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LOS DESAFÍOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Galicia y Extremadura siguen con una pensión media de jubilación que no llega a 1.000 euros

Una de las protestas de pensionistas en 2018 en Madrid.

Las pensiones de los trabajadores que acaban de jubilarse este mes de julio son un 3,6% más elevadas que las de quienes lo hicieron hace justo un año. Tras tres años consecutivos en que las nuevas pensiones de jubilación eran menores que las de los ejercicios precedentes, en 2019 se han recuperado. Las reformas de las pensiones de 2011 y 2013, sumadas a los despidos y la caída de salarios durante la crisis recortaron la cuantía media de las nuevas pensiones a partir de 2015, cuando se situó en 1.460,30 euros mensuales. Tres años después había caído hasta 1.420,02 euros, un 2,76%. La tendencia se ha invertido en el ejercicio en curso, de forma que la media de las nuevas altas de pensión ha remontado en julio hasta los 1.461,24 euros mensuales, superando por tanto la cifra de 2015.

No obstante, la mejoría no sirve aún para salvar los acusados desequilibrios territoriales que también afectan a las pensiones. Desde 2009 hasta agosto de este año, la media de las pensiones de jubilación que se cobran en España ha aumentado un 32,3%: de 861,49 euros al mes –en 14 pagas– a 1.139,83 euros. Sobrepasó la barrera de los 1.000 euros en 2014. Pero no en todas las comunidades autónomas. De hecho, aún hoy en dos de ellas la pensión media de jubilación sigue sin llegar al mileurismo: Extremadura y Galicia. Los extremeños se quedan en 943,88 euros y los gallegos en 956,57. Como elemento de comparación puede utilizarse el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que con las últimas alzas se sitúa ya en 900 euros al mes.

Murcia y Andalucía abandonaron el furgón de cola el pasado mes de enero, cuando alcanzaron 1.000,33 y 1.019,21 euros, respectivamente. En 2018 la pensión media de jubilación había crecido un 3,41%, después de cuatro años en que su aumento se moderó por efecto de las reformas de 2011 y 2013, que limitaban su actualización anual al 0,25%, entre otras medidas de ajuste. El ejercicio en que más subió la prestación fue 2015, un 2,17%, mientras que en 2017 no pasó del 1,92%. Desde el ejercicio pasado la actualización se ha establecido en el 1,6%, en consonancia con el IPC, para todas las pensiones y en un 3% para las mínimas. También han mejorado las de viudedad, cuya base reguladora basó del 52% al 56% en 2018 y hasta el 60% este año.

Estas cuatro comunidades autónomas quedan, en cualquier caso, muy lejos de la cabeza de la clasificación, donde se mantiene el País Vasco, con una pensión 1.403,65 euros al mes, seguido de Asturias, con 1.377,09 euros, y Madrid, con 1.335,79 euros.

Salarios bajos

Las diferencias territoriales se explican en buena medida por las diferencias salariales. A sueldos más bajos, pensiones más bajas. Así, Extremadura es también la comunidad con el menor salario medio: 19.672,40 euros brutos al año, según la más reciente Encuesta Anual de Estructura Salarial, que analiza datos de 2017. En cambio, Galicia no es ahora la segunda comunidad con menores sueldos, sino la séptima, con 21.605,88 euros. Por delante de ella y con peores retribuciones se sitúan Canarias –20.185,33 euros anuales–, Castilla-La Mancha –21.033,32 euros–, Murcia –21.309,22–, Comunidad Valenciana –21.362,39– y Andalucía –21.404,28–.

Por el contrario, son Murcia, con un 4,1%, así como Galicia, Extremadura y Castilla y León, con un 4%, los territorios donde más ha subido la media de las pensiones –no sólo las de jubilación, sino también las de incapacidad permanente, viudedad y orfandad; la estadística de la Seguridad Social no las desglosa– en el último año. Donde menos, en Madrid, con un 3,5%. Pero también es en algunas de estas comunidades donde menos crece el número de pensiones. En Asturias sólo ha aumentado un 0,1% desde el 1 de agosto de 2018, mientras que en Galicia y Castilla y León sólo lo ha hecho un 0,5%. Las tres comunidades autónomas cuentan con el saldo vegetativo más negativo de España: como muere más gente de la que nace, perdieron entre 7.500 –Asturias– y 15.800 habitantes –Galicia– en 2018.

Otro indicativo de la desigualdad territorial en pensiones son los llamados complementos a mínimoscomplementos a mínimos, la cantidad que perciben los jubilados si con lo cotizado no alcanzan la cuantía mínima. Este año la pensión mínima para quien se retire y tenga un cónyuge a su cargo está fijada en 835,8 euros mensuales, mientras que para quien no tenga cónyuge baja hasta 677,4 euros. Extremadura vuelve a ser la comunidad con pensiones más pobres, puesto que el 45% de las que se pagan han tenido que ser complementadas para llegar al mínimo. Casi la mitad de las que se cobran. En Castilla-La Mancha, el 37,4% de las pensiones incluye un complemento a mínimos, por el 32,7% en Andalucía. En Canarias son el 30,7% y en Galicia, el 30,2%. Rondan el tercio. Por el contrario, en el País Vasco sólo el 11,2% de las pensiones de jubilación necesitan un complemento a mínimos. En Asturias lo cobran en 15,6% y en Madrid, el 15,7%. En toda España perciben una pensión con complemento a mínimos 1,06 millones de personas, el 17,6% de los jubilados pensionistas.

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Mejora la 'ratio' entre cotizantes y pensionistas

El número de estos últimos no ha dejado de crecer. Con la crisis, además, se hundió la cifra de los afiliados a la Seguridad Social que cotizan para pagar las pensiones contributivas. De forma que la ratio entre cotizantes y pensionistas cayó hasta 2,23 en diciembre de 2017, la más baja desde 1999ratio.

Sin embargo, el aumento de la población ocupada en los últimos años ha permitido una cierta recuperación del cociente entre afiliados y pensionistas, que el pasado mes de julio se situaba en 2,31. Mientras el número de pensionistas ha crecido un 4,9% desde 2014, el de los cotizantes en activo ha aumentado un 8,07%, según los últimos datos de afiliación de la Seguridad Social.

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