La industria dependiente del gas y la electricidad no recuperará su producción habitual en 2023 ni 2024

Vista de la fábrica de acero de ArcelorMittal en Gijón, Asturias (España), a 4 de diciembre de 2020.

El verano del año pasado dejó un agujero en las cuentas de muchas fábricas españolas, que se vieron obligadas a parar por los precios récord del gas y la electricidad. Un año después, los precios energéticos se han estabilizado y la industria recupera poco a poco el terreno perdido durante los primeros meses de la guerra de Ucrania, aunque desde el sector afirman que todavía están muy lejos de recuperar la situación de 2019.  

Según los datos de Enagás, en los primeros 14 días de septiembre el consumo de gas en la industria y los hogares ha crecido un 34% respecto al mismo periodo de 2022, y se espera que la demanda energética siga al alza en los próximos meses, aunque siempre en comparación con los datos pésimos del año pasado. La previsión de Enagás es que en octubre el consumo de gas natural aumente de nuevo un 39% interanual y en noviembre un 26%. 

El consumo de gas es un buen indicador de la situación del sector, ya que industrias como la fabricación de coches, plásticos o ladrillos lo necesitan para poder generar calor en sus fábricas. Aunque las cifras son bastante mejores que las de 2022, el consumo de gas se sitúa estos días un 18% por debajo que las cifras de 2019, por lo que no se ha recuperado la producción habitual. Y los portavoces del sector descartan recuperar la normalidad este año o el siguiente. 

"La energía es ahora más barata, pero aun así este va a ser el tercer año con los precios más caros de los últimos 25 años [los primeros fueron 2021 y 2022]. La foto para el año que viene es peor porque se esperan unos precios medios más altos", opina Pedro González, director general de la Asociación de empresas con gran consumo de energía (Aege), donde hay empresas como Alcoa o Acerinoxx.  

La electricidad cuesta hoy en España menos de la mitad que el verano pasado, pero aun así se sitúa alrededor de los 100 euros por megavatio hora, un precio “que no es competitivo para el sector”, según el portavoz. Lo mismo pasa con el gas natural, que hoy cotiza a 35 euros en el mercado ibérico, el doble que en los años previos al covid.

"Aunque aquí haya bajado, nos comparamos con otros mercados y no podemos competir, y eso hace que mes a mes perdamos clientes internacionales que solo recuperaremos cuando tengamos energía a precios de 2019”, dice González. De cara al futuro, los mercados esperan que la luz suba en 2024 hasta los 110 euros por megavatio hora y el gas hasta los 50 euros.

En Europa, el precio de la energía es similar al de España, pero otros mercados tienen una gran ventaja competitiva. En Asia, por ejemplo, tienen acceso al gas ruso que llega por tubería, mucho más barato que el que compran los europeos y que llega por barco. En Estados Unidos, el gas natural cotiza a unos 8 euros por megavatio.  

"Hay consenso en que el consumo de la industria española estos próximos meses debería registrar tasas de crecimiento importantes respecto al año 2022, pero es pronto todavía para hablar de recuperación”, apunta también Pedro Cantuel, analista de la consultora Ignis Energía. 

La metalurgia y la química no despegan 

En el primer semestre de este año algunas industrias sí que tuvieron una mejoría temporal, como los fabricantes de metales. El Índice de Producción Industrial, elaborado por el INE y que mide los pedidos producidos por las fábricas españolas, mostró una mejoría entre enero y marzo, pero desde entonces ha caído mes a mes. Luis Collado, presidente de la industria metalúrgica madrileña (Aecim), afirma que "el año empezó con un aumento de las exportaciones, pero fue puntual".  

Explica que los más afectados son las empresas de metalurgia pura, que producen maquinaria o materias primas, por los altos precios de la energía, pero también por la ralentización económica global. La industria destinada al sector servicios (electricistas, fontaneros, ascensoristas) sufre la paralización de la construcción por los elevados tipos de interés. Y los fabricantes que sirven a la administración pública han reducido sus trabajos por el parón electoral. 

Preguntado por qué cree entonces que el consumo de gas en la industria ha crecido este verano, responde: "Ahora se están acabando de fabricar los pedidos que tuvimos en el primer trimestre. En este sector hay un plazo entre que se piden y se entregan". E insiste: "No hay datos de peso que indiquen que este crecimiento en los pedidos vaya a seguir". 

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En la industria química, por su parte, ni siquiera tuvieron un buen comienzo de año. En los últimos nueve meses se ha reducido su producción un 6,2% sobre los ya malos datos del año pasado, sin contar el sector farmacéutico, el único que crece con fuerza. Los que más sufren son los productores de química básica: cloro, plásticos, petróleo... productos que a su vez se usan para fabricar otros componentes, como coches o fertilizantes, una cadena de inflación interminable que afecta a todos los sectores. 

"Necesitamos una reforma del mercado eléctrico urgente que baje los precios", pide Juan Antonio Labat, director general de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique). Europa lleva ya un año tratando de negociar esta reforma, pero es poco probable que llegue en los próximos meses. Además, en junio del año que viene son las elecciones europeas, y podrían retrasar aún más la negociación.

La buena noticia que sí desprenden los datos de Enagás es que se ha desplomado el consumo de gas para generar electricidad un 41% en los primeros 14 días de septiembre, y en lo que llevamos de año un 30% en total, lo que reduce la contaminación que emite el sector energético. El motivo es que hay más energía renovable instalada y el buen tiempo ha provocado que las tecnologías limpias sean más eficientes que el año pasado. También ha ayudado que este año España no exporte grandes cantidades de electricidad a Francia, como ocurrió en 2022. 

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