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¿Miedos invencibles?

Antonio García Gómez

En esas estamos, reunidos de urgencia los miembros de los pactos de Toledo (?), aguantando la acorazada gubernamental, que no piensa subir las pensiones a los jubilados, de momento, por canguelo, compatriotas nuestros por cierto, nuestros mayores (yo ya incluido también), responsables de "la juventud mejor formada de la historia", acuciados por su pérdida constante de poder adquisitivo, al son que toquen los representantes del discurso oficial para que vivan en el temor reverencial, clientelista, resignado frente a las mentiras o verdades a medias de un Gobierno que creía ¿haberlos amedrentado?, a razón de su voto cautivo, el 66% de los mayores de 65 años vota al PP.

Cuando el atentado a la revista satírica francesa Charlie Hebdo, nadie puso en cuestión el contenido de su humor, compartido o no, causa directa de la masacre de los fanáticos, y me acuerdo que se extendió como la sangre derramada aquello de Je suis aussi 'Charlie Hebdo'.

En España ya vamos por la autocensura preventiva, en aras de la ¿corrección política?, como en el caso de la retirada de las fotos del artista Sierra, por parte de los responsables de ARCO, aunque nadie asumirá la responsabilidad de la decisión, adelantándose al patinazo que ya todos reconocen, por pasarse de frenada, mecachis, cuando no era para tanto, cuando los barandas son los vigilantes de ¿la moral adecuada, aprobada y muy conveniente?, habiendo los antecedentes de condenas a artistas de los que no se exige que nos gusten o no. Cuando la interpretación de la justicia decide meterles en el trullo o no.

En tanto los sainetes corren a representarse espontáneamente, como cuando se decide detener a un "tal Puigdemont" que ¿deambulaba por un parque de Madrid?, ¿en prevención también de males mayores?, cuando solo se trataba de un cómico haciendo del tal Puigdemont.

Al son de la última balada altisonante y solemne que pretende darnos letra para el sagrado himno, a pesar de la "embriaguez patriótica" que sufrieron algunos de nuestros líderes más entregados al ardor patriotero, por ella misma, por la patria, todo por la patria, .

Cuando simultáneamente miles de jubilados "no jubilosos" protestamos en la calle, no callando, ante el discurso flácido de un gobierno que solo dedica una partida del 10% de su presupuesto para pagar a sus jubilados, en concepto de pensiones, que ya son 9 millones de compatriotas, una quinta parte o menos de la población total. Esos mismos compatriotas que se sacrificaron para sacar adelante a "los mejor formados de nuestra historia", y que ahora ya se han hecho cargo del copago farmacéutico, 120 euros de media anual, es decir a razón de 10 euros mensuales, cinco veces o más que su subida otorgada por un gobierno que confía en que le seguirán votando un 66% de los mayores de 65 años de nuestro país.

Cuando han estado callando tanto tiempo, clientes de la modorra inducida y del miedo predicado, con la mentira de que "no da para pagar a los jubilados", en favor de la privatización de ... todo, también de las pensiones, una vez que se ha desterrado la solidaridad, cuando ya no se tiene en cuenta que los ancianos también son consumidores, cuando sus magras pensiones, ganadas a pulso, con decencia y dignidad, han de dedicarse a atender a sus hijos y nietos.

Mientras insisten, desde el Gobierno, en que los jubilados "están de lujo", porque otros sectores han sufrido más la crisis...

A expensas de que tal vez el Gobierno ¿actualice?, porque ahora el miedo lo tiene el gobierno, los votos son los votos, y vuelvan a adocenarse sobre la complacencia del sector enfadado, revuelto, viviendo y gobernando a golpe de miedo ¿invencible?, o ¿domesticado?, según convenga o no.

Sin que el escarmiento haga mella en los unos o en los otros. Porque sólo el cálculo de un gobierno "desaparecido", sin propuestas, tratará de sobrevivir, en la creencia de que tal vez regrese la docilidad a los buenos pensionistas que ¿volverán a confiar en los mismos?

Lo que queda tras 'Charlie'

Lo que queda tras 'Charlie'

Pues ya veremos, aguardando que los blasillos, homenaje personal a Forges, acepten seguir al servicio de los desahogados que ahora pueden ¿tener el miedo metido en el cuerpo o no?, creyendo que se podrá hacer regresar el pánico de costumbre a los blasillos jubilados, ¿o no?

Mientras habremos de conformarnos con ser ciudadanos de tercera, a pesar del cuento oficial.

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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