Crisis del coronavirus

Cines y librerías celebran la desescalada, teatros y salas de conciertos creen que no podrán funcionar con un tercio del aforo

Los cines Callao, en Madrid, cerrados como medida de prevención frente al coronavirus, el 13 de marzo de 2020.

La noticia le llegó al mundo cultural de sorpresa: tras semanas de espera, el martes el Gobierno daba al fin directrices sobre la desescalada, e incluía en ellas algunas nociones sobre la reapertura paulatina de librerías, cines, teatros, salas de conciertos, museos y eventos al aire libre. Pero el anuncio no ha gustado a todos por igual. Los distintos sectores encadenaban una reunión con otra a lo largo del miércoles, tratando de fijar posiciones comunes ante lo avanzado por Pedro Sánchez. Así afecta el desconfinamiento a los distintos ámbitos de la cultura, y así han reaccionado las asociaciones del sector. 

Librerías, las primeras en abrir

Los libreros se mostraban el miércoles contentos sin apenas reservas. "Nos felicitamos de que empecemos a abrir, por supuesto", decía Alberto Sánchez, presidente de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), y responsable a su vez de la librería Taiga, en Toledo. Estos comercios podrán abrir, como el resto, en la fase I, prevista aproximadamente para el 11 de mayo en aquellas provincias que cumplan los requisitos. Los servicios jurídicos de CEGAL trataban de aclarar si podrían abrir incluso antes, en la fase 0 (a partir del 4 de mayo), solo para clientes con cita previa. Las librerías habían pedido en las últimas semanas que se evitara el modelo italiano, que adelantó su apertura a la del resto de comercios, para no arriesgarse a levantar la persiana sin que pudieran regresar los lectores. 

Pero como no todo va a ser paz, el sector al completo —de librerías a editoriales— se mostraba descontento, no tanto por la reapertura, sino por "la falta de medidas por parte del Gobierno". Tras un rifirrafe de semanas entre Cultura y el sector, y después de varias reuniones sin propuestas concretas por parte del Ministerio, este prometió el 17 de abril que ofrecerían un paquete de medidas en el Consejo de Ministros del martes 28, fecha que pospusieron al 5 de mayo. Pero parece que la paciencia se agota: "Tras dos encuentros formales, primero con el Ministro de Cultura y, luego, con la Ministra de Hacienda, parece que el sector aún deberá esperar para ver si el compromiso adquirido se concreta alguna medida", decía un comunicado de la Asociación de Cámaras del Libro, que reúne a los distintos eslabones del sector.

Los cines, hacia la normalidad

Las salas de cine podrán abrir en la fase II (finales de mayo), según las previsiones del Gobierno, y lo harán, eso sí, solo con un tercio del aforo. De todos los espectáculos públicos, eran los cines los que veían menos inconvenientes en abrir con solo una parte de las butacas disponibles, algo que ya estuvo vigente durante unos días entre que se tomaron medidas en las comunidades más afectadas y se decretó el estado de alarma en todo el país. "Supondrá un icono y un signo de la vuelta a la normalidad", celebraba el miércoles la Federación de Cines de España (FECE), "ayudando a su visibilidad social, y contribuyendo a superar el estrés social sufrido durante la etapa de confinamiento".

Sin embargo, el sector de la exhibición considera que esta limitación debe ir acompañada de ciertas ayudas. Así, la FECE pide al Gobierno que se mantengan los ERTE por el covid-19 mientras continúe esta restricción a su actividad, ya que aseguran que con un tercio del público no podrán reincorporarse todos los trabajadores. Igualmente, piden moratorias en los alquileres de las salas o reducciones de los mismos a un tercio de la mensualidad, ayudas directas de compensación por los costes derivados —que cifran en 43,5 millones de euros entre la inversión en equipos de protección y la pérdida de parte de los ingresos—, exención de los impuestos municipales y ayudas estatales y autonómicas para un sector que, solo en la exhibición, ha perdido 100 millones de euros según sus cálculos. 

Los cines han elaborado, en las pasadas semanas, un protocolo de seguridad unitario que incluye el fomento de la compra de entradas por Internet y el pago con tarjeta, la desinfección frecuente de las salas, la puesta a disposición de gel hidroalcohólico para público y empleados, la separación entre butacas (que permitiría sentar juntos a quienes compartan domicilio) y el espaciado de los pases y los horarios de acceso. 

Teatros y salas de conciertos: un "despropósito"

Según los planes del Gobierno, las salas de espectáculos en directo podrán abrir también en la fase II, con las mismas restricciones de aforo que el cine. Pero los empresarios y profesionales de artes escénicas y de música en vivo ya advierten desde hace 10 días que esa medida resulta "inviable". "Casi ninguna actividad es sostenible manteniendo la estructura previa al inicio de la crisis y reduciendo sus ingresos a un tercio", explicaban en un comunicado conjunto una treintena de organizaciones de ambos sectores. La industria considera que los altos costes de las obras de teatro y conciertos, que incluyen los salarios de un gran número de personas sobre y bajo el escenario —mucho más numerosos de los trabajadores necesarios para poner en marcha una proyección de cine, por ejemplo—, no podrían sufragarse con un tercio del público. 

"Es un despropósito", dice Carmen Zapata, presidenta de la Associació de Sales de Concerts de Catalunya y miembro también de su equivalente estatal. Los profesionales se mostraban particularmente disgustados por que el Gobierno no hubiera tenido en cuenta su petición expresa de que no se optara por una medida como esta y se muestran desesperanzados con respecto a lo que el Ministerio de Cultura pueda anunciar el próximo martes. "No entendemos que el transporte público funcione al 100% o que las misas funcionen al 50% y nosotros funcionemos al 33%", se queja Zapata. Las salas de conciertos critican, además, que para ellas las indicaciones del Ejecutivo no resultan claras: no saben si podrían incorporarse con un aforo de 30 personas en la fase I y con un aforo de 50 personas en la fase II, o con un tercio de esas taquillas. 

Otra duda todavía no resuelta: durante el tiempo que dure la restricción de aforo, ¿se mantendrán los ERTE y las ayudas para el sector? "Si fuera así, ya sería complicado mantenerse", explica la empresaria, "porque los gastos que hemos ido acumulando han sido tan brutales que no tenemos músculo económico para mantenernos un tiempo vendiendo solo un tercio de las entradas". 

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Las promotoras de conciertos denuncian la "inacción" del Gobierno

Las promotoras, las empresas organizadoras de conciertos y festivale,s han sido muy duras con las medidas anunciadas para la desescalada. "La inacción del Gobierno pone en peligro la continuidad de los festivales, conciertos y giras que han dado prestigio internacional a la marca España", criticaba el miércoles en un comunicado la Asociación de Promotores Musicales. Para esta organización, el plan de desescalada deja fuera a la música en directo, ya que los conciertos superan con mucho los aforos permitidos, y "estigmatiza gravemente al sector". Por ello, piden que se declare la situación de fuerza mayor para el sector durante todo este proceso y hasta la vuelta a la completa normalidad, "para proceder a cancelar los eventos musicales de la temporada y poder actuar amparados por el marco legal". 

Los festivales de música, por su parte, han decidido esperar al martes que viene, cuando Cultura ha prometido aprobar la batería de medidas para el sector, antes de pronunciarse. Los planes del Gobierno permiten los eventos al aire libre de hasta 200, 400 y 800 personas en las fases I, II y III respectivamente, por lo que los grandes festivales, con mucho más aforo, quedarían fuera de estas previsiones. El 5 de mayo, el Gobierno parece jugarse la paz con gran parte del sector. 

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