Veinte días después de la aprobación el 3 de julio de la moción de los ecologistas en el Consejo de París (asamblea deliberativa que une ayuntamiento y departamento, ndt), para rendir homenaje a las víctimas civiles palestinas del genocidio en curso, el ayuntamiento sigue en silencio. Un silencio que provoca malestar mientras cada día se agrava la situación y la hambruna se apodera de Gaza. En un comunicado publicado el 22 de julio, los grupos ecologista y comunista piden a la ciudad de París que “respete la votación del Consejo”.
La moción aprobada a principios de mes prevé el apagado de la Torre Eiffel y la concesión de la ciudadanía de honor a los civiles de Gaza, la séptima moción de los ecologistas en este sentido. “Tres semanas después, no se ha anunciado ninguna fecha para el apagado de la Torre Eiffel. No hay ninguna inscripción en el orden del día sobre la ciudadanía de honor. No hay ningún mensaje diplomático de la ciudad exigiendo el levantamiento del bloqueo”, enumera el comunicado.
El 4 de julio, Fatoumata Koné, presidenta del grupo ecologista, envió una misiva al respecto a la alcaldesa Anne Hidalgo. “Nos gustaría saber la fecha elegida para el apagado de la Torre Eiffel en este contexto, así como las modalidades de inscripción en el orden del día del próximo Consejo de París para la concesión de la ciudadanía de honor a las víctimas civiles palestinas”, pedía en esa carta, consultada por Mediapart. Una carta que tampoco obtuvo respuesta.
“No entiendo cómo la ciudad de París puede hacer oídos sordos a estas peticiones”, confiesa Fatoumata Koné a Mediapart. “Se han concedido importantes subvenciones a ONG como Acted, pero necesitamos una expresión política. Se han traspasado todos los límites, París debe hacer oír su voz”, defiende también Ian Brossat, candidato comunista a la alcaldía de París.
Los ecologistas y los comunistas recuerdan que la Torre Eiffel se iluminó con los colores de Ucrania tras la invasión rusa y con los de Israel tras los atentados terroristas del 7 de octubre, y que París concedió la ciudadanía de honor a los rehenes de Hamás, al igual que recientemente al pueblo de Nagorno-Karabaj. ¿Cómo no dar entonces la impresión de que hay un doble rasero?
Socialistas divididos
Por otra parte, con la extrema derecha gobernando en Italia, Roma, la única ciudad hermanada con París, apagó la fuente de Trevi el 18 de julio para mostrar su apoyo al pueblo palestino. “Es aún más vergonzoso para la ciudad de París”, lamenta Laurent Sorel, diputado de L'Après (partido formado por los excluidos de LFI). Raphaëlle Primet, copresidenta del grupo comunista, denuncia una “negativa insoportable”. “No hay ninguna razón para no hacerlo, pero ellos lo están retrasando”, lamenta.
“Ellos” es el ejecutivo de la ciudad de París, con Anne Hidalgo a la cabeza. Dado que una moción no es jurídicamente vinculante, la decisión de aplicarla corresponde a la alcaldesa. Contactados por Mediapart, su entorno no ha dado ninguna respuesta. “Hay un bloqueo por parte de la alcaldesa, pero también del grupo socialista parisino, para quien no es un tema consensuado”, lamenta Fatoumata Koné. De hecho, en la votación a mano alzada del 3 de julio, el ejecutivo se pronunció en contra de la moción defendida por los ecologistas, y el grupo socialista no dio instrucciones de voto.
El texto de los ecologistas se basaba en el informe del Comité Especial de la ONU de septiembre de 2024 y en el informe de Amnistía Internacional del 5 de diciembre de 2024, para señalar un “riesgo de genocidio” en Gaza. Un vocabulario que parte de los socialistas parisinos no comparte. “Los ecologistas, el PCF y La Francia Insumisa han retomado esta terminología. Pero los socialistas hablan de crimen, de masacre, no de genocidio”, explica un diputado socialista. Varios diputados socialistas han firmado además la propuesta de ley de la diputada macronista Caroline Yadan sobre “las nuevas formas de antisemitismo”, que tiende a condenar el uso del término “genocidio” para referirse a la situación en Gaza.
A título personal, estoy de acuerdo con el fondo de esta moción, que tiene una importancia simbólica
Pero varios miembros del grupo socialista votaron a favor de la moción del 3 de julio, como la expresidenta de Amnistía Internacional Geneviève Garrigos, Jean-Luc Romero-Michel o Karim Ziady. Contactada por Mediapart, Geneviève Garrigos explica que siempre ha votado a favor de las mociones comunistas y ecologistas en apoyo a Gaza desde noviembre de 2023. Hoy, manifiesta su incomprensión ante el silencio de Anne Hidalgo: “Pedí que me explicaran esta postura a finales del año pasado y todavía no he recibido respuesta. Con esta situación actual, me duele mi ciudad”, afirma con emoción.
Para Karim Ziady, la guerra genocida librada por Israel se ha convertido en “un debate tabú” en su grupo: “Ya no podemos hablar de este tema". “Algunos se adhieren al discurso israelí de ‘devolved a los rehenes y detendremos la guerra’, que esconde una negativa a cesar los bombardeos”, opina Geneviève Garrigos. En mayo de 2024, el Consejo de París guardó un minuto de silencio en homenaje a los civiles palestinos. Eso fue todo.
Incomprensión
Algunos miembros del grupo socialista son especialmente virulentos con los políticos pro palestinos, como el alcalde del centro de París, Ariel Weil. Este había coescrito una contribución temática durante el congreso del Partido Socialista (PS) titulada “Círculo socialista de amigos de Israel”, en la que se elogiaba la estrategia militar del Gobierno de Netanyahu.
La propia Anne Hidalgo se irritó en noviembre de 2023 con Laurent Sorel, entonces miembro de La Francia Insumisa, cuando, tras condenar el “acto terrorista” de Hamás, añadió que “hoy en Gaza se está cometiendo otro crimen de guerra perpetrado por el Gobierno israelí de extrema derecha”.
“Estoy muy orgullosa y feliz de no contar con usted ni con LFI en mi mayoría”, declaró Hidalgo. “Cada día que pasa se confirma que esta elección siempre ha sido la correcta para no perdernos.“ “Su virulencia demostró que había una molestia”, señala Laurent Sorel. “Cuando queremos mostrar solidaridad con Palestina, para algunos es como si estuviéramos conciliándonos con el terrorismo. No están a la altura de la situación”.
Anne Hidalgo ya había provocado una polémica en agosto de 2015 al organizar el evento Tel Aviv sur Seine (Tel Aviv de Sena), que ignoraba por completo la realidad de las playas de Tel Aviv y el contexto político en Israel, un año después de intensos bombardeos sobre Gaza.
No obstante, las posiciones están evolucionando entre los socialistas parisinos, que cada vez votan más a favor de las mociones en homenaje a Gaza presentadas por los ecologistas y los comunistas. El 3 de julio, durante la votación pública sobre la moción presentada por los comunistas (justo después de la de los ecologistas, que se votó a mano alzada), once socialistas votaron a favor y doce en contra.
El diputado por París Emmanuel Grégoire, candidato socialista para suceder a Anne Hidalgo, se encontraba en una sesión de la Asamblea Nacional. Confiesa a Mediapart su postura: “En primer lugar, una moción debe respetarse. En segundo lugar, a título personal, estoy de acuerdo con el fondo de esta moción, que tiene una importancia simbólica. Nada puede justificar tal violencia ciega contra los civiles palestinos.”
Ver másLos ataques de Israel se cobran otras 12 víctimas palestinas
Para el vicepresidente del grupo ecologista en París, Jérôme Gleizes, el homenaje no puede esperar hasta septiembre: “Hay que hacerlo de inmediato. Dentro de dos meses, no sabemos dónde estaremos, la situación se está deteriorando rápidamente y predomina el silencio. Hay que recordar lo que está pasando.”
Traducción de Miguel López
Veinte días después de la aprobación el 3 de julio de la moción de los ecologistas en el Consejo de París (asamblea deliberativa que une ayuntamiento y departamento, ndt), para rendir homenaje a las víctimas civiles palestinas del genocidio en curso, el ayuntamiento sigue en silencio. Un silencio que provoca malestar mientras cada día se agrava la situación y la hambruna se apodera de Gaza. En un comunicado publicado el 22 de julio, los grupos ecologista y comunista piden a la ciudad de París que “respete la votación del Consejo”.