LUCHA CONTRA EL FRAUDE

Hacienda extenderá la inspección a ferias y festejos

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En las Fallas de Valencia, en plenas fiestas, la figura del inspector de Hacienda (o del agente tributario) sólo está fuera de lugar si no es de cartón piedra y está de servicio. Este año, para sorpresa, revuelo e indignación de muchos, incluida la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, los agentes tributarios han entrado en las casetas pidiendo facturas para comprobar si las comisiones han cumplido con las normas tributarias.

Para los más avisados, las inspecciones no han sido una sorpresa. La Agencia Tributaria ya realizó actuaciones similares en la Feria de Abril de Sevilla en 2012. Y probablemente continuarán. Así lo cree el presidente de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), Ramsés Pérez Boga. "Actuaciones como las que se están llevando a cabo" asegura, se apoyan "en los planes anuales de Control Tributario  Aduanero". "Si no explícitamente" sostiene Pérez Boga "si se desprenden de lo aprobado". Por ello, previsiblemente, acciones como las descritas, continuarán.

En Valencia, como en Burriana y Benicarló, localidades de Castellón a las que también han acudido los hombres de la Agencia Tributaria, no se discute tanto la coherencia de la inspección al combatir el fraude allí donde puede, como la falta de oportunidad.

La caja del restaurante

"Hace una década" recuerda un funcionario de la Agencia Tributaria que pide el anonimato, "se entró en un restaurante gallego a embargar la caja". Pero precisamente porque lo que se buscaba era obtener la mayor cantidad de dinero posible, se entró después de la hora de la comida, cuando la caja estaba llena". En el momento oportuno. A lo práctico y no a lo espectacular.

En opinión de este funcionario, algo que también comparten en la IHE, en la actuación de la Agencia Tributaria de estos días se advierte un estilo peculiar. Es el estilo, aseguran, que ha impuesto el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, presionando a colectivos diversos desde una posición de privilegio, en cuanto a información se refiere, desde los periodistas-tertulianos a los actores, pasando por adversarios políticos.

Se busca la acción ejemplar, la repercusión rápida y el impacto mediático. No son valoraciones gratuitas. En noviembre de 2011, El Mundo publicó una información en la que explicaba que la responsable de Recaudación de la Agencia Tributaria, Ana Fernández-Daza, había enviado un correo a los 17 responsables territoriales en los que pedía "impulsar o acordar" autorizaciones "para entrar "en domicilios o en locales". El mensaje contenía una frase polémica. Fernandez-Daza pedía expresamente que las actuaciones tuvieran "repercusión mediática". Como ha sucedido ahora en Valencia y en Castellón.

Efectividad

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Pero la espectacularidad, a menudo, está reñida con la efectividad. En Galicia, por ejemplo, y en concreto en Santiago de Compostela, se han llevado a cabo campañas de inspección sobre los alquileres a la población estudiantil de las que no se sabe el resultado. Aunque lo que sí se sabe es que el dinero opaco sigue corriendo. El sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda Gestha estima que en el combate contra el fraude se halla el mayor potencial de recaudación. hasta 38.500 millones, según este sindicato, se podrían obtener para las arcas públicas con tan solo reducir a la mitad la economía sumergida y situarla en la media de la UE-15.

Pero de lo que se duda en todos los sindicatos es de que las medidas espectaculares ataquen la raíz del problema. Porque el grueso del fraude, como bien sabe Montoro, no se encuentra en las casetas de feria, ni el dinero negro se oculta entre ninots. El ministro Montoro lo puede saber bien porque la amnistía fiscal que aprobó el pasado año tenía como objetivo recaudar 2.500 millones de euros, aunque recaudó apenas 1.190, con una media de 38.000 euros de 29.065 personas físicas y 618 jurídicas. Pese a todo, Montoro sacó pecho al asegurar que con la regularización habían aflorado 40.000 millones de euros en rentas no declaradas.

Hacienda, en cualquier caso, y como demuestran sus últimas actuaciones (entre las que se encuentra la inspección de 12.000 alquileres, que en un 70% de los casos han dado lugar a acciones) quiere mantener una política de palo y zanahoria. Inspectores a las casetas mientras amplía, según denuncia de los inspectores de IHE, la posibilidad de rebajar la pena por cometer delito fiscal si se satisface la deuda tributaria en vía jurídica. Además, Hacienda ultima un proyecto de ley para hacer pública la lista de los incumplidores con el Fisco. Anque no está cerrado, el proyecto podría incluir a los morosos y no solo a los defraudadores.

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