Cultura

El cine lucha por sobrevivir y reabre con películas independientes y reposiciones, pero pierde un 95% de la taquilla

Los números no son los mejores: en el fin de semana del 26 al 28 de junio, el primero para el que hay cifras de taquilla en España, las salas de cine ingresaron algo más de 284.000 euros, según datos a los que ha tenido acceso este periódico. Es tan solo el 5% de lo alcanzado en la misma semana del pasado año, cuando esta cantidad ascendía a los 5,3 millones de euros gracias a títulos como Toy Story 4 o Aladdin. Pese a la campaña #YoVoyAlCine, solo acudieron el pasado fin de semana 50.000 espectadores: la crisis, el miedo al contagio en espacios cerrados y la posibilidad de viajar han hecho mella, pero también la falta de grandes estrenos. La cartelera resiste, por ahora, apoyándose en los estrenos del cine independiente, las películas que se estrenaron poco antes del estado de alarma y los clásicos. 

En el top 10 de películas más vistas este fin de semana, solo tres son nuevas en las pantallas: Personal assistant, La posesión de Mary y la española La cinta de ÁlexPersonal assistant, La posesión de MaryLa cinta de Álex. La más taquillera, la película de Disney Onward, llegó a las salas el 6 de marzo. Lo mismo sucede con The gentlemen. Los señores de la mafia, El hombre invisible o Sonic, que apenas tuvieron recorrido antes de que llegara la pandemia. Estos primeros puestos se venden baratos en estas semanas: Onward lo consigue con unos 54.000 euros mientras Toy Story 4, el pasado año, lo hacía con 3 millones de euros. Más allá de las películas que buscan alargar su vida comercial, los reclamos con los que cuentan los cines en las próximas vendrán, sobre todo, del cine independiente internacional y de contados estrenos españoles. Según cálculos de la consultora Gower Street, la industria podría perder este año el 40% de sus ingresos, en un escenario no especialmente pesimista. 

Esperando a las majorsmajors

Así, cintas de autor como Matthias & Maxime, de Xavier Dolan, se colaron en los primeros puestos en su estreno en cines, que llegaba detrás de un preestreno online. "Estuvo en la sexta posición, algo que es poco usual", apunta Enrique Costa, uno de los responsables de su distribución, desde la empresa Avalon. No lo dice con mucho orgullo: "Sus ingresos fueron bastante bajos". La película acumula en salas algo más de 11.000 euros. Lo que ocurre es que no hay competencia: las majors estadounidenses, que suelen ser responsables de los éxitos comerciales del verano, han retrasado sus estrenos debido a la crisis sanitaria en Estados Unidos. Mulan, la nueva versión de Disney, ha vuelto a posponer su estreno del 14 de julio al 21 de agosto. Esto podría parecer, a simple vista, bueno para el cine independiente, que se deshace así del asfixiante peso de los blockbusters. Enrique Costa no lo tiene tan claro: "Que las majors hayan retrasado sus estrenos otra vez no es bueno para nadie, porque ellos tienen una maquinaria para llamar a la gente a las salas y normalizar la situación que nosotros no tenemos". 

Aunque la Federación de Cines de España no cuenta con cifras actualizadas, los distribuidores calculan que para el próximo fin de semana habrán abierto unos 250 cines. Si España cuenta con 723 cines —según el censo de 2019 de AIMC—, esto quiere decir que solo el 34% ha vuelto a la actividad. En un informe reciente, la consultora Gower Street calculaba que para finales de junio o principios de junio, habrían regresado ya a la actividad la mayoría de los cines, en torno al 80% del mercado. Pero esto parece todavía lejano; las grandes cadenas de cine están poniéndose en marcha aún de manera escalonada y con escasas sesiones diarias. En la industria, existe un cierto miedo a que las malas cifras de estos días provoquen que algunas salas retrasen su apertura. Aunque algunos cines llevan abiertos semanas, la consultora Comscore, líder del sector, no había hecho públicos sus datos. Desde marzo, tampoco lo hace el Ministerio de Cultura, que suele ofrecer un informe actualizado en su web

El regreso de los "incondicionales"

No todos se llevan las manos a la cabeza. Son las salas dedicadas al cine independiente, tradicionalmente llamadas de arte y ensayo, las que mejor capean el temporal. "Nuestro público está respondiendo, dentro de que las cifras están limitadas", dice Octavio Alzola, director de Programación y Marketing en Cines Renoir, con locales en Madrid y Barcelona. Los taquillazos nunca han supuesto el grueso de su programación, y ahora sus "incondicionales" vuelven con ganas de ver películas como Invisibles, de Gracia Querejeta, o la ya mencionada Matthias & Maxime. "Siempre hemos apoyado el cine independiente", comenta el programador, "pero ahora, ante la ausencia del cine comercial grande, esos huecos los ocupan también películas más pequeñas". De hecho, se han lanzado a programar incluso un ciclo especial con el certamen de cine de autor D'A Film Festival. 

No es cosa solo de estos cines de arte y ensayo. "Aquí, el producto nacional y el cine independiente es lo que vaya a llenar la programación hasta el otoño", asegura Eduardo Escudero, de la distribuidora A Contracorriente. En las próximas semanas llegarán a las salas comedias españolas como La lista de los deseos (la distribuyen ellos) y La maldición del guapo o la película de terror Voces. Solo A Contracorriente estrenará seis películas, con una inversión en copias y en publicidad de más de dos millones de euros. ¿Y qué hay de la competencia a la que temían a principio del confinamiento? ¿No preveían que los estrenos iban a agolparse con la reapertura hasta asfixiar a las pequeñas producciones independientes? "Eso va a pasar, pero con retraso: cuando llegue octubre y noviembre y empiecen a llegar los estrenos que ahora se han ido atrasando, vamos a ver un colapso en las salas", vaticina Escudero.

De clásicos y taquillazos

Por ahora, la situación es ciertamente endemoniada: la escasez de estrenos no llama a los espectadores, y las bajas cifras pueden incentivar que exhibidores y distribuidores retrasen su vuelta. En el fin de semana del 12 al 14 de junio, solo se produjeron 7 nuevos estrenos en España, frente a los 29 del año anterior. En parte para solventar esta situación, y en parte por su carga simbólica, el sector ha confiado también en los clásicos: el 26 de junio, Cinema Paradiso regresó a un centenar de cines, colocándose en el sexto puesto de los filmes más vistos. El 3 de julio se estrena Apocalypse Now: final cut, un nuevo montaje de la película de Francis Ford Coppola, y el 10 de julio se repone Dersu Uzala (El cazador), la obra maestra de Akira Kurosawa de 1975. Pero Alzola, de Cines Renoir, descarta que este sea un modelo sostenible: "Esto es algo puntual y justificado, pero la base de la programación serán siempre son los estrenos y las películas recientes". 

La industria mira ya a algunos hitos de la cartelera veraniega. El primero, ¡Scooby!, película de animación que no ha gustado demasiado a la crítica pero que podría llamar de nuevo a las familias al cine. Y quizás desde el punto de vista de la taquilla la película más esperada sea Padre no hay más que uno 2, comedia de Santiago Segura cuya primera parte se convirtió en la película más taquillera de 2019, con más de 14 millones de recaudación. El informe de Gower Street señalaba que quizás con este título el box office español pudiera alcanzar al menos las cifras de la semana más baja de los dos años anteriores, que estarían en torno a 6 millones de euros. Por ahora, el futuro inmediato de la industria descansa, desde el punto de vista económico, en unos sectores que no son precisamente los más rentables. Los cines reabren, pero la incertidumbre no se marcha. 

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