Marchas y protestas recorren Europa y el Magreb contra el genocidio de Israel en Gaza
En la fachada del Parlamento Europeo, en plena noche, una proyección pirata de una imagen que representa a una madre palestina y su hijo flanqueados por la palabra “genocidio”; una caravana a través de Europa para alertar sobre las violaciones sistémicas de los derechos fundamentales de los prisioneros palestinos; autobuses abarrotados que salen de Túnez hacia El Cairo, donde una “marcha mundial” que reúne a ciudadanos de 35 países espera llegar a la frontera palestina el 15 de junio.
Cada vez hay más iniciativas ciudadanas para denunciar el genocidio que se está produciendo en Gaza e intentar romper el despiadado bloqueo impuesto por Israel al enclave palestino, devastado y hambriento.
“Palestina, los pueblos no te abandonan”. Ese podría ser el lema común de las numerosas acciones que siguen los pasos del Madleen, el velero humanitario abordado por la armada israelí con una docena de activistas internacionales a bordo, entre ellos la ecologista sueca Greta Thunberg y la eurodiputada franco-palestina Rima Hassan. El objetivo es alertar a la opinión pública y presionar a los gobiernos para que pongan fin al calvario del pueblo palestino, utilizando al máximo las redes sociales como caja de resonancia y espacio de visibilidad.
“Hemos llegado a un punto de inflexión”, quiere creer Frank Barat, activista, autor y productor. “Los pueblos se levantan para decir basta. Vamos tarde, pero la población comprende que los gobiernos no van a hacer nada para poner fin a este genocidio”. Frank Barat, comprometido con la organización de varias iniciativas, especialmente en Francia, Bélgica, Inglaterra y Suiza, observa un gran entusiasmo en los últimos días, con acciones de diversa envergadura, mediáticas o no: “Esto va en todas direcciones”.
Él mismo se está movilizando para organizar “grandes conciertos” en Bruselas, Londres y París en apoyo a Palestina y Gaza. El martes 10 de junio intervino en Lausana (Suiza), en el teatro de Vidy, junto a la autora francesa Mona Chollet y los cineastas Rashid Masharawi (palestino) y Nicolas Wadimoff (suizo), en una velada titulada “¡Escuchemos a Gaza!”.
Trenes bloqueados en Suiza
“Ya basta de enviar peticiones a nuestros dirigentes. Hay que poner en marcha la democracia directa ahora, la desobediencia civil”, afirma el activista, que aplaude la acción de los cientos de manifestantes que el lunes 9 de junio invadieron las vías de las estaciones de Ginebra y Lausana para denunciar el genocidio en Gaza. El tráfico ferroviario se vio gravemente afectado, con retrasos y cancelaciones de trenes.
“No estamos haciendo nada malo. Como sociedad civil, no podemos quedarnos de brazos cruzados. La solidaridad con los palestinos debe ser incondicional”, añade la artista y activista Shanti Mouget, que se moviliza en Francia para que se ocupe la plaza de la República, en París, con el fin de denunciar la ocupación que sufre desde hace décadas el pueblo palestino, y pide que la iniciativa se extienda a otros lugares de Europa.
“El episodio de la Flotilla de la Libertad ha puesto de relieve la realidad”, insiste la joven. “Israel es un Estado que goza de total impunidad y que no respeta en absoluto el derecho internacional. Dado que los Estados no asumen sus responsabilidades, nosotros, como ciudadanos, las asumimos en todo el mundo”.
Liberación de Palestina, levantamiento del bloqueo de Gaza, fin de la colonización, embargo de armas, sanciones contra Israel... Desde Europa hasta el norte de África, esas consignas animan a ciudadanos y ciudadanas, activistas experimentados o debutantes. La caravana Sumud, nombre que proviene de una palabra árabe intraducible que hace referencia a la firmeza o perseverancia del pueblo palestino, es testimonio del apoyo que recorre los países del Magreb.
La caravana Sumud tiene previsto llegar al puesto fronterizo de Rafah, en Egipto, a finales de esta semana
Iniciada el lunes 9 de junio de Túnez, esta caravana terrestre reúne a trescientos vehículos y un millar de participantes de Túnez, Marruecos, Argelia y Mauritania, por iniciativa del Comité de Coordinación de la Acción Común por Palestina en Túnez. Según los organizadores, la caravana seguirá creciendo por el camino y llegará al puesto fronterizo de Rafah, en Egipto, a finales de semana, también con el objetivo de “romper el bloqueo israelí”. Se trata de un acto sobre todo simbólico, ya que en las carreteras de la solidaridad hay múltiples obstáculos. El primero de ellos sigue siendo obtener los permisos de las autoridades.
Hay que atravesar Libia, devastada por la guerra y las divisiones entre grupos armados rivales, así como Egipto, donde están prohibidas las manifestaciones en lugares públicos. Los organizadores siguen confiando, como Jawaher Channa, portavoz de la Coordinación Tunecina, que cree posible, a pesar de todo, cruzar Libia, “apoyo histórico de la causa palestina”, como declaró a la AFP.
La travesía de Egipto será mucho más compleja, tanto para la caravana Sumud como para la Marcha Mundial hacia Gaza (Global March to Gaza). La marcha, impulsada por un colectivo que se describe como “apolítico”, “pacifista” e “independiente”, y en el que figuran numerosos actores humanitarios procedentes de unos veinte países, debe llegar a Rafah el 15 de junio y persigue el mismo objetivo: “Abrir caminos hacia la vida para Gaza”, ejercer presión “caminando juntos”.
Si miles de ciudadanos pacíficos son rechazados o detenidos, el mundo entero lo sabrá
“Gaza está hambrienta, aplastada, aislada”, escriben los organizadores en su página web. “No se trata solo de un apoyo simbólico. Queremos llevar la ayuda humanitaria con una fuerte presencia civil para crear presión moral y mediática internacional. Si los Estados fracasan, los ciudadanos deben intervenir”.
La probabilidad de que El Cairo dé luz verde a los manifestantes de treinta y cinco países para desfilar por la capital egipcia y luego converger hacia el Sinaí, una de las zonas más militarizadas y de difícil acceso del país, así como para acampar durante tres días a las puertas de Gaza, es prácticamente nula. Desde el 7 de octubre de 2023, las autoridades egipcias reprimen violentamente cualquier reunión en apoyo a Palestina.
A pesar de todo, los organizadores, que precisan no pertenecer a “ningún partido político, ideología o religión” y prometen “no forzar ninguna barrera, ninguna frontera”, guiados únicamente por “la justicia, la dignidad humana y la paz”, no quieren perder la esperanza. Cuentan al menos con una concentración en El Cairo el 12 de junio y precisan que tienen el apoyo de un equipo jurídico compuesto por abogados especializados en derecho internacional que prevén “todos los escenarios”.
“Nuestra fuerza reside en nuestra visibilidad y en nuestras negociaciones con las embajadas: si miles de ciudadanos pacíficos son rechazados o detenidos, todo el mundo lo sabrá”, explican. “Eso crearía una presión sin precedentes y dañaría gravemente la imagen del país”.
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“Lo más importante, dice una manifestante, es hacer ruido por Gaza. Hay que presionar a nuestros gobiernos para que cese la impunidad de Israel y se libere a los palestinos. Es nuestra responsabilidad como ciudadanos”.
Traducción de Miguel López