Miles de brasileños han salido este sábado a las calles de las principales ciudades del país para mostrar su rechazo al candidato presidencial Jair Bolsonaro. Las marchas han estado
comandadas por colectivos feministas, aglutinados en torno al
movimiento Ele Não (Él No, en portugués) contra el líder ultraderechista, que se hizo con un 46 por ciento de los votos en la
primera vuelta de los comicios y es el favorito para ganar en la segunda vuelta, que se celebrará el próximo 28 de octubre, según informa Europa Press.
"¡Dictadura nunca más!", gritaban los congregados en el centro de Río de Janeiro durante la lectura de un manifiesto de la asociación Mujeres Unidas Contra Bolsonaro. "Apoyar a ese sujeto es un retroceso enorme con respecto a todas las conquistas sociales de las últimas décadas, como son la demarcación de territorios indígenas, el final de la discriminación por cuestión racial o los derechos ganados para las mujeres. Es una vergüenza", comenta
Sandra Branco, una jubilada presente en la manifestación. La candidatura de Bolsonaro ha ganado millones de adeptos en los últimos meses en una
sociedad muy crispada con su clase política, hastiada de la corrupción del Congreso saliente y del aumento de la violencia, que dejó
en 2017 más de 63.000 homicidios, el récord por tercer año consecutivo.
Muchos ven al Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente
Luis Inácio Lula da Silva y el candidato
Fernando Haddad −que obtuvo el 29 por ciento de votos en la primera vuelta− como el culpable de los males del país. "Hay un proceso de desafección con el PT, con toda la corrupción que ha habido dentro del partido. Pero también hay una manipulación de las iglesias evangélicas. El crecimiento de la derecha no es sólo un problema brasileño.
Está pasando a nivel internacional", añade Sandra Branco mientras los manifestantes gritan "¡Bolsonaro no, Haddad sí!".
En la marcha de Río de Janeiro hicieron presencia grupos de sindicalistas, organizaciones LGTBI y de la sociedad civil, mezclados con militantes del PT. Algunos reivindicaban la libertad de Lula, que cumple condena por corrupción. "Las personas que votan a Bolsonaro están movidas por un sentimiento
antipetista [PT] y no están viendo los riesgos que están corriendo por votar a Bolsonaro. Yo no soy
petista. Voté a otro partido en la primera vuelta y le hago muchas críticas al PT, pero les voy a votar en esta segunda vuelta
por los riesgos que implica votar al ultraderechista, que tiene ideas fascistas de exterminio y de violencia", comenta, por su parte, la estudiante Patricia Dale.
Bolsonaro ha propuesto
mano dura contra el crimen. Aumentaría las penas de delitos como la violación y
empoderaría a la policía, además de armar a la población. "Eso es un gran riesgo. Las mujeres, por ejemplo, que ya viven violaciones, ahora van a tener que enfrentar a sus agresores armados. Es un absurdo combatir la violencia con más violencia. Para resolverla hay que atacar los males sociales de este país, que son
la falta de derechos y la mala educación, pero él no ha propuesto medidas sociales para combatir esos males", cree Dale.
Bolsonaro ha propuesto, por medio de su asesor económico, Paulo Guedes, liberalizar la economía con el objetivo de aumentar el empleo.
Iniciaría un proceso privatizador y reduciría la burocracia. Mantendría las
bolsas, los subsidios para los más pobres, pero revisaría los programas con el objetivo de que sólo accedan a él quienes más lo necesiten, según anunció recientemente. "Defiende acabar con los derechos de los trabajadores. Es una amenaza para la democracia del país", añade la joven estudiante.
Los detractores del candidato ultraderechista lo califican de
racista, machista, militarista y homófobo, debido a las polémicas frases que ha vertido durante sus años de diputado en los medios de comunicación del país o en conferencias. Algunas de sus declaraciones han causado especial polémica. A una diputada del PT que le tildó de "violador", por supuestamente incentivar dicha práctica, le respondió que
"jamás la violaría, porque no lo merece". Pronunció la frase en 2003 y volvió a repetirla en 2014.
"Él es un gran fascista. Si resulta electo va a acabar con las libertades, va a haber
mucha persecución a las minorías", dice el comerciante Paulo Martins. Advierte de que la batalla por la presidencia se está librando en las redes sociales. "Está habiendo mucha
propaganda y fake news. Y esa propaganda viene de fuera de Brasil. Se está costeando una campaña de odio y de prejuicios hacia el pueblo", alega. San Paulo, Curitiba y Brasilia fueron otros de los escenarios de las manifestaciones contra Bolsonaro, que marcó un
59 por ciento de intención de voto en una encuesta de la agencia Ibope, realizada sobre votos válidos. Su rival, Haddad, se haría con el
41 por ciento de los votos, según el mismo sondeo.
"Ahora no es
PT no o PT sí. Esto es
por la democracia y por nuestros derechos. Bolsonaro ha intentado colocarse como algo nuevo pero lleva 27 años en la política", señala la estudiante María Eduarda, presente en la manifestación de Río de Janeiro. Este domingo se celebrarán manifestaciones en apoyo a Bolsonaro en varias ciudades bajo el lema
PT Não.