Literatura

Javier Valenzuela: “Tánger es el escenario perfecto para una novela negra española”

Javier Valenzuela: “Tánger es el escenario perfecto para una novela negra española”

Miguel Ángel Villena

El autor sólo tiene elogios y admiración por Tánger, una ciudad que le fascina desde hace años, como material narrativo. “Está claro”, comenta Javier Valenzuela (Granada, 1954), “que en Tánger se cruzan dos mares, dos culturas, dos continentes… Además, la capital del Estrecho ha tenido históricamente una fuerte presencia española, de forma que me permitía crear unos personajes que hablaran y pensaran en español. Tánger representa a una ciudad muy literaria y significaba un escenario perfecto para una novela negra española”.

En realidad, esta ciudad se convierte en la novela de Valenzuela en el personaje principal hasta el punto de que sirve también como una guía histórica y de viajes de Tánger. La acción transcurre en dos épocas separadas por medio siglo (1956 y 2002), si bien existe, por supuesto, un hilo conductor entre los personajes que discurren por una etapa y por otra. A juicio del autor, la Tánger internacional de los años cuarenta y cincuenta era “una ciudad que era de todos y no era de nadie, liberal, canalla y glamurosa” y por donde desfilaron o donde residieron intelectuales y artistas como Paul y Jane Bowles, Truman Capote, Ava Gardner, Rita Hayworth, Francis Bacon, Yves Saint-Laurent, Patricia Highsmith o Bernardo Bertolucci. “Fue un refugio de marginales y disidentes de todo tipo”, concluye Valenzuela.

Ahora bien el autor de Tangerina, editada por Martínez Roca, rechaza caer en los estereotipos dulcificados de una visión occidental y colonialistaTangerina del norte de África. Valenzuela sabe bien de lo que habla porque en su larga trayectoria profesional como reportero tuvo destinos como corresponsal y enviado especial de El País, periódico del que fue director adjunto, en Marruecos, Líbano y en otros muchos países árabes. Por ello, los personajes marroquíes, con el escritor Mohamed Chukri a la cabeza, ocupan un lugar destacado en la novela y no representan meros comparsas o figurantes.

“La visión de un Tánger internacional idílico fue más bien una imagen para los europeos o los estadounidenses mientras los marroquíes integraban las filas de los desheredados. Por eso me ha preocupado, de modo especial, destacar personajes como la estudiante y feminista Leila, el comisario Buali o el propio Chukri, un personaje real con el que tuve la suerte de mantener una buena amistad”.

La mezcla de personajes reales y ficticios le ha dado mucho juego a Valenzuela a la hora de escribir Tangerina,Tangerina, y el autor recuerda que esta fórmula ya ha sido empleada en los últimos años por maestros del género como el norteamericano James Ellroy, entre otros. “Los personajes históricos”, aclara Valenzuela, primer director de tintaLibre, y actual colaborador tanto de la revista como de infoLibre, “otorgan un plus de credibilidad a la trama. Por ejemplo, la amistad de Olvido, madre del protagonista, con la escritora Jane Bowles le concede más intensidad a la acción”.

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Después de cuatro décadas de ejercicio del periodismo y con ocho libros de reportajes y no ficción a sus espaldas, Javier Valenzuela explica que la profesión periodística y la narrativa responden a códigos muy distintos. “Los periodistas”, comenta, “tenemos la costumbre de trabajar con hechos reales y demostrables y a partir de documentación, de fuentes, de comprobaciones… Ese código, imprescindible en nuestra profesión, resulta paralizante a la hora de escribir una novela. Porque en la ficción has de aprender a fabular, algo que está reñido con el periodismo. Es decir, son dos formas distintas de contar una verdad: en el periodismo las cosas han de ser ciertas y en la novela deben ser verosímiles”.

Narrada en primera persona, Tangerina cuenta con un profesor del Instituto Cervantes como protagonistaTangerina y Valenzuela explica que huyó deliberadamente de contar la historia a partir de un policía, un periodista o un juez, tres personajes principales que se convierten en muy recurrentes en el género negro. “La primera persona resulta excelente para la crónica policiaca. Ahí tenemos, sin ir más lejos, a Marlowe, el famoso protagonista de las novelas del maestro Raymond Chandler. La razón por la que elegí a un profesor como hilo conductor de la trama era porque me permitía desarrollar, de un modo natural, todo un juego de citas y evocaciones literarias tanto en el Tánger de los años cincuenta como en el de la actualidad. Además, el profesor Sepúlveda resuelve la trama de Tangerina sin propinar ni un solo puñetazo ni disparar un solo tiro,Tangerina es decir, únicamente con la fuerza de su razón”.

Apasionado del género policiaco desde su juventud, Valenzuela confiesa haber leído centenares de novelas negras a lo largo de su vida y declara su admiración por autores clásicos norteamericanos como Raymond Chandler, Dashiell Hammet, James Ellroy y Dennis Lehane. Entre los españoles, el autor de Tangerina subraya que una biblioteca mínima del género negro debería incluir, sin duda, a Manuel Vázquez Montalbán, Juan Madrid y Lorenzo Silva.Tangerina A la hora de comparar las características de este género literario tan popular en Estados Unidos y en el resto del mundo, Javier Valenzuela desarrolla una teoría propia y muy de nuestros días. “La novela negra”, señala, “surge en el mundo salvaje y capitalista de Estados Unidos como un retrato social, al igual que la novela realista francesa de Balzac o Flaubert aparece en el siglo XIX. Lo que ha ocurrido más tarde obedece a que ese capitalismo salvaje se ha extendido con la globalización a todo el mundo. Así las cosas el género policiaco ha arraigado desde China a Sudáfrica, desde América Latina a Europa”.

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