuentra el grupo comunicativo fundado por Silvio Berlusconi ante una eventual crisis tiene un nombre propio: Rocío Carrasco. La propuesta pasa por contar su historia como nunca antes se había hecho, un proyecto que iba a ser timoneado por la productora La Fábrica de la Tele, clave en el universo Telecinco gracias a programas como Sálvame y fundada por Óscar Cornejo y Adrián Madrid, hoy al frente de La Osa Producciones tras la desaparición de la anterior. Los directivos de Mediaset, pilotado entonces por Alejandro Echevarría como presidente del consejo y Paolo Vasile como consejero delegado, lo ven claro: el proyecto puede convertirse en la tabla de salvación del grupo. Un nuevo producto de corazón, género estrella de la casa, para contrarrestar el avance de Atresmedia. Tiene que estar listo y en emisión de inmediato.
La productora lleva por entonces cerca de un año perfilando con sutileza y discreción el que se convertiría en uno de sus trabajos más ambiciosos, según se desvelaría poco después; tanto que sólo un par de miembros de la alta dirección del grupo estaban al tanto. Pero su enfoque era muy distinto al que los directivos pensaban: el programa ponía nombre a la violencia sufrida por la presentadora y colaboradora de televisión, hija de Rocío Jurado. Y no sólo a la que dijo haber vivido en el marco de pareja, sino a toda la violencia colateral que se desencadenó después. En las calles, en las tertulias, en la opinión pública y en su propio hogar. "Era poner no sólo el espejo a la sociedad, sino también a los medios", reflexionan hoy fuentes vinculadas al grupo en aquel momento y que prefieren mantener su nombre en el anonimato.
Esa ruptura del silencio sembraría una reacción salvaje en los pasillos del gigante mediático, según exponen a infoLibre otras fuentes solventes cercanas a la dirección. Y desataría una guerra de Unicorn Content –con Ana Rosa Quintana al frente– contra La Fábrica de la Tele, las productoras que se repartían entonces el pastel de Mediaset, en un momento en el que la segunda se llevaba la mejor porción.
Estreno e impacto: feminismo en 'prime time'
Marzo de 2021. Telecinco estrena la serie documental el día 21 y el impacto es inmediato: arrasa en audiencia con 3,7 millones de espectadores y un 33,2% de cuota de pantalla. Pero la repercusión no se ciñe sólo a los pormenores de la industria, sino que va mucho más allá. En las pantallas de todos los hogares empiezan a resonar por primera vez nociones de calado como violencia vicaria y luz de gas, más propias de cátedras feministas que de programas en prime time. Todo lo que sucede, relatan las fuentes consultadas, es sobrevenido. Nadie podía haber calibrado su impacto.
"El testimonio de Rocío Carrasco es el de una víctima de violencia de género", pronuncia la entonces ministra de Igualdad, Irene Montero. Lo hace a finales de marzo y en un lugar paradigmático: el programa Sálvame. El feminismo parecía estar conquistando espacios que hasta entonces le habían sido vetados.
Pero no sólo fue Irene Montero. "Nunca has estado sola", compartió la socialista Adriana Lastra en redes sociales. La cadena complementaba, además, la emisión de cada programa concediendo un espacio de análisis. Pero esta vez, no serían únicamente los contertulios habituales los que se sentarían en plató. A su lado, ocuparían un espacio privilegiado expertas feministas como la psicóloga Bárbara Zorrilla o la periodista Ana Bernal Triviño, abriendo además un debate en torno al tratamiento mediático de la violencia de género, también –o especialmente– en la llamada prensa del corazón.
Al día siguiente de la emisión del primer capítulo de la docuserie, la cadena deja de contar con Antonio David Flores, expareja de Rocío Carrasco, como colaborador del programa Sálvame. Un despido, eso sí, que más tarde sería declarado nulo por la justicia, aunque Flores nunca ha vuelto a la cadena.
El efecto fue mucho más que simbólico. A finales de marzo, el teléfono de asesoramiento y ayuda dirigido a víctimas de violencia de género, el 016, experimentó un "aumento considerable" que las autoridades vincularon a la emisión de la docuserie. El Ministerio de Igualdad recogía entonces una subida del 41,9% en los últimos siete días y mencionaba directamente "la aparición en diversos medios de comunicación de los servicios a disposición de las mujeres que sufren cualquier tipo de violencia machista".
Pero la entidad que alcanza el proyecto, la lectura en clave feminista y el impacto a nivel político no termina de gustar en la cúpula del grupo de comunicación, según exponen las citadas fuentes, quienes relatan cómo sobre las reuniones de la dirección comenzó a planear la sombra de la duda en torno al alcance político que estaba cosechando la emisión... y sobre el propio testimonio de Rocío Carrasco. Las mismas voces achacan esta oposición a que enseguida se hizo evidente un fenómeno claro: el peso del negacionismo de la violencia de género en esa cúpula. Algunas de las fuentes consultadas hablan directamente de la machosfera de Mediaset.
La ofensiva
Así que comienza la ofensiva. El 9 de abril de 2021, Rocío Flores –la hija de la protagonista de la docuserie y una de las principales voces que impugnan el relato de la víctima– anuncia su colaboración con el programa de Ana Rosa Quintana, propietaria de la ya mencionada productora Unicorn Content, encargada de programas de peso en la parrilla y con una influencia creciente en esos años. Ella sería, según todas las fuentes consultadas, pieza clave en la arremetida que sucedió al éxito del espacio.
A lo largo del mes, la presentadora del matinal comienza a confeccionar de forma hábil y categórica un discurso pensado para confrontar con Rocío Carrasco. Primero, haciendo un llamamiento a la conciliación entre madre e hija, un discurso que asumirían como propio directivos de la cadena y harían explícito en algunas reuniones de dirección con comentarios propios del negacionismo de la violencia de género: "Un invento de las feministas", "los que asesinan a sus mujeres son locos", "las mujeres también matan" [los entrecomillados no recogen la literalidad de lo hablado en esas reuniones a petición de las fuentes consultadas]. Después, poniendo directamente en duda lo narrado por la víctima, hasta el punto de cuestionar su intento de suicidio, en boca de un polémico tertuliano que pronunció lo siguiente: "Cuando alguien quiere matarse de verdad se pone delante de un tren".
En línea muy similar a la postura del matinal de Quintana, y coincidiendo en el tiempo, el 13 de abril el diario El Mundo publica un reportaje recogiendo informes médicos incompletos que supuestamente cuestionan ese intento de suicidio de Rocío Carrasco. Una semana después, Abc saca a la luz el informe completo en el que sí queda probado ese intento autolítico.
La ofensiva que llevaba tiempo tomando los despachos se hace cada vez más explícita de puertas para afuera.
Como consecuencia, el discurso feminista que otorga total credibilidad a la víctima se va diluyendo. La cadena no renuncia a seguir escarbando en el proyecto, pero lo hace ahora con un fin claro: explotarlo todo lo posible para rellenar su parrilla. "En Mediaset tenían el corazón dividido: no estaban de acuerdo con el enfoque, pero se permitió mientras dio audiencia", recalca una de las fuentes consultadas. En 2022 hay dos nuevas emisiones especiales: Montealto, regreso a la casa –con cinco capítulos en febrero– y Rocío, un año después de contar la verdad –dos capítulos en abril–. Pero ninguna tendría ya el impacto deseado, desplomándose en audiencia después de que Mediaset hubiera salvado el año 2021 gracias al proyecto y a la Eurocopa.
Es en ese contexto cuando llega la noticia de que la docuserie tendrá segunda temporada, pero no será en abierto. "El grupo de Paolo Vasile ha sorprendido a propios y extraños al llevarla a MiTele Plus, la plataforma de pago de la empresa audiovisual. Por lo tanto, la hija de Rocío Jurado se queda sin protagonizar el horario de máxima audiencia de la cadena privada", publican diversos medios. Los episodios de En el nombre de Rocío pasarían a emitirse en abierto en otoño de 2022, pero la audiencia no llegaría nunca a recuperarse.
Ese año, Carlota Corredera, posicionada claramente del lado de postulados feministas, va desapareciendo progresivamente: primero es relegada a mera colaboradora y después es expulsada del espacio. Es entonces la periodista Sandra Barneda quien aparece como nueva conductora, si bien el desplome en las audiencias fuerza el regreso de Jorge Javier Vázquez, quien ya había participado eventualmente en la primera entrega y en los especiales. Corredera sale definitivamente de Mediaset en junio de 2023. Aunque nunca ha querido dar detalles al respecto, la periodista sí ha deslizado que su papel en la docuserie y su discurso feminista fueron claves.
Ana Rosa Quintana gana terreno
Para entonces, ya no quedan mujeres al otro lado de la pantalla que puedan identificar y poner nombre a la violencia machista. La cadena se ha puesto de perfil y ha evidenciado que la responsabilidad social de hacer pedagogía a través del entretenimiento en su caso había sido sólo un espejismo. Las fuentes consultadas leen la caída de la audiencia no como una reacción contra el feminismo de la docuserie, sino más bien como un castigo del público al constatar que el feminismo que se predicó era en realidad una farsa.
En ese momento, se produce un relevo en la presidencia del grupo: Borja Prado pasa a ser presidente en abril de 2022, mientras Paolo Vasile continúa como consejero delegado. Este último se mantiene en el cargo hasta finales de ese año.
Rocío Carrasco, cinco lecciones en 'prime time' sobre violencia machista
Ver más
La noción de que ningún movimiento fue inocente la confirman no sólo las fuentes entrevistadas por este diario, sino por algunos otros que así lo cincelaron públicamente. Es el caso de Jesús Manuel Ruiz, colaborador en programas como Sálvame hasta verano de 2021 y especialmente crítico con la línea feminista de la docuserie sobre Rocío Carrasco. En un artículo publicado en junio de 2022, escribía ante el anuncio de la segunda temporada: Rocío Carrasco y "su marea fucsia no cuadran para las nuevas directrices de Telecinco. La llegada de Borja Prado a la cadena en sustitución de Alejandro Echevarría ha supuesto un antes y un después".
Mientras esto sucede, la figura de Ana Rosa Quintana va ganando presencia progresivamente, a medida que su productora conquista terreno en los dominios de Mediaset. No son pocas las voces que hablan ya del "imperio de Ana Rosa Quintana". A finales de 2023, Mediaset rompe definitivamente con La Fábrica de la Tele y el pastel pasan a repartírselo Unicorn Content y Mandarina, aunque con un peso abrumador de la primera. Las altas esferas del grupo comunicativo ya nunca volverían a ceder ante el sello feminista que durante un tiempo se hizo con el prime time de una de las principales cadenas del país, renunciando así a convertirse en vanguardia de la lucha contra la violencia machista en la pequeña pantalla.
Algunas de las expertas que participaron en los debates de la primera etapa han declinado participar en este reportaje, debido a la macrodemanda interpuesta por Antonio David Flores contra ellas y el grueso de los colaboradores. infoLibre, además, ha trasladado preguntas a Unicorn y a Mediaset para conocer sus versiones, pero el grupo ha manifestado su negativa a dar una respuesta y la productora no ha contestado.