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El Festival de Cine Europeo de Sevilla se tambalea y retrata la falta de modelo cultural de PP y Vox

Gala inaugural 18 Festival de Sevilla

Patricia Godino

Nueva estocada a la cultura de uno de los principales ayuntamientos del PP alumbrado tras el 28M. El equipo de José Luis Sanz, el alcalde popular que ganó en las pasadas elecciones municipales en Sevilla y que tiene en Vox su principal apoyo para aprobar los presupuestos municipales, ha anunciado este miércoles que el Festival de Cine Europeo (SEFF) se postpone a primavera. Este próximo noviembre, el certamen, una de las citas de referencia para la cinematografía nacional e internacional, tenía previsto celebrar su 20ª edición.

Es la primera vez que el festival cambia de fecha y lo hace a tres meses de su gala inaugural, evento que como todos los años, servía de punto de encuentro de un sector que no ha parado de dar buenas noticias, en forma de premios, proyección y solvencia, en la última década.

La decisión ha sido justificada por Minerva Salas, portavoz del consistorio hispalense y delegada de Cultura, por coincidir en otoño con los Grammys, una cita cuya celebración en noviembre se conoce desde el pasado febrero y que tiene una gran importancia como evento internacional y es mediáticamente atractivo, sí, pero que no deja de ser una cita coyuntural dentro del calendario cultural que desde hace años viene consolidando la ciudad de Sevilla. "Es incompatible [el festival] con el desarrollo de las numerosas y extensas actividades que se están preparando con motivo de esta semana, que por primera vez se celebra fuera de Estados Unidos y que va a suponer todo un acontecimiento para la ciudad”, ha trasladado Salas. 

El SEFF se había convertido hasta la fecha, además, en un festival desde el que descubrir las nuevas narrativas cinematográficas del viejo continente que venían parejas a la descripción de la Europa diversa, multirracial y libre que la ola reaccionaria se empeña en frenar en todo el mundo.

Esta noticia llega, además, 24 horas después de la dimisión de José Lucas Chaves, nombrado hace escasamente un mes como nuevo gerente del Instituto de las Artes y la Cultura de Sevilla, y por ende, una pieza clave para la dinámica contractual de un evento como el Festival de Cine, que en términos globales mueve unas 200 personas de equipo, que en la última edición recibió a más de 500 personas invitadas, entre cineastas y prensa nacional e internacional y que concita el interés de unos 75 mil espectadores en sala más el doble en su programación educativa online –Ventana Cinéfila-, y por tanto, es, por derecho propio, uno de los eventos con más respaldo de cuantos se programan. Chaves se ha reincorporado a la SGAE como director territorial de Andalucía, puesto que dejó por sumarse al proyecto de José Luis Sanz.

Según ha podido saber infoLibre, otro gran proyecto de la ciudad también está en el alambre: el Teatro Lope de Vega. La temporada 2023/2024 diseñada y cerrada por Carlos Forteza está pendiente de presentación desde hace semanas, imprescindible para que se pongan a la venta los abonos y las entradas para el público. Fuentes municipales informan que “se presentará en breve” sin embargo la continuidad de su director, que ha logrado situar en el panorama nacional un espacio escénico lastrado por años de conformismo programático, está en el aire. “Cada gobierno municipal es libre de designar a quien quiere para los puestos directivos de este calado”, opinan el equipo de José Luis Sanz.

Un cambio de fecha que teme el sector

El Teatro Lope de Vega era, de hecho, una de las sedes oficiales del Festival de Cine, durante la primera semana de noviembre. Según fuentes consultadas por este medio, el cambio de fecha ha sido tomado por el Ayuntamiento tras una reunión mantenida este miércoles entre la delegada de Cultura y el actual director de la cita, Tito Rodríguez, uno de los pocos encuentros que ambos han mantenido desde la conformación del nuevo equipo municipal.

Rodríguez fue nombrado director del SEFF a finales del pasado abril, tomando el testigo de José Luis Cienfuegos, responsable del Festival desde 2012 y ahora director de la Seminci de Valladolid. Se da la circunstancia de que ambos programadores se embarcaron en sus respectivos proyectos con gobiernos municipales del PSOE pero el 28M ha dado un giro radical al color de estos ayuntamientos.

Pero hay una diferencia: una vez conformados los nuevos ayuntamientos, el alcalde del PP, Jesús Julio Carnero, decidió reubicar la Seminci en el área de Turismo, dependiendo de un concejal del PP, y no en Cultura, como era habitual, área que en el acuerdo de gobierno se ha cedido a Vox, de modo que en cierto modo, Carnero ha pretendido blindar este certamen, que este próximo octubre llega a su 68 edición, de las veleidades del partido ultra.

Hay otra diferencia no menor: la Seminci tiene una estructura consolidada a pleno rendimiento durante todo el año y el aterrizaje de un nuevo perfil como el de Cienfuegos ha sido en cierto modo suave, incluso con un cambio siglas de este calado en el Ayuntamiento. En Sevilla, desde su nacimiento en 2004, el SEFF adolece de un organigrama propio, con gestión independiente del área económica del ICAS, con el que funcionar con solvencia y rapidez, circunstancia que ha sufrido el último equipo a medida que el festival ha ido adquiriendo la dimensión que hoy es celebrada y reconocida en toda Europa.

La incorporación de Rodríguez, de hecho, no ha podido ser más abrupta. Procedente de la dirección de marketing del Instituto de las Artes Audiovisuales (ICAA) del Ministerio de Cultura y con amplio bagaje en la gestión audiovisual, su fichaje coincidió prácticamente con la campaña de municipales y, desde el 28M, ha estado semanas a la espera de una interlocución válida con el Ayuntamiento del que depende.

Con todo, cabe subrayar que no es la primera vez que hay un cambio político municipal y la incorporación de un nuevo director: Cienfuegos fue, precisamente, fichado por el nuevo equipo que llegó con Juan Ignacio Zoido, alcalde del PP con mayoría absoluta. Su equipo no dudó que el SEFF era marca Sevilla. Quizás aquí lo que ha fallado, opinan fuentes populares de aquella época, “es el interés por el proyecto y el condicionamiento de Vox”.

“El Festival no encaja en su proyecto”

En Sevilla, Vox no ha entrado en el gobierno municipal pero sus votos son necesarios para que José Luis Sanz apruebe sus presupuestos, en los que la ultraderecha quiere dejar su sello a toda costa.

Al respecto del Festival del Cine, Rocío Peláez, la candidata del partido de Santiago Abascal en las pasadas municipales, fue taxativa. En el marco de un debate entre los candidatos reprochó que el candidato socialista y alcalde hasta el pasado 28M, Antonio Muñoz, se gastaba “el dinero en un festival de cine que no ve nadie”. Para Sevilla, Vox alardeaba de concurrir a las elecciones con un programa cultural que presumía de querer acabar con el “despilfarro ideológico de más de 26 millones”, despilfarro que, en el ideario de Vox, se encontraba un Festival de cine que sólo en los últimos años ha programado el cine laureado en Cannes, Berlín o Venecia y servir de escaparate a los nuevos creadores del cine europeo. La película Saint Omer, la candidata a los Oscar de Francia, y uno de los grandes hitos cinematográficos del año fue la ganadora del Giradillo de Oro. 

El cambio de fecha preocupa y mucho al sector. En este sentido, varias voces consultadas por Infolibre recalcan que el sector está moviéndose y ha mostrado su preocupación por el cambio de fechas y sobre todo por la excusa de los Grammys. Pero el puzzle nacional e internacional de los festivales es muy difícil de alterar y el SEFF en noviembre tenía su protagonismo y su razón de ser: servía de escaparate nacional para las mejores producciones del nuevo cine español independiente y una vez celebrado Cannes, de donde procede buena parte de las películas programadas, después de San Sebastián y después de la Seminci.

Pasarlo a primavera de 2024 deja desde ya una evidencia: 2023 pasa en blanco para la programación cinéfila de Sevilla y su ubicación en el calendario para más adelante se antoja complicada con la ciudad volcada en la Semana Santa y la Feria, tanto que la tradicional Feria del Libro se ha pasado desde hace dos ediciones ya a octubre. Según fuentes municipales, se está trabajando ya en aplazarlo a finales de abril, entre el Festival de Málaga y Cannes, y con Rodríguez como director para “realzarlo”.

Otras voces son más severas y opinan que el actual gobierno del PP “sólo necesitaba una excusa para cargarse el festival y ya la tienen”.

Las dudas del sector sobre su celebración dentro de unos meses son más que fundadas. Fuentes consultadas avisan que distintos profesionales y asociaciones del sector se está moviéndose y ha mostrado su preocupación por el cambio de fechas y sobre todo por la excusa de los Grammys. La agenda de los profesionales de la industria –exhibidores, distribuidores- se trastoca y la utilidad del SEFF en el calendario nacional se pierde con esta nueva ubicación, que nadie sabe confirmar a día de hoy si será puntual, para 2024, permanente, o simplemente un señuelo con el que dar la puntilla definitiva a un evento cultural en el objetivo desde hace años por quienes desconocen el alcance económico de una cita de estas características.

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No en vano, la noticia llega tras un rosario de ejemplos en las últimas semanas en las que figuran cancelaciones de obras de teatros de temática LGTBI, violencia de género o directamente vetos a nombres mayúsculos de la cultura de nuestro país perpetrado por ayuntamientos del Partido Popular, ayudado en algunas ocasiones, por la mirada miope y torva de Vox.

Hablamos del veto a la obra de teatro Orlando, basada en una pieza de Virginia Woolf, en el ayuntamiento madrileño de Valdemorillo, sobre el papel de la mujer en la sociedad y la sexualidad femenina, la censura en Briviesca (Burgos) a la obra de teatro El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca, sobre un maestro republicano fusilado, el veto del Ayuntamiento del PP de Jaén a la función de Romeo y Julieta despiertan protagonizada por Ana Belén o la cancelación de la película de animación Lightyear, en Cruz de Bezana (Cantabria) donde dos mujeres se dan un beso.

En el caso del Festival de Sevilla, el Ayuntamiento no censura una película o una escena, sino que deja en el aire, tambalea y erosiona la imagen de un certamen orgullo de la cinefilia europea.

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