Veintitrés periodistas muertos por los bombardeos en Gaza, el precio de informar desde el infierno

Palestinos buscan cadáveres y supervivientes entre los escombros del campo de refugiados de Yabalia un día después de que un ataque aéreo golpeara la zona, en el norte de Gaza.

Zeina Kovacs (Mediapart)

Hace una semana, Roshdi Sarraj, periodista palestino y colaborador de varios medios de comunicación, entre ellos medios francófonos como Mediapart, socio editorial de infoLibre, Radio France y Le Monde, murió en un bombardeo israelí frente a su casa en Tell al-Hawa, al sur de la ciudad de Gaza. Unos días antes, describía en nuestro medio el terror en el que tenía que vivir para seguir haciendo su trabajo: informar. A dia de hoy, al menos veintitrés periodistas han muerto en Gaza, la mayoría de ellos en sus casas, en bombardeos, otros sobre el terreno, con chalecos antibalas y cascos con la inscripción "press" en la cabeza

Hace unos días, el 25 de octubre, Wael al-Dahdouh, jefe de la oficina palestina del canal árabe Al Jazeera, se enteró de que su mujer y sus dos hijos habían muerto en un bombardeo a su casa. La escena, filmada mientras grababa en directo para la televisión, dio la vuelta al mundo.

El 26 de octubre, el fotoperiodista palestino Motaz Azaiza, que cuenta con 9 millones de seguidores en Instagram, también publicó una petición de ayuda en su página, solicitando "protección internacional", ya que lleva cubriendo los bombardeos en los territorios palestinos desde el inicio del conflicto. El 19 de octubre, un ataque israelí también destruyó la efímera redacción que agrupaba a la BBC, Reuters, Al Jazeera y Agence France-Presse (AFP).

Desde entonces, se han multiplicado los llamamientos para que se proteja a los periodistas que están sobre el terreno –a otros no se les permite entrar en la Franja de Gaza, sitiada desde el 10 de octubre–. El viernes 27 de octubre, la Federación Internacional de Periodistas (FIP), una ONG con sede en Bruselas, pidió que se investigara la muerte de los periodistas, denunciando ataques "deliberadamente selectivos". Una semana antes, Reporteros sin Fronteras deploraba el "apagón" mediático orquestado por Israel.

"No hay zona segura en Gaza"

Saruq As'ad es una periodista palestina de Cisjordania que ha trabajado durante más de treinta años para varias cadenas de televisión árabes (Al Jazeera, LBC, France Media Monde, Dubai Television, etc.). También es miembro del Sindicato de Periodistas Palestinos y sigue "al minuto" lo que ocurre en Gaza a través de sus amigos y colegas. Pero desde hace una semana, el contacto es cada vez más difícil debido a la falta de red y de electricidad. Muchas emisoras de radio ya no transmiten, la mayoría destruidas por los bombardeos. "Cuando conseguimos contactar con ellos, piden ayuda y protección", dice. 

Según Saruq, la situación es aún más desastrosa para los periodistas independientes, que no disponen de locales ni de equipos de protección: "Recibimos llamadas todos los días. Se refugian en hospitales o en el sur del territorio. Pero en Gaza ya no hay zona segura.” El edificio del Sindicato de Periodistas Palestinos también ha quedado desierto. 

Lo más duro es tener que dejar atrás a tu familia para ir a cubrir los bombardeos

Saïd — Periodista palestino refugiado en Francia

Desde la semana pasada, la FIP ha conseguido enviar casi quinientos botiquines farmacéuticos a los periodistas sobre el terreno, a través de miembros del sindicato con sede en Ramala, en Cisjordania. Pero es imposible enviar equipos de protección, como cascos o chalecos antibalas. "Nada cruza la frontera", reconoce Nadir Senhadji, responsable de la oficina de la FIP en Oriente Próximo. 

Lo más duro", afirma Saïd (nombre ficticio), periodista palestino refugiado en Francia, "es tener que dejar atrás a tu familia para ir a cubrir los bombardeos". Cuenta cómo su hermana, fotoperiodista en Gaza, tuvo que dejar de trabajar para seguir a sus familiares durante la evacuación hacia el sur. Y como ella, muchos otros tomaron la misma decisión. "Los que quedan, cuando los veo ahora en vídeo, parecen diez años más viejos", dice Saïd.

Periodistas ahora en el punto de mira

Aunque la mayoría de los periodistas que perdieron la vida murieron en bombardeos, varios han muerto en zonas de enfrentamiento, como Ibrahim Lafi, que trabajaba con Mediapart en enero de 2023 en un reportaje sobre el exilio de los jóvenes gazatíes, asesinado el 7 de octubre cerca de la frontera con Israel. "Llevan chalecos antibalas y cascos con muchas pegatinas de 'press', pero les atacan igual", señala Sharuq As'ad. Matar a un periodista que cubre un conflicto es un crimen de guerra perseguible por el Tribunal Penal Internacional.

"Aunque las bombas no distinguen entre periodistas y otros civiles, no es la primera vez que el ejército israelí ataca intencionadamente a periodistas", afirma Imen Habib, coordinadora de la agencia Media Palestine, que documenta el conflicto desde París a través de corresponsales en Gaza.

El 16 de octubre, la Oficina del Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos hizo públicas sus conclusiones sobre la muerte de la periodista estrella de Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, que falleció en Yenín el 11 de mayo de 2022 tras recibir un disparo de un militar israelí. Tras investigar, concluyó que la muerte fue causada "intencionada o imprudentemente" por el ejército israelí, que utilizó "fuerza letal sin justificación conforme al derecho internacional de los derechos humanos".

Navi Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, declaró que "Shireen Abu Akleh es otra víctima de la fuerza excesiva y desproporcionada empleada por las fuerzas de seguridad israelíes en estas operaciones. También fue un ataque contra periodistas, todos ellos claramente identificables, lo que constituye una pauta recurrente señalada por la Comisión".

El pasado mes de enero, el Sindicato de Periodistas Palestinos publicó su informe anual sobre los abusos cometidos contra periodistas en la Franja de Gaza y en Cisjordania. Según el informe, en 2022, los periodistas palestinos sufrieron 902 abusos (agresiones físicas, detenciones, confiscación y deterioro de material, etc.). En él se puede leer que "los periodistas sobre el terreno fueron alcanzados por 52 balas disparadas por miembros del ejército de ocupación, que les apuntaron deliberadamente con sus armas". Según el mismo informe, en Israel  han sido condenados a penas de cárcel diecisiete periodistas.

"Apagón mediático”

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Ahora mismo, los periodistas internacionales siguen teniendo prohibida la entrada en Gaza, lo que se traduce en una ralentización de la cobertura mediática del conflicto y, según Christophe Deloire, secretario general de Reporteros sin Fronteras (RSF), en un aumento de la desinformación, "especialmente fuerte en esa región". En un comunicado, denunció también un "apagón mediático", acusando a Israel de impedir la difusión de información procedente de los territorios palestinos.

Pero, a pesar de la ausencia de periodistas extranjeros sobre el terreno, los periodistas palestinos apenas aparecen en los medios de comunicación occidentales, según Imen Habib. Shuruq As'ad lamenta la falta de confianza en ellos: "En mi opinión, la información que transmiten los periodistas sobre el terreno es lo suficientemente clara como para ser recogida por la prensa extranjera, pero me da la impresión de que no publican la información tal y como se les da. Los periodistas palestinos hacen todo lo que pueden para realizar su trabajo en condiciones muy difíciles". Para Imen Habib, "estos periodistas son nuestros ojos y oídos sobre el terreno. Protegerlos debería ser una prioridad".

Traducción de Miguel López

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