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Los cuatro directores del Apocalipsis

Un capítulo abraza la tragedia, el otro el amor, el otro la salvación. Para el final se queda el canto a la vida. Pero no se engañen: Al final todos mueren. El espóiler que ya viene con el título, en realidad no lo es tanto. Porque se acumulan las sorpresas en esta película firmada a cuatro bandas, una recreación en orden cronológico de los últimos días de la existencia en el mundo antes de que este sea arrasado por un meteorito realizada por Javier Botet, David Galán, Roberto Pérez y Pablo Vara.

Con prólogo y epílogo de Javier Fesser, el filme, de estreno esta semana, no solo salta de una historia independiente a otra para dar lugar a una pieza en común, sino que además lo hace representada en los más diversos géneros, desde la risa al llanto pasando por todo lo que queda en medio. “Es una película muy multigénero y muy extrema: los géneros son muy puros”, dice Galán, uno de los cuatro jóvenes directores. “La historia de terror es muy angustiosa, la historia cómica espero que sea muy graciosa… Vas subiendo y bajando, como en la vida, que tiene momentos de terror, momentos de reír… y esta película igual”.

Reunidos por el festival de cortometrajes Notodo Filmfest, donde todos han participado y recibido premios, los cuatro cineastas trabajaron primero de manera independiente en cada una de sus historias para luego, “cuando ya estaba todo más o menos matizado”, explica Vara, “buscar los puntos de conexión: ver qué personajes se puede cruzar y como darle un poco de unidad y más forma de película”. Solo había una premisa inicial: cada uno de ellos se repartía un espacio de tiempo previo al cataclismo, desde los 42 días antes con los que arranca la primera historia hasta las 3 horas para el fin con la que clausura.

Para conseguir que actores como Manuela Vellés, Macarena García o Miguel Ángel Muñoz hayan participado como parte del extenso reparto, los jóvenes directores, simplemente, tuvieron que preguntar. “Fue mucho más fácil de lo que pensábamos. Les buscamos, les enviamos los guiones, y tuvimos mucha suerte, porque todos aceptaron”, cuenta Vara. “Se dejaron liar”. Algo parecido a Fesser que, añade Galán, “como está loco, acepto el reto”. “Para intentar dar visibilidad al proyecto, creímos que estaría bien que alguien nos apadrinara, algo así como un señor que diga: estos chicos vienen de mi parte. Y ese es él”.

Que la película vuelva al recurrente pero siempre jugoso tema del Apocalipsis, una imagen particularmente extendida en estos tiempos, seguramente tenga que ver, dice Galán, “con la crisis de todo: la crisis económica, la crisis de valores, la crisis que te hace preguntarte qué sentido tienen muchas cosas…”. Para ellos, eso sí, lejos del final, esta película es el comienzo de todo. “Parece que está claro que antes de lanzarte al largo tienes que hacer un corto, pero a lo mejor hemos inventado un paso intermedio: el de que antes de hacer un largo, hagas un largo pero como en la autoescuela, acompañado”.

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