Depardieu no sabe lo que es el 'sólo sí es sí' y ya está fichado como agresor: así es su condena por violar a dos mujeres
Es el primer resultado judicial de un caso que tiene varias vertientes. Gérard Depardieu ha sido condenado el martes 13 de mayo por agresiones sexuales en uno de los casos que le afectan, el del rodaje de la película Les Volets verts (2022).
El actor estrella del cine francés ha sido condenado a 18 meses de prisión condicional, tras las denuncias de Amélie, decoradora, y Sarah (nombre ficticio), ayudante de dirección; será inscrito en el registro de autores de delitos sexuales y condenado a dos años de inelegibilidad para cargo público.
El actor no ha asistido a la vista en París, ya que se encuentra rodando una nueva película en Portugal, tras cuatro años alejado de los platós de cine.
El presidente del tribunal, Thierry Donard, ha insistido en las “declaraciones constantes, reiteradas y circunstanciadas” de las dos denunciantes, corroboradas por “declaraciones coherentes” de testigos o personas a quienes se confiaron y, en el caso de Sarah, por mensajes escritos en los que detallaba las agresiones, enviados a su familia y a su compañera de piso.
Por el contrario, ha insistido en las “incoherencias” o las explicaciones “tardías” de Gérard Depardieu, subrayando que había cambiado su versión en la vista. El tribunal también considera que Depardieu no “parece haber comprendido el concepto de consentimiento”, ni el daño que ha causado.
A finales de marzo, la fiscalía de París había solicitado 18 meses de prisión condicional y la obligación de recibir tratamiento psicológico para el actor.
La decisión también era muy esperada en lo que respecta a los daños y perjuicios. Al término de los cuatro días de audiencia, las abogadas de las partes civiles solicitaron una indemnización adicional por “victimización secundaria”, es decir, el maltrato sufrido por sus clientas durante la audiencia.
Reconocimiento de la victimización secundaria, una “primicia”
El martes 13 de mayo, el tribunal también ha reconocido esta “victimización secundaria”, lo que abre la vía a una “indemnización específica”. Gérard Depardieu deberá pagar a Amélie 4.000 euros por daños morales, 1.000 euros por la victimización secundaria sufrida y 10.000 euros en concepto de daños y perjuicios; a Sarah, 2.000 euros por daños morales, 1.000 euros por victimización secundaria, 1.040 euros por gastos médicos y 10.000 euros por daños y perjuicios. Y a la Asociación Europea contra la Violencia hacia las Mujeres en el Trabajo (AVFT), parte civil en este juicio, 1.500 euros.
En su alegato, Carine Durrieu Diebolt, abogada de una de las demandantes, denunció el tratamiento “degradante” de las “estrategias de la defensa”, y su colega Claude Vincent criticó duramente la “apología del sexismo” y “un agresor defendido por un agresor que ha agredido a todo el mundo en esta sala”. La abogada también había subrayado “la responsabilidad del Estado”: “Institución que debería haber tomado todas las medidas para que esto no ocurriera”.
“Siempre se oye decir que la justicia debe hacer su trabajo, hoy se ha hecho”, ha reaccionado Amélie al conocer la sentencia. “Es una victoria para todas nosotras. Pienso en todas las mujeres que han venido a apoyarnos testificando en nuestro juicio. Sarah y yo dedicamos esta victoria a todas aquellas que no han podido hablar”.
“Estoy muy aliviada, sobre todo por esta pequeña indemnización por victimización secundaria, que es muy simbólica”, celebra también Amélie. “Es muy importante que los agresores sexuales que contratan a este tipo de abogados piensen que les puede salir aún más caro”. Y añade: “Se dice que las mujeres son interesadas, pero yo no he ganado ni un céntimo con este caso, la indemnización no cubre todos los gastos en los que he incurrido. Pero tengo la conciencia tranquila, estoy aliviada”.
Por su parte, Sarah, que no ha podido estar presente en la deliberación, ha declarado a Mediapart lo “aliviada” que se siente por esta decisión. “Era importante para mí que se me escuchara, que se me creyera. Que por fin se supiera la verdad. Que se tuviera en cuenta la victimización secundaria. Que se deje de minimizar los hechos”, explica, “pensando en todas las demás víctimas, en todas aquellas que no han podido hablar y en aquellas para las que ya es demasiado tarde”. “Es una lucha que he librado por mí, pero también por ellas. Espero que este procedimiento sirva para que las cosas avancen”, añade.
A la salida de la sala 10, la abogada Carine Durrieu Diebolt celebró “una buena decisión”, “un reconocimiento para las víctimas de Gérard Depardieu”: “Es la victoria de dos mujeres en un rodaje, pero es la victoria de todas las mujeres que hay detrás de este juicio, y también pienso en las demás víctimas de Gérard Depardieu, cuyos casos han prescrito, y en las cuatro que subieron al estrado [en el juicio, en marzo, ndr], Marie, Sarah, Carine y Lucile, porque fueron muy valientes al haber venido”.
Ahora que se inaugura la 78ª edición del Festival de Cannes, esta condena debería resonar mucho más allá del caso Depardieu. Desde el inicio del movimiento #MeToo, el mundo del cine ha estado en primera línea de los avatares del movimiento. En abril, un informe de la comisión de investigación parlamentaria criticó duramente a la industria cinematográfica, descrita como una “máquina de triturar talentos” en la que aún persisten “la ley del silencio””, profundas resistencias y “disfunciones verdaderamente sistémicas”.
“Hoy espero que sea el fin de la impunidad de un artista en el mundo del cine”, declaró la abogada Carine Durrieu Diebolt a la salida de la audiencia. “He oído a algunos actores, todavía hace poco, apoyar a Gérard Depardieu, pero creo que con esta sentencia ya no se puede decir que no sea un agresor sexual”.
“La condena es un alivio, pero no una sorpresa”, reaccionó la otra abogada, Claude Vincent. “Las expectativas se centraban más en las cantidades que se iban a imponer y, en mi opinión, es la primera vez que aparecen en una decisión penal francesa los términos de victimización secundaria en relación con las declaraciones y maniobras del abogado defensor durante la vista”.
El abogado de Gérard Depardieu, Jérémie Assous, cuya estrategia de defensa ha sido objeto de acalorados debates, ha reaccionado lamentando que “ahora la defensa, en este tipo de juicios, ya no se acepta”.
También anunció que el actor va a recurrir la sentencia. Consideró que “para la sala 10ª del tribunal correccional de París, una acusación equivale a una condena”. “A partir del momento en que se te acusa hoy de un delito de agresión sexual, quedas automáticamente condenado, y da igual que haya múltiples contradicciones, mentiras, incluso incoherencias o incompatibilidades físicas, se considera que no tiene ninguna importancia y, lo que es peor, se considera que cuestionar las acusaciones es una agresión más”, ha señalado.
Un caso revelado por Mediapart
El caso que ha valido la condena a Gérard Depardieu fue revelado por Mediapart en febrero de 2024. Tras nuestra primera investigación sobre el actor en 2023, dos mujeres —Amélie, una decoradora de 54 años, y Sarah, una ayudante de dirección de 34— alertaron a Mediapart con seis meses de diferencia, sin ponerse de acuerdo entre ellas.
Ambas acusaban al actor de haberlas agredido sexualmente durante el rodaje de la película Les Volets verts, de Jean Becker, en agosto y septiembre de 2021. Presentaron una denuncia en la primavera de 2024 y el proceso acabó en juicio en octubre de 2024, finalmente aplazado hasta marzo a petición del actor, que alegó problemas de salud.
Durante la vista, el actor volvió a negar cualquier agresión sexual, alegando que él no era “Émile Louis” (famoso asesino en serie, ndt) ni “un acosador en el metro”. “No veo por qué me divertiría manosear a una mujer, tocándole el culo o los pechos”, repitió. Sin embargo, en el estrado, cambió su versión de los hechos. Mientras que un año antes, bajo custodia policial, había asegurado que “nunca había tocado” a Amélie y que no recordaba a Sarah ni que ella se hubiera quejado, en el juicio explicó que había agarrado a la primera por las caderas “para no caerse” y que nunca había estado “a solas” con la segunda.
Y aunque había afirmado no “recordar haberse disculpado” con esas dos mujeres, como afirmaron varios testigos, en el estrado dijo que se había disculpado simplemente por sus comentarios soeces, y en ningún caso por las agresiones sexuales.
El juicio se caracterizó por la virulencia del abogado de Depardieu, que no reparó en comentarios sexistas, misóginos y humillantes hacia las demandantes, a las que calificó de “mentirosas”, “mujeres interesadas” que querían “hacer su numerito ante las cámaras” , así como hacia sus abogadas, que recibieron el apoyo de doscientas colegas en un artículo publicado en Le Monde. En su respuesta al diario, Jérémie Assous denunció por su parte “las falsedades” y replicó que “un juicio no es una ceremonia expiatoria destinada a poner en escena a un acusado que finalmente se arrepiente”.
Otro caso más amenaza a Depardieu
Tras el juicio, once de las veintidós mujeres que acusaron al actor de agresiones sexuales en la prensa o ante la justicia tomaron la palabra para denunciar, en la emisión vídeo de Mediapart, el sentimiento de “impunidad” del actor durante años.
Desde 2018, cuando se desató el caso, seis de ellas han presentado denuncias (dos procedimientos han sido archivados por prescripción). Gérard Depardieu, que goza de la presunción de inocencia, niega todas las acusaciones. En un artículo publicado en Le Figaro en octubre de 2023, el actor afirmó que “nunca, jamás, había abusado de una mujer” y que “hacer daño a una mujer sería como darle una patada en el estómago a tu propia madre”.
La Fiscalía francesa pide una condena de 18 meses para Gérard Depardieu por agresión sexual
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Sin embargo, el actor podría no haber terminado de vérselas con la justicia. La denuncia presentada por la actriz Charlotte Arnould en 2018 le ha valido una imputación por violación y agresión sexual (que él niega). La fiscalía ha solicitado la apertura de un proceso penal, pero la jueza de instrucción aún no ha dictado auto, ya que se están llevando a cabo investigaciones adicionales.
Traducción de Miguel López