Los investigadores franceses que analizan el accidente del avión de
Swiftair en el norte de Malí
no pueden acceder a los registros de las conversaciones entre los dos pilotos y han sugerido la posibilidad de que
la caja negra que registra las voces funcionase mal antes del impacto.
El director de la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) de Francia, Rémi Jouty, ha explicado este jueves en rueda de prensa que la banda magnética incluida en una de
las grabadoras se encuentra tan dañada que los registros contenidos en ella "no son aprovechables".
Fuentes consultadas por la emisora
Europe 1 han asegurado que esta caja negra no funcionaba antes del siniestro. Jouty
también ha afirmado que la grabadora
no funcionaba correctamente por motivos "desconocidos" y que, aparentemente, no se deberían al impacto.
"Hemos tomado medidas para ver si es posible extraer algunas informaciones", ha añadido
Jouty, desesperanzado ante la posibilidad de conocer el contenido de la caja negra, según informan medios galos.
No explotó en vuelo
Las investigaciones realizadas hasta el momento sí han servido a la BEA para
descartar que el avión se hubiese "desintegrado" antes de impactar contra el suelo, aunque Jouty ha insistido en que todavía no se puede eliminar al cien por cien la posibilidad de una "acción deliberada".
El director de la BEA ha confirmado que el personal desplazado al
lugar del impacto no ha encontrado "ningún elemento anormal", lo que vendría a
descartar la posibilidad de un artefacto explosivo a bordo.
Los investigadores sí han podido confirmar tras los análisis realizados a las cajas negras que el avión
volaba a una velocidad de 740 kilómetros por hora antes del siniestro y cayó de forma brusca, lo que provocó un impacto contra el suelo "extremadamente violento", como lo ha descrito Jouty.