Un 'Brexit' duro costaría a España unos 3.100 millones anuales y tendría mayor impacto en las autonomías del norte

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A una semana de que se cumpla el plazo fijado oficialmente para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, el futuro en torno al Brexit sigue siendo incierto. Este jueves, el Consejo Europeo celebró una de las cumbres más delicadas de los últimos años. Sobre la mesa, dos posibles prórrogas. La primera, una ampliación corta del plazo siempre y cuando la primera ministra británica, Theresa May, consiga antes del 29 de marzo que la Cámara de los Comunes dé el visto bueno al Tratado de Retirada, que ya ha sido rechazado en dos ocasiones. De no lograrlo, Reino Unido tendría hasta el 12 de abril para decidir si acepta una prórroga de larga duración o si se aventura en el tan temido Brexit duro. Una salida a las bravas que, según un informe publicado por la fundación Bertelsmann Stiftung, causaría unas pérdidas a corto plazo de 57.000 millones de euros en Reino Unido y de 43.000 millones en la UE anuales, de las que más de 3.100 millones corresponderían a España. Caídas en los ingresos que golpearían de forma desigual a las distintas regiones.

Horas antes del cónclave, la premier anunció en el Parlamento británico que había solicitado por carta al presidente del Consejo, Donald Tusk, una extensión del artículo 50 del Tratado de Lisboa –el que regula la salida de la UE– hasta el 30 de junio. Una petición que llevó al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a telefonear a May para “alertarla formalmente” de que esa fecha obligaría a convocar elecciones europeas también en Reino Unido, una cita con las urnas que está fijada del 23 al 26 de mayo. Aunque los Estados miembros rechazaron categóricamente la fecha solicitada por ese motivo, sí que aceptaron en la cumbre una ampliación breve –hasta el 22 de mayo– sometida al cumplimiento de una condición: que el Parlamento británico apruebe de una vez por todas y antes del 29 de marzo el famoso Tratado de Retirada. “Una prórroga corta sería posible, pero estaría condicionada al voto positivo de la Cámara de los Comunes sobre el acuerdo de salida”, señaló Tusk antes del cónclave.

Con todos estos elementos sobre la mesa, la premier llegó al cónclave asegurando que todavía se puede lograr una ruptura “ordenada” e instando a Westminster a “cumplir” con la ratificación del acuerdo. No obstante, ante la posibilidad de que pueda fracasar por tercera vez en el Parlamento británico, el bloque comunitario también puso sobre la mesa una segunda vía que pasaría por dar de plazo hasta el 12 de abril a Londres para que informe sobre si acepta una prórroga de larga duración, rechazada por May y que obligaría a Reino Unido a participar en los comicios europeos, o si se decide tirar por la vía de la salida caótica. Con el reloj corriendo en contra, algunos líderes europeos han rechazado en declaraciones a los medios darse por vencidos y han asegurado que trabajarán sin descanso para evitar el escenario sin acuerdo. Sin embargo, también han advertido de que hay que estar “preparados” para un posible Brexit duroBrexit.

Un impacto de 57.000 millones anuales para Reino Unido

Un divorcio a las bravas que tendría consecuencias desastrosas para las economías a ambos lados del Canal de la Mancha. Según el estudio Estimating the impact of Brexit on European countries and regions, publicado este jueves por la fundación Bertelsmann Stiftung y elaborado por los economistas Giordano Mion y Dominic Ponattu, Reino Unido sería el bloque más afectado por una salida sin acuerdo. Así, la investigación concluye que un Brexit duro costaría a los británicos, al menos a corto plazo, 57.340 millones de euros anuales “como consecuencia de la reducción de la productividad y la variedad de productos” y del “incremento de los márgenes”. “Además, esto podría provocar que más de 750.000 personas abandonasen Reino Unido en busca de mejores perspectivas en otros lugares”. En caso de que el divorcio fuese suave, el estudio rebaja el impacto sobre la economía británica: ingresaría 32.264 millones de euros menos anualmente y la fuga en busca de mejores condiciones se rebajaría a las 400.000 personas.

Pero el maremoto económico también golpearía con fuerza a la Unión Europea. Una ruptura sin acuerdo costaría a la economía comunitaria unos 43.000 millones de euros anuales, que se rebajarían hasta los 23.800 millones en el escenario más suave. “Los costes económicos documentados en este estudio se manifiestan principalmente a través de pérdidas de productividad y mayores márgenes de ganancia. Es decir, es probable que el Brexit, sea duro o suave, afecte a las fuentes clave de crecimiento y a la competencia, lo que genera costes negativos en las economías de Europa”, señalan los economistas en el informe. Desplomes, sin embargo, que beneficiarían a terceros países. Así, por ejemplo, el estudio calcula que Estados Unidos podría aumentar sus ingresos tras un divorcio a las bravas en unos 13.200 millones de euros. A la primera economía del mundo le seguiría la segunda, China, que ganaría con una ruptura dura alrededor de 5.200 millones. India, por su parte, sacaría una tajada de unos 2.100 millones de este escenario caótico.

“El Brexit podría dañar los cimientos del área económica más grande del mundo”, apuntó este jueves el exministro democristiano holandés y presidente de la fundación Bertelsmann, Aart Jan de Geus, que pidió a Bruselas y Londres que hagan “todo lo posible” para lograr un acuerdo. Advertencias que se fundamentan, principalmente, en el impacto que, según los cálculos del estudio, podría tener un divorcio desordenado sobre las principales potencias económicas comunitarias. Con un Brexit duro, Alemania sería el Estado más afectado, con una pérdida de ingresos anual de unos 9.500 millones. Su canciller, Angela Merkel, señaló al inicio de la cumbre que la UE trabajará “hasta el último minuto” para “asegurar” una salida suave, pero también pidió que los Estados estén preparados por si las negociaciones no llegan a buen puerto. Tras Alemania, los dos países comunitarios a los que más dañaría una ruptura caótica serían Francia e Italia, con desplomes de 7.700 y 4.100 millones anuales, respectivamente.

Caída desigual de ingresos en España

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En el caso de España, los economistas calculan una caída anual de los ingresos de unos 3.100 millones de euros, que se suavizaría hasta los 1.700 millones en el caso de que Bruselas y Londres consigan acordar definitivamente un divorcio con acuerdo. “Las regiones más afectadas son típicamente las que tienen una industria fuerte, por ejemplo, la automotriz en países como Alemania y partes de España e Italia”, señaló el director del estudio. El informe, además, sostiene que las regiones más expuestas al maremoto económico serán las geográficamente cercanas a Reino Unido. También apunta a aquellas que son “pequeñas y productivas”. “Estas podrían ser menos capaces de cambiar fácilmente el comercio (y la actividad económica en general) a otros países y regiones”, sostienen los dos expertos en las conclusiones de su investigación.

En nuestro país, las regiones que sufrirían una mayor caída de ingresos en términos porcentuales serían las del Norte. Así, Asturias se dejaría un 0,31% anual, lo que se traduce en 69 millones de euros. Le seguirían Cantabria, Galicia y País Vasco, que perderían un 0,31%, un 0,3% y un 0,29%, respectivamente. Así, la economía gallega, que en 2018 exportó a Reino Unido por valor de 1.610 millones de euros, dejará de ingresar al año unos 179 millones de euros por culpa de un Brexit duro. Frente a ellas, las regiones menos expuestas serían las del Sur. En Murcia, Ceuta y Melilla, el desplome de ingresos estimado no llega ni al 0,1%.

Prestando atención al impacto en cifras absolutas, las dos comunidades autónomas que más volumen perderán serán Cataluña y la Comunidad de Madrid. La primera, dejará de ingresar 547 millones de euros anualmente, mientras que un acuerdo desordenado costará 518 millones de euros a la economía madrileña.

A una semana de que se cumpla el plazo fijado oficialmente para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, el futuro en torno al Brexit sigue siendo incierto. Este jueves, el Consejo Europeo celebró una de las cumbres más delicadas de los últimos años. Sobre la mesa, dos posibles prórrogas. La primera, una ampliación corta del plazo siempre y cuando la primera ministra británica, Theresa May, consiga antes del 29 de marzo que la Cámara de los Comunes dé el visto bueno al Tratado de Retirada, que ya ha sido rechazado en dos ocasiones. De no lograrlo, Reino Unido tendría hasta el 12 de abril para decidir si acepta una prórroga de larga duración o si se aventura en el tan temido Brexit duro. Una salida a las bravas que, según un informe publicado por la fundación Bertelsmann Stiftung, causaría unas pérdidas a corto plazo de 57.000 millones de euros en Reino Unido y de 43.000 millones en la UE anuales, de las que más de 3.100 millones corresponderían a España. Caídas en los ingresos que golpearían de forma desigual a las distintas regiones.

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