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España multiplica el envío de gas a Marruecos por el gasoducto por el que antes importaba de Argelia

Vista de la planta regasificadora de la Bahía de Bizkaia Gas, en octubre.

En junio del año pasado la tubería de gas que conecta Tarifa con Tánger comenzó a funcionar en dirección norte-sur por primera vez en 26 años para enviar gas desde España a Marruecos. Y en cuestión de seis meses las exportaciones se multiplicaron rápidamente hasta final de año. En junio se enviaron 60 gigavatios hora, cifra que creció mes a mes hasta los 527 de diciembre. Los expertos ponen en contexto la cifra, que sigue siendo pequeña sobre el total de energía que comercia la península, pero supone desde luego un cambio en la relación energética entre los dos países. 

"España se ha mostrado dispuesto a colaborar en la seguridad energética de Marruecos para consolidar sus relaciones", opina Víctor Burguete, investigador del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB). 

Marruecos es un país enormemente dependiente del exterior para cubrir su demanda energética –importa hasta el 90% de lo que consume– y hasta hace año y medio todo el gas natural que consumía lo compraba a Argelia. Pero la ruptura de relaciones entre ambos países y el vencimiento del contrato que mantenía atados los envíos dejó un agujero energético en Marruecos, que ha sido cubierto por España. 

El país magrebí no es un gran consumidor de gas –no llega a cubrir el 10% de su generación eléctrica–, pero lo necesita para mantener operativas sus dos centrales de ciclo combinado y para abastecer a la industria. Por lo que la tubería que antes servía para enviar gas argelino a través de Marruecos hasta Tarifa comenzó a operar en junio en dirección contraria. 

Marruecos compra gas a terceros países, estos lo envían a España en buques metaneros y una vez regasificado en las instalaciones de la península, se redirige hasta Tánger. Con esta fórmula se exportó en la segunda mitad del año pasado 1.882 gigavatios hora de gas natural. 

Esta operación no solo da seguridad energética a Marruecos, sino que también sirve a sus planes de reducción de emisiones, como explica Gonzalo Escribano, experto en Energía del Real Instituto Elcano. La quema de carbón ha sido la solución al incremento de la demanda eléctrica de la población, pero el Gobierno trata de cumplir con un ambicioso plan verde basado en aumentar drásticamente la producción de luz con gas –contamina la mitad que las centrales de carbón– e implementar renovables a gran escala para que en 2030 representen el 52% de su producción eléctrica.

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El apoyo energético no solo se reduce al gas, también a la electricidad y especialmente los combustibles, que son la primera partida en exportaciones a Marruecos. Las dos conexiones eléctricas que atraviesan el Estrecho enviaron el año 1.850 gigavatios hora de electricidad, el equivalente al 4% de la producción de luz marroquí. Mientras que los envíos de derivados del petróleo se mantienen estables desde hace una década. 

El siguiente paso en la colaboración energética a ambos lados del Estrecho pasa por la inversión de empresas españolas en Marruecos para aprovechar el potencial solar del sur del Magreb, y ese es uno de los pilares de la cumbre bilateral que tiene lugar esta semana en Rabat.  

Este jueves se producirá el encuentro político entre una docena de ministros españoles y sus homólogos marroquíes y fuentes del Ministerio de Transición Ecológica confirman que por su parte se firmarán tres memorandos de entendimiento relacionados con las energías renovables y la gestión del agua. También insisten en que las conversaciones sobre gas natural no están en la agenda.

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