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Estado y patria

Natividad Pérez

Detrás de los conflictos existe, con frecuencia, la dificultad de diálogo originada por la utilización de términos de manera confusa. La utilización de Estado y patria como términos sinónimos es uno de los más habituales estos días.

El Estado es la organización de los ciudadanos para garantizar o alcanzar una serie de valores como la justicia, seguridad, etc. Este sistema de valores se organiza por medio del derecho; las leyes determinan cuales son nuestros derechos y deberes, qué límites se establecen a nuestras acciones y como se nos sancionara en caso de sobrepasarlos. Esta estructura social obedece a la racionalidad. Desde el momento de nuestro nacimiento nos vemos inmersos en un Estado que facilita nuestra aparición y desarrollo.

La patria es una de las formas de satisfacer la necesidad primaria del individuo de adscribirse a un grupo. Se puede articular en relación al pasado común, la lengua, etc. Obedece a los sentimientos, por lo que carece de una regulación. No se nace en ninguna patria, el individuo se siente en algún momento de una, varias o ninguna.

Cuando para hablar de derechos y deberes introducimos el término patria estamos provocando una reacción emocional, positiva o negativa, en nuestro interlocutor. No buscamos un acuerdo racional y consciente sobre intereses comunes, buscamos una adhesión o separación emotiva. La fuerza de las pasiones no garantiza su durabilidad de la adhesión y con frecuencia aparece acompañada de violencia porque favorece la pérdida de control sobre las acciones.

En el terreno personal la coherencia y racionalidad son deseables, pero en el político son necesarias. Las decisiones que afectan a muchos no pueden tomarse atendiendo a los sentimientos. El Estado se sostiene con las leyes, la patria con poesía.

Natividad Pérez es socia de infoLibre

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