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Librepensadores

Sorprendente y trágico

Antonio García Gómez

Los mercaderes de los templos, una vez colocados sus puestos, vocean la mercancía y hacen el gran negocio, un día tras otro.

Por eso mismo el gran negocio de las armas no puede detenerse. Azerbaiyán y Armenia “andan a tiros”. Rusia respalda a Armenia y Turquía a Azerbaiyán. Naturalmente ya las primeras víctimas civiles ya se cuentan por centenares y los primeros refugiados ya huyen hacia ningún sitio. Las armas, en todo caso, salen de las mismas fábricas para ambos bandos y sus amos se siguen enriqueciendo obscenamente.

Este domingo se constataron 70.000 contagios en EEUU, en un solo día, pero ya no es ni siquiera noticia. La pandemia avanza, hiere, mata, pero muchos ya han apostado por la economía de unos pocos en detrimento de la salud de la mayoría. Y la aquiescencia de los “idiotas” juega a favor de la nueva corriente de desfachatez indecente e indigna, entre bulos, mentiras y acusaciones al de… enfrente.

En África se constata una bajísima letalidad, aunque los contagios son altos. Diferentes teorías coadyuvan, sin ser concluyentes, a explicar esta realidad. El país más devastado por los fallecimientos es Sudáfrica. En los países más pobres y retrasados la mortalidad es muy reducida. Por distintos factores, tales como, escasísima movilidad, gran parte de sus vidas se realizan al aire libre, podrían estar parcialmente inmunizados por continuas enfermedades ya sufridas y superadas de aquella manera, población muy joven, posible efecto paliativo de las campañas de vacunación contra la tuberculosis, aspectos genéticos resistentes a coronavirus contra los que ya han luchado secularmente …

Y, sin embargo, frente a esa buena noticia, y ante la realidad de que otras campañas de vacunación están viéndose suspendidas, como las encargadas de luchar contra el sarampión o la malaria que afectan especialmente a la población infantil, se va observando una subida de defunciones entre niños y adolescentes, precisamente, por ese tipo de males que en nuestro “primer mundo” ya están superados en gran parte.

En contraste, este mismo domingo, se fijó un nuevo “salario mínimo” en Suiza, concretamente por un montante de 3.700 euros al mes. Claro que, por otra parte, quien informaba precisaba que en ese país el valor de un alquiler de una vivienda arranca a partir de los 2.000 euros mensuales, y que el seguro médico obligatorio y privado se calcula también a partir de los 500 euros mensuales.

El mundo y la desigualdad en estado puro.

Por último, cabría apuntar la fidelidad que vamos mostrando, frente a esa “quimera” que ya va desvaneciéndose antes de haberse alumbrado de un mundo “mejor”, hacia la posibilidad de tener, de adquirir, de comprar, de poseer; aunque y sobre todo no se necesite, aceptando de buen agrado la obsolescencia programada, la real, la del objeto que tiene un tiempo de caducidad que llevará a su propio autodeterioro. Y la imaginada, por la que nos autodesprendemos de lo que se ha comprado y disfrutado, se supone, porque ya “se ha pasado de moda”, incluso antes de habernos cansado de lo que ya retiramos de la circulación… en el olvido de las cosas tan efímeras, programadas desde afuera.

Y entretanto en nuestros grandes depósitos de desguaces, en nuestro privilegiado e ilusorio mundo, tanto y tanto, aún aprovechable, como para ser “comercializado” en el eslabón más bajo para ser reutilizado en otros “inframundos” de nuestro mismo planeta.

En este planeta que ahora mismo contiene un virus que nos anda descolocando. Aunque no crean que tanto. O más bien mucho más de lo que seamos capaces de imaginar.

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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