Francia, Italia y Alemania apoyan la adhesión “inmediata” de Ucrania a la UE

El primer ministro italiano Mario Draghi, el presidente rumano Klaus Iohannis, el presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz.

Ludovic Lamant (Mediapart)

Desde hace tres meses, el Palacio del Elíseo venía repitiendo que Emmanuel Macron solo iría a Kiev si tenía anuncios que hacer. A diferencia de otros, como Pedro Sánchez o el británico Boris Johnson, el jefe de Estado francés quiso viajar a la capital ucraniana con la ambición de influir en la continuación del conflicto. Su llegada en la mañana de este jueves 16 de junio, tras un trayecto en un tren nocturno especial que salió de la frontera polaca, junto al canciller alemán Olaf Scholz y el primer ministro italiano Mario Draghi, fue una puesta en escena “histórica, con la esperanza de dejar huella. Se trata de “un mensaje de unidad europea” y de “apoyo” al pueblo ucraniano, “tanto para el presente como para el futuro”, declaró Emmanuel Macron a su llegada a la estación de Kiev. En una rueda de prensa celebrada posteriormente, tras una reunión con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, manifestó: “Pueden contar con la fraternidad de Europa para garantizar que Ucrania siga siendo libre”. 

Al término de una visita exprés a Irpín, en las afueras de Kiev, organizada después de la llegada del tren, el presidente francés también declaró: “Hoy, Ucrania debe ser capaz de resistir y vencer. Apoyamos al pueblo ucraniano sin ambigüedades”. Emmanuel Macron repitió de esta forma su confianza en una “victoria para Ucrania”, cuyas palabras sobre la necesidad de “no humillar” a Rusia habían enfadado a muchos responsables ucranianos.

El trío de líderes europeos puso así en escena el jueves el frente europeo unido en la guerra actual. “Debemos crear una comunidad de paz, prosperidad y derechos que una a Kiev con Roma, París, Berlín y todos los demás países que comparten este proyecto”, subrayó el jefe del Gobierno italiano Mario Draghi. “La agresión rusa contra Ucrania es una agresión contra toda Europa”, apuntó el presidente ucraniano.

Sin embargo, el trío sabe que las desavenencias en el seno de los 27 son profundas respecto a la adhesión del país a la UE. Esta visita se produce en vísperas de la publicación por parte de la Comisión Europea de un documento clave sobre la cuestión. Se espera que el Ejecutivo de la UE proponga conceder a Ucrania el estatus de candidato oficial a la UE, tal vez con algunas condiciones, que posiblemente incluyan una fecha para la apertura de las negociaciones.

En la mencionada rueda de prensa celebrada en Kiev este jueves con Zelensky, los tres líderes expusieron sus argumentos para conceder a Ucrania el estatus de candidato oficial, preparando el terreno para los anuncios de la Comisión del viernes. “Italia quiere a Ucrania en la UE”, dijo Mario Draghi, el más entusiasta con diferencia.

El canciller Scholz dijo que esperaba una “decisión positiva” sobre la condición de candidato. “Pueden contar con la hermandad de Europa para garantizar que Ucrania siga siendo libre”, insistía Emmanuel Macron, que ocupa la presidencia de turno de la UE hasta finales de junio.

Pero son los países miembros los únicos competentes en la materia y todo se decidirá en la cumbre de líderes europeos del 23 y 24 de junio en Bruselas. “Ucrania ha conseguido mucho en los últimos diez años y aún le queda mucho por hacer, por ejemplo en la lucha contra la corrupción [...] Nuestro dictamen lo reflejará cuidadosamente”, declaró Ursula von der Leyen en Kiev la semana pasada, y añadió: “Espero que dentro de 20 años, cuando miremos atrás y veamos lo que se ha conseguido, podamos decir que hemos tomado la decisión correcta”.

En la mesa del Consejo, las opiniones están divididas. Los desacuerdos ya se habían profundizado cuando se negoció un sexto paquete de sanciones el 30 de mayo. “Ucrania forma parte de la familia europea”, declaró Charles Michel, presidente del Consejo, en la cumbre de Versalles de marzo. Esta vez, será necesario ser más preciso.

El reto de la cumbre de la próxima semana será mantener una apariencia de unidad, quizás jugando con las condiciones que conlleva el estatus de candidato. La UE debería centrarse en la ayuda de emergencia a Ucrania, en lugar de enzarzarse en “debates jurídicos” sobre el estatus que debe concederse o no a Ucrania, un debate que corre el riesgo de crear “falsas expectativas”, advirtió el martes António Costa, primer ministro portugués, en una entrevista con The Financial Times.

Es conocida la posición francesa de las últimas semanas, bastante similar a la de Lisboa: expresar un apoyo inquebrantable a Ucrania en la emergencia de la guerra (ayuda financiera a la economía, entrega de armas, sanciones contra Moscú, etc.), con una forma de prudencia sin embargo sobre las perspectivas de adhesión. “El proceso que les permita ingresar tardaría varios años, en verdad, probablemente varias décadas y, es verdad, a no ser que decidamos rebajar los estándares de esta adhesión”, declaraba el jefe de Estado francés en Estrasburgo el 9 de mayo.

“Lo peor sería que le diéramos un estatus a Ucrania y 10 años, 20 años, 30 años, 40 años e incluso si tomo como ejemplo el caso de Turquía casi 60 años después, vemos que de hecho no ha pasado nada”, señalaba el entorno del presidente francés. “Hay que tener cuidado de no dar un estatus y, luego, constatar todas las razones por las que no llegaremos al final de las negociaciones”.

Cinco países ya reconocidos como “candidatos oficiales”

Queda por ver qué condiciones se impondrán, en detalle, a la apertura de las negociaciones. Scholz, el más prudente de los tres, subrayó que cualquier ampliación de la UE sigue “sujeta a criterios precisos que deben ser respetados por todos los candidatos”, como por ejemplo el respeto al Estado de Derecho o el grado de corrupción en la vida pública, lo que implica que no habrá vía libre para Kiev una vez que se le conceda el estatus de candidato oficial, a diferencia de lo que defienden Polonia o los Países Bálticos. Ucrania está “dispuesta a trabajar” para convertirse en “miembro de pleno derecho” de la UE, reaccionaba por su parte el presidente Zelensky.

Sobre el papel, el camino es largo para cada candidato a la adhesión a la UE. Aunque Volodymyr Zelensky sueñe con un procedimiento exprés, se necesitan años. Según el artículo 49 de los Tratadosla solicitud debe ser aceptada primero por la Comisión y luego por el Consejo (los 27 Estados miembros) por unanimidad. A continuación, el país en cuestión debe adoptar reformas para incorporar el llamado “acervo comunitario", es decir, toda la legislación y el derecho europeos hasta la fecha.

Lo que complica el debate con Ucrania es que Kiev no es el único candidato. Ahora hay cinco países reconocidos como candidatos oficiales: Montenegro, cuyas negociaciones de adhesión se llevan a cabo desde 2012, Serbia (desde 2014), Turquía (las conversaciones con Ankara, abiertas en 2005, están estancadas), Macedonia del Norte y, por último, Albania. Por su parte, a Kosovo y Bosnia-Herzegovina se les señala como “candidatos potenciales”.

Serbia y Montenegro, considerados los más avanzados en este engorroso y tedioso proceso, siguen aspirando a entrar en la UE en 2025, un objetivo más arriesgado que nunca, sobre todo porque el apoyo de Serbia a Moscú desde febrero complica la cuestión. Una decisión sobre Ucrania, en plena guerra con Rusia, significa también hacer un balance del proceso de adhesión que lleva años en marcha con estos países balcánicos.

Moldavia y Georgia se suman ahora a esta ya larga lista. El primero está haciendo campaña para obtener el estatus de candidato junto con Ucrania, argumentando que corre el riesgo de ser el próximo país del mapa europeo en ser ocupado por Rusia. En el Parlamento Europeo, los presidentes de los principales grupos políticos se posicionaron antes de la cumbre del 23 y 24 de junio a favor de conceder el estatus de candidato oficial a Ucrania y Moldavia, pero no a Georgia.

En este contexto, Emmanuel Macron ha defendido hasta ahora un proyecto de “comunidad política europea”, es decir, una organización de cooperación para los vecinos de la UE que compartiría con ella las políticas de seguridad, transporte o energía, en lugar de una adhesión plena. “La adhesión no prejuzgaría la futura pertenencia a la Unión Europea, por supuesto, ni se cerraría a los que han salido de la UE”, decía el presidente francés el 10 de mayo.

Zelenski se reúne con Macron, Scholz, Draghi y Iohannis en el centro de Kiev

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A Zelensky nunca le ha convencido, hasta la fecha, esta propuesta, que le parece una Europa a la baja, mientras que los responsables moldavos no se oponen a ella, siempre que la pertenencia a esta comunidad no sea una alternativa a las negociaciones de adhesión.

Traducción: Mariola Moreno

Leer el texto en francés:

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