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De mujeres y ovejas

Nicole Muchnik

La coincidencia de algunas informaciones en las páginas políticas, internacionales o de sociedad de los principales medios de comunicación son aleccionadoras. En Francia, Christiane Taubira, Ministra de Justicia del Gobierno socialista de François Hollande, dimitió a causa de un profundo desacuerdo acerca del proyecto de retirada de la nacionalidad francesa a los terroristas franceses con doble nacionalidad.

Christiane Taubira ha sido la ministra más popular y carismática en el electorado de izquierda y entre los jóvenes. Está detrás de muchas de las leyes más decentes del Gobierno socialista: la ley de 2001 sobre el reconocimiento de la trata y la esclavitud como un crimen contra la humanidad, y , ya como ministra de Justicia y Garde des Sceaux, defendió con pasión y generosidad la ley del "matrimonio para todos" o sea para las personas del mismo sexo. Una verdadera "reforma de la civilización", dijo.

La ley para el retiro de la nacionalidad, defendida en particular por Manuel Valls –el Dick Cheney de François Hollande, escribe una revista americana– se aplica sólo a los franceses binacionales, porque un francés a secas se convertiría automáticamente en apátrida, en contradicción con el derecho internacional y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948: "Toda persona tiene derecho a una nacionalidad". El proyecto de ley llamado “de protección de la nación”, votado en el Parlamento con una mayoría de 317 votos y 199 encontra, significa, entre otras cosas, incorporar a la Constitución una distinción entre los bi-nacionales franceses y los franceses “de raíces”. En la historia, la pérdida de la nacionalidad ha sido extremadamente rara, limitada a casos individuales excepcionales. Sólo el Gobierno de Vichy tomó medidas colectivas, en consonancia con su política fascista y colaboracionista. Aprovechando el clima de miedo creado por los atentados yihadistas, el actual gobierno socialista registrará una ley que solo fue defendida hasta ahora por la extrema derecha.

Esto podría ser un episodio en la trayectoria normal de una ministra más que un serio desacuerdo con su Gobierno que la empuja a dimitir si no fuera porque, en este caso y por el color de su piel –nació en Guayana– no ha dejado de ser objeto de ostracismo y desprecio e incluso odio por parte de la derecha y la extrema derecha y sometida a insultos por parte de los racistas y sexistas más repugnantes, hasta en los patios de algunas escuelas de provincia, como negarle su pertenencia a la especie humana: “Maligna como un mono”, “ ¿Para quien el plátano? ''... ¿Un hombre, un ministro, habría sido insultado tan violentamente y con impunidad? A modo de comparación, cabe recordar que Gaston Monnerville, nacido en Cayenne, Guayana francesa, fue presidente del Senado desde 1959 a 1968 y presidente del Consejo regional del Lot de 1951 a 1971, sin que su origen le haya valido ninguna discriminación. Y que bastantes consejos municipales están presididos por alcaldes de origen africano.

En Arabia Saudita, por primera vez en la historia, las elecciones municipales del 12 de diciembre de 2015 se abrieron a las mujeres. 979 de ellas se presentaron de un total de 7.000 candidatos y unas 20 fueron elegidas. Una gran novedad en este país donde todavía las mujeres carecen del derecho a conducir un coche o a estar a solas con un hombre, entre otras prohibiciones. A pesar de este apertura, durante la campaña electoral las autoridades impusieron una segregación estricta entre hombres y mujeres, según la cual las candidatas tenían prohibido dirigirse a personas del sexo opuesto sin la mediación de un portavoz. La medida se aplicaba evidentemente a las mujeres, dejando a los hombres actuar según su criterio.

Por haber reclamado el derecho a sentarse en la misma mesa que los hombres y no detrás de un cristal opaco durante una reunión, dos de las mujeres, Lama al Suleiman y Rasha Hefzi, elegidas en Yedá, han sido objeto de amenazas de muerte por infringir la orden emitida antes de las elecciones por Judai al Qahtani, director general de los Consejos Municipales, según la cual las mujeres nunca se podrían sentar cara a cara frente a los hombres, a pesar de que, según el experto legal Ehab al Suleiman, no existe en el país ninguna ley que prohíba a las mujeres sentarse en la misma mesa que los hombres. En cambio, quienes hayan proferido las amenazas sí podrían ser detenidos y procesados ante la Justicia.

Si las amenazas de muerte parecen un tanto desproporcionadas, hay que precisar que, de todas formas, las otras mujeres elegidas fueron relegadas a la última fila, sin visibilidad ni derecho a la palabra y esta medida no esta recurrida. Es evidente que el sistema no ha terminado de adaptarse a la novedad y que la discriminación sigue siendo palpable.

En Egipto, la poetisa Fatima Naoot, arquitecta de formación, miembro de Poets of the World y de la Union de las mujeres escritoras de Egipto, ha sido condenada a una pena entre 6 meses a 5 años de prisión por "insultar al islam". El delito consiste en unos comentarios en Facebook considerados críticos sobre la fiesta tradicional de el Eid al-Adha, o Aíd-El Kebir según las regiones, o Día del Sacrificio, una de las celebraciones más importantes de la religión musulmana en todo el mundo. En realidad, se trata ante todo de ovejas. Para conmemorar el casi sacrificio de Abraham , cuando imaginó que tenía que matar a su hijo en cumplimiento de un deseo de Dios, un buen musulmán debe sacrificar ese día una oveja, ya que Dios se contentó finalmente con ver degollar al animal en lugar del niño. Y ese día es el Eid al-Adha, una fiesta familiar, en la que se cumplen todos los ritos y se hacen regalos a los niños.

Considerando que se trata de un montón de ovejas en todo el mundo, nuestra poetisa un tanto ecologista escribió en su página digital: "Las ovejas pagan con su vida un precio por la bendita pesadilla de Abraham". Es así como los hombres "justifican su ansia de asesinar, intentando dar una explicación divina a sus actos". Condenada por un tribunal, la sentencia será inmediatamente ejecutada si un eventual recurso presentado desde la cárcel no logra obtener una anulación de la condena.

Amenazas de muerte o penas de cárcel, ostracismo contra una mujer de altas responsabilidades por el color de su piel, Oriente y Occidente. ¡El mismo combate! Queda mucho por hacer y la ruta es larga.

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