¿Un mirlo blanco?

Antonio García Gómez

 Aleteando hasta posarse.

“Si continúa esta política de decir las cosas más fuertes yo no pinto nada en política”. Borja Sémper.

Aunque ahora parece que sí va a pintar, de nuevo, Borja Sémper, del que dicen que se encontraba plácidamente disfrutando de un estatus familiar, social y laboral envidiable. Aunque haya sido fichado como “moderado” que mostrar por el líder Feijóo, al que parece que le gusta mucho jugar con una de cal y otra de arena, quién sabe, para disimular que él también es moderado, cuando toma reposo y lo tiene todo ganado, como lo tenía en Galicia, pienso yo, y que tampoco.

Pero ahora el nuevo mirlo blanco se llama Borja Sémper y ha sido nombrado, a dedazo limpio, portavoz de campaña del PP, una campaña que se la fían larga, como el sprint que llevan practicando desde el mismo día de su pérdida de poder. Mecachis.

Claro que ahora, a las órdenes del “halcón” Bendodo como Jefe de la misma campaña, el buen Borja deberá aclarar si se traga o no todos los sapos del PP, los mismos que se han cocinado en el fogón pepero desde el mismo instante en que pusieron en cuestión la legitimidad de Pedro Sánchez y su Gobierno, prácticamente hasta la fecha de hoy en que siguen dudando y poniendo en cuestión la legitimidad de parte de su gobierno, naturalmente se refieren a Podemos, y de sus socios de investidura y de apoyos parlamentarios.

Hasta el punto de que el renacido “mirlo blanco” habrá de decidir si se traga también la tergiversación de su partido de toda la vida, el mismo que ha impedido, van para cinco años, la renovación de los órganos dirigentes del Poder Judicial. Con un montón de argucias y coartadas, de cuando intentaban manejarlo por la puerta de atrás, según confesión del dirigente pepero Cosidó, hasta hoy en día, en el que se sigue paralizando la renovación legal del Tribunal Supremo. Ahora toca con la disculpa de que los jueces han de ser elegidos por los jueces, apurando la disculpa de que son los demás, el gobierno en concreto, quien tiene amordazado al Tribunal citado, en un retruécano que asquea y escandaliza.

“La moderación es estupenda, sobre todo si vale para algo más que para encubrir una deriva extremista”. Daniel Bernabé.

Así que la papeleta del mirlo blanco será si traga o no traga, y valga la insistencia, tras tanta escalada de deslealtad institucional contrastada. En un ejercicio constante de filibusterismo parlamentario que ha llevado a parecerse indistinguibles a la derecha de “como dios manda” hasta la ultraderecha que campa a la vera de sus valedores más serios, ¿más moderados? Pues vaya uno a saber.

Así, una detrás de otra, con tantas almas en la derecha que, sin embargo, confluyen bien avenidas, disimulando que, para ella, todos los caminos conducen al poder por el que tanto suspiran.

Con un mirlo blanco incorporado a las piezas cobradas sin derramamiento de sangre, para ofrecer y mostrar, por ver si se confunde al personal más crédulo y se logran unos cuantos votos más. Y que si España se hunde, pues no importará mucho, porque luego vendrán ellos a levantarla. ¿A que sí? 

“Para ser tan amigo de la moderación, Sémper regresa en un momento en el que su presidente de partido califica de tirano y sátrapa al presidente del gobierno, su portavoz parlamentaria miente más que habla, con el cómputo del desempleo, el Código Penal… y el PP entero incumple la Constitución recibiendo tirones de orejas de la Comisión europea”. David Bollero.

¿Estamos en Babia o pretendemos caernos de un guindo?

Habremos de desengañarnos, pues, que el mirlo blanco, una vez más, ha regresado a la jaula y al alpiste que volverá a encontrar apetecible.

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre.

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