Emiratos intentó ensuciar el nombre de los expertos de la ONU sobre la guerra de Yemen

De izda. a dcha., el agente Matar, el experto Roland Jacquard y los expertos de la ONU Kamel Jendoubi y Ahmed Himmiche.

Clément Fayol / Antoine Harari / Yann Philippin / Antton Rouget (Mediapart)

European Investigative Collaborations (EIC) sólo pudo comprobar su nombre de pila. Moreno, barba impecablemente recortada y unos 40 años, el jeque Matar es un espía emiratí. Su misión: coordinar las operaciones de espionaje de Abu Dabi en Europa. Es el interlocutor de los servicios de inteligencia con la agencia suiza de detectives Alp Services, en el centro de las revelaciones de la investigación internacional Abu Dhabi Secrets, basada en documentos obtenidos por Mediapart y compartidos con la red de medios EIC, a la que pertenece infoLibre. También han formado parte de la investigación publicada en España por este periódico los medios suizos Heidi News y RSI Television, así como Domani (Italia) y Daraj Media (Líbano)

A cambio de al menos 5,7 millones de euros, Alp Services ejecutó un buen número de operaciones para el jeque Matar, destinadas a dañar la imagen de los Hermanos Musulmanes y de Catar, que los apoya: más de 1.000 ciudadanos europeos fueron señalados sin pruebas, se lanzaron campañas de influencia contra organizaciones y empresas, e intentaron manipular las instituciones europeas y ciertos medios de comunicación a través de una red de periodistas a sueldo.

Para comunicarse con total seguridad, Mario Brero, el dueño de Alp Services, creó dos direcciones de correo electrónico anónimas (tipo 123456@protonmail.com) en el servicio de mensajería encriptada Protonmail: el primero para Alp, el segundo para el jeque Matar. Esto hacía imposible la intercepción de sus comunicaciones.

Pero el espía cometió un error fatal. El 2 de octubre de 2017 Matar escribió por WhatsApp a Mario Brero y le pidió que le diera el nombre de la dirección de correo electrónico y su contraseña, porque estaba “fuera de la oficina”. El jefe de Alp accedió. El resultado: cuando los piratas informáticos consiguieron hacerse con los documentos y correos de la agencia suiza el 19 de marzo de 2021, cumpleaños de Mario Brero, pudieron acceder también a la cuenta de correo electrónico secreta del agente emiratí. El jeque Matar confiaba tanto en ella que no sólo la utilizaba para comunicarse con Alp. Investigaciones privadas contra los expertos de la ONU en Yemen, la utilización de enemigos de Catar e intentos de influir en el Gobierno francés: la lectura de estos correos electrónicos documenta los métodos y obsesiones de Abu Dabi de una forma sin precedentes.

La guerra en Yemen y sus miles de víctimas

El conflicto y el bloqueo marítimo de Yemen impuesto por Arabia Saudí y Emiratos (que luchan contra los rebeldes hutíes, apoyados por Irán) ha provocado la peor crisis humanitaria del mundo, según denuncia la ONU. En 2018, el informe del grupo ad hoc de expertos de Naciones Unidas concluyó que todos los beligerantes, incluidos los Emiratos, eran responsables de crímenes de guerra. Alp Services no dejó pasar la oportunidad y ofreció al agente Matar poner en marcha la operación Probus por 150.000 euros. El objetivo era investigar y descubrir cualquier información incriminatoria sobre los dos expertos norteafricanos del panel de la ONU: Ahmed Himmiche y Kamel Jendoubi.

El primero es un antiguo oficial de las fuerzas aéreas marroquíes. Los detectives suizos rastrearon las redes sociales de los miembros de su familia y entrevistaron a “fuentes”. El informe resultante indica que existen “señales de alarma”, entre ellas presuntos vínculos con “extremistas, potencias extranjeras y Hermanos Musulmanes”. En lo que respecta a Ahmed Himmiche, la operación se detendrá ahí.

Pero el segundo experto de la ONU, Kamel Jendoubi, no tuvo tanta suerte. Este abogado y activista tunecino de derechos humanos, que después entró en política, también fue sometido a escrutinio. Su informe contiene detalles y rumores sobre su vida íntima, obtenidos de “periodistas” y otras “fuentes”. Y, a principios de 2019, empezaron a aparecer artículos que apuntaban a Kamel Jendoubi. Un bloguero escribió que era un oportunista disfrazado de “héroe de los derechos humanos”. Otro titulaba: “¿Es Kamel Jendoubi miembro de los Hermanos Musulmanes?”. En su página de Wikipedia apareció una sección de “controversias”, que ya ha sido eliminada. En ella se le relacionaba con Al Qaeda.

Contactado por EIC, Kamel Jendoubi no oculta su enfado: “La gente que me conoce sabía que no tenía sentido. Me acusaron de simpatizar con los islamistas, a pesar de que siempre he hablado en contra de ellos. Pero lo aterrador era que, a fuerza de repetir, repetir y repetir las mismas acusaciones, casi se convertían en verdad”.

Un periodista estadounidense

La paranoia emiratí sobre Yemen no se limita a los expertos de la ONU. El 3 de mayo de 2018, el jefe de proyecto emiratí de Alp Services ordenó a uno de sus colegas que dejara de trabajar inmediatamente para atender un “nuevo encargo urgente”: hurgar sobre un periodista de investigación estadounidense que trabajaba sobre la guerra en Yemen. El trabajo se encargó a una empresa de detectives irlandesa. Se escrutó la vida del periodista. Un primer informe, fechado el 7 de mayo de 2022, se centraba en su familia, su patrimonio, sus supuestas opiniones e incluso sus infracciones de tráfico. Un segundo informe, sobre su mujer, se envió a Alp unas horas más tarde.

Ese mismo día, los equipos de Alp descubrieron que el periodista había publicado un artículo sobre Yemen. Un empleado comenta en un correo: “El tono del artículo sobre la implicación de Emiratos en Yemen es muy negativo. En Abu Dabi se respeta poco la libertad de prensa”.

Roland Jacquard, el “señor 10%”

Uno de los contactos habituales del jeque Matar es el francés Roland Jacquard, antiguo periodista convertido en autoproclamado experto en islamismo armado. Presidente de un Observatorio Internacional del Terrorismo del que se dice que es el único miembro, también se ha convertido en un habitual de la televisión, donde en varias ocasiones ha dado información falsa. Como cuando facilitó el número de teléfono de una maleta satélite de Al Qaeda que, en realidad, era el número de la Cruz Roja, según un antiguo agente de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE), el servicio de inteligencia francés, que describe a Roland Jacquard como “especialista nacional en primicias mohosas”.

Entre bastidores, Jacquard tiene un próspero negocio como consultor de asuntos especiales. De hecho, ha llevado varios clientes a la firma suiza Alp Services, incluido el contrato emiratí supervisado por el agente Matar, a quien presentó a Mario Brero en 2017. El acuerdo resultó muy lucrativo para ambos. Roland Jacquard tenía derecho al 10% de los pagos. En realidad, un poco menos, ya que el detective suizo solía olvidarse de pagarle la comisión prometida por ciertos encargos.

Los documentos a los que ha tenido acceso EIC demuestran que Roland Jacquard recibió al menos 300.000 euros en relación con el contrato de Emiratos. Un archivo titulado “Jacquard-pmt-commission” muestra un pago de 80.000 euros por los primeros encargos en 2017, 60.000 euros por los de 2018 y 102.000 euros en 2019. Para 2020, otro documento menciona 90.000 euros que debían abonarse en dos plazos: 70.000 euros en factura y 20.000 euros más por los que se le iba a pagar a Roland Jacquard “en efectivo en su próxima visita”.

El total es difícil de calcular con precisión, dado el carácter atípico de la relación financiera. De los documentos analizados, se desprende que hubo anticipos y préstamos que no se puede precisar si se reembolsaron alguna vez, pagos en efectivo y transferencias a la cuenta bancaria de Jacquard en el Crédit Industriel et Commercial (CIC) en Normandía. Las mayores cantidades se pagan a la empresa African Sentinel and Solutions, registrada en Londres y controlada por una sociedad con sede en Mauricio, pero domicilio en Liechtenstein, hasta que Jacquard se hizo oficialmente con ella en 2018. Curiosamente, el “experto en terrorismo” declara en esta ocasión que tiene nacionalidad gabonesa y reside en ese país, aunque nació en Túnez y reside en Francia.

El “señor 10%” de los servicios de Alp goza de un raro privilegio: mantiene correspondencia directa con el jeque Matar. EIC ha podido consultar 44 correos electrónicos, algunos de los cuales ya había revelado Mediapart el pasado mes de marzo, durante una investigación anterior.

Roland Jacquard, un hombre con contactos, quiso presumir ante Matar. Le pasó al espía, sin una palabra de explicación, una carta que Joe Biden supuestamente le había enviado el 8 de octubre de 2020, cuando era vicepresidente de Estados Unidos. “Mi querido amigo de Francia, querido Roland, gracias de nuevo por tu excelente contribución a mi programa contra el terrorismo internacional”, se lee en la carta, que concluye: “Me recuerda nuestras conversaciones en Number One Observatory Circle [la residencia del vicepresidente de Estados Unidos] con nuestros amigos comunes”. Excepto que la carta está escrita en un papel normal, sin membrete presidencial. ¿Es auténtica? La Casa Blanca y Roland Jacquard no han respondido a esa pregunta.

Escritos en un inglés chapurreado, los correos electrónicos de Roland Jacquard son a veces simples alertas de unas pocas frases. Pero, en muchos de ellos, el experto presume de trasladar al agente emiratí información confidencial de los servicios secretos, del Gobierno francés e incluso del propio presidente. También describe supuestas conversaciones “no públicas” que Emmanuel Macron mantuvo con el papa Francisco o la canciller alemana Angela Merkel.

“Alerta roja en Francia”, escribió el 27 de octubre de 2020, cuando asegura que ha pasado el día en una “reunión de seguridad” por una bomba descubierta en París, mientras que una “célula Daesh está bajo control de la policía en Argenteuil”.

En cuanto a la influencia de los Hermanos Musulmanes en Francia y su financiación por Catar, el principal objetivo de los Emiratos, Roland Jacquard se jacta ante el jeque Matar de ser un lobista tan eficaz que influyó en la ley de 2020 de lucha contra el separatismo islamista, gracias a reuniones “privadas” con asesores del presidente Macron; del primer ministro, Jean Castex; del ministro del Interior, Gérald Darmanin, y del ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti. A preguntas de Mediapart, los ministerios negaron cualquier contacto con Roland Jacquard. El Elíseo no respondió.

En algunos correos electrónicos, también aparecen incoherencias, como información que se presenta como confidencial cuando en realidad es pública. En diciembre de 2020, Roland Jacquard envió al jeque Matar una nota que pretendía ser el resumen de un “estudio estratégico” de la Direction Générale du Renseignement (DGR) y de la Secrétariat Général de la Défense et de la Sécurité Nationale (SGDSN), pero que no contenía más que banalidades sobre el Brexit.

En definitiva, ¿vendió Roland Jacquard secretos de Estado a un alto precio a una potencia extranjera? ¿O abusó de su interlocutor proporcionándole información falsa? El consultor se ha negado a responder a las preguntas de EIC. “El señor Jacquard niega cualquier acusación de tráfico de influencias. En cuanto a sus honorarios, fueron declarados y gravados en Francia”, afirma su abogado, Patrick Maisonneuve.

Un empresario preso en Catar

Otra operación, cuando menos rocambolesca, tuvo su origen en un corresponsal de Alp Services, el periodista francés Ian Hamel, que trabaja para Le Point y Marianne. La investigación Abu Dhabi Secrets ha revelado que cobró de la agencia de detectives suiza. Alp no sólo le inspiró algunos de sus artículos, sino que también le utilizó como informador.

El origen del caso es Jean-Pierre Marongiu, un empresario francés afincado en Catar al que, según declaró, su socio local tendió una trampa y acusó falsamente, aunque lo había perdido todo. Detenido en 2013 cuando intentaba huir del país, estuvo encarcelado sin juicio durante cinco años. En 2017, consiguió ponerse en contacto con Ian Hamel desde la cárcel. Entonces le dijo que varios miembros de la familia real catarí están encarcelados con él, según un artículo publicado por Le Point. Las autoridades cataríes lo niegan.

Tras su liberación en 2018, Marongiu permitió a Ian Hamel confirmar su primicia. El 17 de noviembre de 2018, le organizó una reunión con un amigo íntimo de uno de los presos reales: el jeque Talal Al Thani, primo del emir de Catar.

Cinco días más tarde, aunque todavía no había publicado nada, Ian Hamel envió un informe a Alp. Incumpliendo las normas deontológicas del periodismo, detallaba los antecedentes de su investigación y la identidad de sus dos fuentes.

No fue hasta tres semanas después, el 14 de diciembre de 2018, cuando publicó su artículo en Marianne. En él, el colaborador del jeque afirmaba de forma anónima que Talal Al Thani “puede dar testimonio de muchas cosas embarazosas para el régimen, como [...] la distribución de fondos a organizaciones terroristas en Somalia, el Sahel y el Sinaí”. Estas acusaciones hacen las delicias de Emiratos.

El 23 de febrero de 2019, Ian Hamel envió a Mario Brero las pruebas de imprenta confidenciales del libro InQarcéré, en el que Jean-Pierre Marongiu relata su detención. “Hacia la página 70, cuenta que Catar supuestamente ha encarcelado a miembros de Daesh [el grupo terrorista Estado Islámico] en su suelo. [...] Es un libro interesante”, destaca el periodista.

El 7 de marzo, Alp envió un informe al espía emiratí Matar, detallando la información transmitida por Ian Hamel, incluida la identidad de sus fuentes: Jean-Pierre Marongiu y el estrecho colaborador del jeque Talal Al Thani. Alp añade que “según [sus] fuentes, Catar está muy avergonzado” por el artículo de Marianne, y que se sentirá igual de avergonzado cuando se publique el libro.

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Al mismo tiempo, Emiratos Árabes Unidos decidió tomar bajo su protección a una de las dos fuentes de la periodista. Mario Brero le pidió a Ian Hamel que le presentara a Jean-Pierre Marongiu, lo que éste aceptó. Alp elaboró entonces un plan de batalla, que fue aprobado por el jeque Matar. El objetivo: dar la máxima difusión al libro InQarcéré. La operación incluyó media training, organización de reuniones con periodistas, toma de control de las redes sociales y el lanzamiento de una página web especialmente dedicada.

Además, se creó un grupo de WhatsApp para reunir a Jean-Pierre Marongiu, Mario Brero y sus equipos. Los intercambios demuestran que se pagó al autor. “Podríamos liberar los últimos 2.000 euros al final de la semana”, escribe un empleado de Alp, que pidió una factura, más otra por un “pago de 3.000 euros” anterior. A finales de 2019, en su informe final, Alp se felicita por haber convertido a Jean-Pierre Marongiu, pese a su “polarizada” personalidad, en un “defensor creíble de los derechos humanos contra Catar”.

EIC no ha podido hablar con Jean-Pierre Marongiu, porque falleció el pasado 13 de junio, en plena investigación. Y su editor no ha respondido a las preguntas que se le han enviado. Mario Brero se ha negado a contestar sobre el fondo del asunto y cree que los documentos publicados han sido “parcialmente falsificados”. Ian Hamel confirmó que había presentado a Jean-Pierre Marongiu al jefe de Alp, pero declinó hacer comentarios sobre la ayuda prestada por la agencia al empresario.

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