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Bolivia

La crisis diplomática entre España y Bolivia se agrava con la expulsión mutua de diplomáticos

La presidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez.

infoLibre

El Gobierno español ha respondido a las expulsiones de miembros de la delegación diplomática española en La Paz con la expulsión de tres diplomáticos bolivianos destinados en Madrid, según informa Europa Press. La respuesta es una medida de reciprocidad habitual en este tipo de casos.

La reacción se produce después de que el Gobierno de Bolivia haya dado este lunes 72 horas tanto a la diplomática española que visitó el viernes a la embajadora de México en La Paz así como a esta última para que abandonen el país tras el incidente ocurrido a raíz de dicha visita.

El anuncio de la expulsión de las dos diplomáticas, así como del cónsul de España, lo ha hecho la propia presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, que accedió al poder tras un golpe de Estado que obligó a huir del país a Evo Morales.

Añez acusó a los representantes de los gobiernos de México y de España "de lesionar gravemente la soberanía y la dignidad del pueblo y del gobierno constitucional de Bolivia", según informan los medios locales.

En este sentido, ha asegurado que "la conducta hostil intentando ingresar de forma subrepticia y clandestina a la residencia de México en Bolivia desafiando a los oficiales policiales bolivianos y los propios ciudadanos son hechos que no podemos dejar pasar".

Bolivia asegura que Margarita Robles desconocía y no autorizó la operación 

  La ministra de Asuntos Exteriores de Bolivia, Karen Longaric, ha asegurado este lunes que su homóloga española, Margarita Robles, la ha llamado para informar de que desconocía y por tanto no autorizó la operación del pasado viernes en la Embajada de México en La Paz que ha provocado la actual crisis diplomática.

"Me indicó que el ministerio de Relaciones Exteriores desconoce los hechos que habían ocurrido y desautorizaban a los funcionarios que incurrieron a esta ilegalidad", ha afirmado Longaric, según recoge el diario boliviano Los Tiempos.

"Me ha indicado que además de la sorpresa que han tenido, están disgustados y lamenta que hubiese ocurrido. Ratificó la hermandad de ambos pueblos y el deseo de llevar adelante y estrechar relaciones", ha añadido la ministra boliviana.

El Gobierno de España niega "tajantemente" las acusaciones

El Gobierno español ha ordenado la expulsión de tres diplomáticos de la delegación boliviana en Madrid en reciprocidad tras la expulsión de dos diplomáticos por parte del Gobierno de La Paz, considerada un "gesto hostil". Además, Madrid ha exigido a Bolivia que "desescale" sus afirmaciones.

"España exige que el actual gobierno interino de Bolivia reconduzca y desescale los contenidos de sus afirmaciones y se recupere cuanto antes el buen sentido de confianza y cooperación entre nuestros dos países, tan necesario ahora como siempre", ha indicado la Presidencia del Gobierno en un comunicado.

Además, responde a la medida anunciada este lunes por la presidenta autoproclamada de Bolivia, Jeanine Áñez, de expulsar a la jefa de la misión diplomática y a varios funcionarios más con la expulsión "en reciprocidad" de tres miembros de la delegación diplomática boliviana en Madrid.

"En reciprocidad al gesto hostil del Gobierno interino de Bolivia de declarar como persona non grata a dos diplomáticos españoles, España ha decidido, a su vez, declarar a tres miembros del personal diplomático y consular boliviano acreditado en nuestro país", ha explicado Presidencia.

Los tres diplomáticos bolivianos expulsados son el encargado de negocios de la Embajada boliviana, Luis Quispe Condori, máximo responsable de la delegación diplomática boliviana en Madrid, además del agregado militar, Marcelo Vargas Barral, y del agregado policial, Orso Fernando Oblitas Siles, según han informado desde Moncloa.

Fuentes del Gobierno han explicado que la expulsión de tres bolivianos tras la decisión de Bolivia de expulsar a dos diplomáticos españoles busca ser un gesto de "firmeza".

Estas fuentes han explicado que en un primer momento el Gobierno español reaccionó al incidente informando de que lo investigaría como fórmula para preservar una buena relación con las autoridades bolivianas, pero a la vista de la escalada, se ha optado por una respuesta más firme.

Así, insisten en que la visita de los diplomáticos españoles a la Embajada mexicana en La Paz fue una visita rutinaria. Varias fuentes consultadas por Europa Press apuntan que no se hizo con conocimiento de la ministra Margarita Robles y que no se midió la repercusión que podía tener en el contexto de tensión en torno a la Embajada mexicana.

En cualquier caso, consideran que España se ha visto implicada en un conflicto político interno boliviano en un contexto de tensión tras la dimisión el pasado 10 de noviembre del presidente boliviano Evo Morales y la instauración de un Gobierno afín a la oposición.

"España rechaza tajantemente cualquier insinuación sobre una supuesta voluntad de injerencia en los asuntos políticos internos de Bolivia", subraya la nota de Presidencia del Gobierno de España. "Para España cualquier afirmación en este sentido, constituye una calumnia dirigida a dañar nuestras relaciones bilaterales con falsas teorías conspiratorias", ha destacado el comunicado de Moncloa.

El texto subraya que "España quiere seguir manteniendo unas relaciones estrechas de amistad y solidaridad con el país y el pueblo hermano de Bolivia, con pleno apoyo a que su voluntad democrática se exprese por los cauces legítimamente establecidos".

Además, recuerda que "España es, y ha sido siempre, un país abierto a los ciudadanos bolivianos que han querido vivir en nuestro país, siendo en la actualidad cerca de 200.000, y encontrándose plenamente integrados en nuestra sociedad".

El incidente

La encargada de negocios de España en Bolivia, Cristina Borreguero, acudió a primera hora de la mañana del viernes a la embajadora de México, en lo que el Gobierno español ha definido de "visita de cortesía", después de que el país azteca hubiera denunciado un incremento de la presencia policial boliviana en torno a la residencia de Mercado y la propia Embajada en días anteriores, desencadenando un cruce de reproches entre los dos países.

La visita fue vista por algunos sectores en el país andino como un intento de sacar de allí a los asilados políticos, algo que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores español se ha descartado rotundamente.

España escoltó a asilados en la Embajada de México en Bolivia para que dejaran el país, pero con conocimiento de La Paz

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Al término de la visita, los vehículos en los que llegó Borreguero no pudieron regresar hasta la residencia de la embajadora mexicana para recogerla, ya que la Policía boliviana se lo impidió, presuntamente por la presencia de personas encapuchadas en ellos y "presumiblemente armadas", según denunció la canciller boliviana, Karen Longaric.

Ante estos sucesos, el Ministerio que dirige de forma interina Margarita Robles anunció la apertura de una investigación, pero ello no aplacó los ánimos en Bolivia, donde el expresidente Jorge Tuto QuirogaTuto , delegado presidencial ante la comunidad internacional, hizo el domingo unas duras declaraciones y pidió al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que se disculpe con Bolivia.

"Qué penoso que Pedro Sánchez esté haciendo operativos con rambos para extraer a criminales, delincuentes blancoides y fraudulentos que conocen del proyecto castrista y chavista", sostuvo Quiroga, en referencia a los cuatro policías que acompañaron a la delegación diplomática española en la visita.

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