El futuro del PSOE

Los seguidores de Madina y Tapias se quejan de la falta de la integración de Sánchez

El congreso federal extraordinario del PSOE llamado a abrir un "tiempo nuevo" arranca este sábado en Madrid con un malestar no resuelto entre los dos candidatos perdedores de la consulta a la militancia, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, y sus partidarios, y Pedro Sánchez. Desde ambos flancos acusan al próximo secretario general de haber faltado –al menos, por ahora– a su promesa de integración y "unidad" y de haber traicionado a sus "compromisos". La irritación se había extendido anoche a una de las federaciones que más se había movilizado a favor del diputado vasco, Asturias, cuyo presidente, Javier Fernández, se ha quedado sin la silla de coordinador del Consejo Territorial, el órgano que reúne a los barones, que pasa a manos de Susana Díaz. 

Ayer viernes comenzaron a despejarse algunas de las incógnitas sobre la nueva ejecutiva federal que se votará este domingo. Dos se confirmaron oficialmente: César Luena y Micaela Navarro. El primero, líder de los socialistas riojanos, de sólo 33 años, se convertirá en secretario de Organización y Acción Electoral. El número dos. El nuevo hombre fuerte del PSOE. Luena es de la entera confianza de Sánchez, pero también muy cercano a la presidenta de la Junta. Díaz no quiso imponerle a ningún dirigente andaluz, porque entendía que el líder electo necesita, sobre todo, reforzarse, fajarse con autonomía en la travesía más delicada para el partido, tal y como trasladaban incansablemente sus colaboradores en los últimos días y verbalizó ella misma en una entrevista en Telecinco: "Él sabe que le he puesto a disposición la federación andaluza, que no le he exigido ni pedido nada". 

Díaz, sin embargo, fue requerida por Sánchez y por otros dirigentes socialistas para que ocupara la presidencia federal. Un cargo puramente simbólico, pero muy representativo, que ocupó 20 años el histórico Ramón Rubial y al que sucedieron los presidentes andaluces Manuel Chaves (2000-2012) y José Antonio Griñán (2012-2014). La jefa de la Junta, aunque por la mañana no había querido descartar tajantemente esa posibilidad –ayudaría a Sánchez, prometió, "dentro o fuera" de la ejecutiva–, se mantuvo en sus tesis iniciales: no entrar en la dirección. Por varias razones: para poder ser la voz de Andalucía en el Comité Federal –los miembros de la cúpula no suelen intervenir en las reuniones del máximo órgano entre congresos–, para rubricar la idea de que está dedicada en cuerpo y alma a la Junta, para no trasladar la impresión de que tutela al nuevo secretario general. Así que ofreció a Sánchez otro nombre: Micaela Navarro (Andújar, Jaén, 1956), presidenta del PSOE-A, una dirigente de larga carrera política, exconsejera de Igualdad de Chaves y Griñán, reconocida activista por los derechos de la mujer y de perfil incontestable en su federación, pese a que en el pasado apoyó a Alfredo Pérez Rubalcaba frente a Carme Chacón en el cónclave de Sevilla, en 2012. 

"Compromiso cerrado desde el martes"

Sánchez aceptó y Navarro, también, así como los ocho secretarios provinciales andaluces, a los que se les añadió que la nueva presidenta del PSOE compatibilizaría su puesto con el de presidenta del partido en Andalucía. Navarro se convertirá así en la primera mujer que presida el PSOE en su historia.

Pero Díaz sí se incorporará en la ejecutiva federal en algunas ocasiones. "Todo apunta" a que ella, según confirmaron a infoLibre fuentes próximas al futuro secretario general y notables dirigentes de varias federaciones, será la coordinadora del Consejo Territorial, que en esta etapa pasará a llamarse Consejo de Política Federal. Es el órgano que reúne a todos los barones y al líder del PSOE, y al que Sánchez quiere dotarle de más peso, haciéndole que se cite más asiduamente –la última cumbre de secretarios regionales fue en julio de 2013, cuando se aprobó la Declaración de Granada– y que tenga voz en los asuntos importantes del partido, aunque sus decisiones luego las valide el Comité Federal.

La noticia viajó rápidamente a la federación asturiana. La irritación era palpable, como describieron en el entorno más cercano del presidente del Principado, Javier Fernández. Bajo el mandato de Rubalcaba, él había dirigido el Consejo Territorial y, como tal, había formado parte de la dirección. "Lo único que sabemos es que había un compromiso cerrado con Asturias, desde el martes, de que Javier iba a continuar como presidente del Consejo. Pedro sabrá si está midiendo las consecuencias", advertían estas fuentes. Durante la semana, se había especulado con que Fernández podría ser el presidente del partido, una eventualidad que él mismo desinfló. 

En el equipo más directo de Madina también acusaban el malestar con Sánchez. El diputado vasco ya adelantó la pasada semana al secretario general que él no quería estar en la ejecutiva, pero sí le remarcó que sería positivo que incorporase a gente que le había ayudado en la campaña, y se comprometió a pasarle unos cuantos nombres. Madina llamó al líder electo, pero este no le contestó. "No queremos tener el porcentaje que logró Edu en la consulta a la militancia [el 36,25%], pero sí al menos estar en la dirección, máxime porque Pedro fue el que más énfasis hizo en la unidad, más que ninguno otro. Esperemos que los dos hablen mañana [por este sábado], pero es raro, eso sí, y además poco inteligente", aseguraba una persona de su entorno.

Fernández Vara rehúsa entrar

Lo que se da por hecho es que el encaje de los madinistas se intentará negociar en esta primera sesión del cónclave. Pero está por ver si será posible. El secretario regional de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, uno de los más activos apoyos de Madina, junto a Javier Fernández, rehusó ingresar en la ejecutiva para poder centrarse en su labor de oposición en su comunidad y reconquistarla para el PSOE el año que viene. Vara postuló dos nombres alternativos: la diputada nacional Pilar Lucio (una de las que respaldó a Sánchez) y la autonómica y exsenadora María Murillo.  

El próximo secretario general también quedó en hablar esta semana con Pérez Tapias, que le mostró la semana pasada su predisposición a incorporarse, aunque con condiciones. Este subrayaba anoche, en declaraciones a este diario, que tampoco había logrado dialogar con Sánchez. "Queremos hablar con él del proyecto político: de la reforma del artículo 135 de la Constitución, del modelo federal, de la fecha de las primarias... Además de los puestos en la ejecutiva y en el Comité Federal, que también son importantes". El candidato de Izquierda Socialista aspira a que tenga traducción el 15,08% recabado en la consulta. ¿Cómo? Obteniendo al menos una secretaría de área o ejecutiva –para poder trabajar en una materia– y una vocalía en la dirección y logrando una "representación digna" en el Comité. Tapias confía en poder hablar con el secretario general este sábado y llegar a un acuerdo. "Si no, no desechamos presentar una lista alternativa al Comité Federal. Él se comprometió a la integración, así que es su responsabilidad". Los descontentos no pueden presentar una propuesta de ejecutiva propia al congreso, porque esa es potestad exclusiva  del secretario general, pero sí una candidatura distinta al Comité. Pero ello empañaría sin duda el ánimo del cónclave. 

"Lío, lío... No ha empezado el congreso. La inmensa mayoría de las federaciones están con Pedro. Y él ofreció a Edu entrar en la ejecutiva, pero no quiso", analizaban en el entorno de un barón que se mantuvo en terreno más neutral durante la campaña. 

Entrada de Ximo Puig y Tomás Gómez

Lo cierto es que a la ejecutiva federal le faltaban anoche algunos ajustes y no estaba liquidada por completo. No era anormal, toda vez que es hoy cuando se abre el congreso y se acreditarán los 1.036 delegados. Se daba por seguro que Andalucía, además de la presidencia del partido, podría ocupar otra de las áreas claves del núcleo duro, para lo que podría promover al diputado nacional Antonio Pradas, coordinador de la campaña de Sánchez en la comunidad. Asimismo, podría ingresar en la dirección la malagueña Estefanía Martín Palop, otro báculo del líder en la federación. Los dos, Pradas y Palop, forman parte de la cúpula de Díaz en el PSOE-A y son de su confianza. 

Otra novedad importante será la presencia del líder del PSPV, Ximo Puig –muy cercano a la jefa de la Junta–, en una cartera ligada a la política institucional. Ello da buena cuenta de la significación que para el partido tiene situar en primera línea a uno de sus barones más consolidados y que podría recuperar la Comunitat Valenciana en 2015. No tendrán área asignada el manchego Emiliano García-Page o el madrileño Tomás Gómez, ya que en principio se sientan como vocales. 

A ellos hay que añadir a Carme Chacón, como responsable del área Internacional, incluida las relaciones con los think tanks de los partidos socialdemócratas, y al exlehendakari y aún líder del PSE Patxi López, en una tarea relevante pero que anoche no estaba del todo perfilada. De las cuestiones económicas, se da por bastante seguro que se encargará Mari Luz Rodríguez –última secretario de Estado de Empleo con José Luis Rodríguez Zapatero–, igual que Igualdad lo asumirá la valenciana Carmen Montón (incondicional de Puig), ambas firmes apoyos de Sánchez en las primarias internas. El madrileño Antonio Hernando, secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica de Rubalcaba, trabajó codo a codo con Sánchez cuando ambos estaban a las órdenes de José Blanco en Organización. Él podría volver a Política Municipal –ya tuvo esa cartera en la última ejecutiva de Zapatero– o hacerse un hueco en la dirección del grupo en el Congreso. 

Óscar López, posible portavoz en la Cámara alta

Otros nombres que estarán en primera línea son los de la aragonesa Susana Sumelzo, la cacereña Pilar Lucio, la manchega Magdalena Valerio o la andaluza Rosa Aguilar. Entre estas dos, sobre todo, bascula la portavocía en la Cámara baja, que hasta ahora corría a cargo de Soraya Rodríguez. Óscar López, secretario de Organización saliente, podría mantenerse en la ejecutiva como miembro nato si asume, como apuntaban anoche fuentes socialistas, la portavocía en el Senado, en sustitución de Marcelino Iglesias. 

El ajuste fino llegará hoy, primer día del congreso. 14 días después de la victoria de Sánchez en la consulta, en la que consiguió el respaldo de 64.116 militantes, el 48,67%. Una autoridad desde la base jamás conquistada por ningún otro secretario general. 

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