Refugiados

Las diferencias de trato entre los migrantes del 'Aquarius' y los llegados en patera

Fotografía facilitada por la ONG SOS Mediterranee de dos migrantes que viajaron hasta València a bordo del 'Aquarius'.

Los 629 migrantes y refugiados rescatados el pasado 9 de junio por el Aquarius –el barco operado conjuntamente por las ONG SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras–, ya llevan dos días en España. La flota al completo, compuesta por otros dos buques, los italianos Orione y Dattilo, desembarcaron este domingo en el puerto de València después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, les ofreciera acogida tras el cierre de los puertos malteses e italianos, tal y como anunció el ministro del Interior del país, Matteo Salvini. Se culminaban así ocho días de periplo por el mar Mediterráneo. 

Sin embargo, estas no fueron las únicas personas que llegaron a nuestro país huyendo de los suyos durante este fin de semana. Desde el viernes y hasta el domingo, Salvamento Marítimo rescató a casi 1.300 migrantes en las costas españolas. La mayoría de ellos (1.138) se encontraban en aguas del Estrecho de Gibraltar y el Mar de Alborán, mientras que otros 152 fueron localizados a 200 millas de Gran Canaria. Este lunes por la mañana, fueron trasladados a puerto. 

Las llegadas de solicitantes de asilo a las costas españolas son una constante que, además, aumenta durante los meses del verano. Así, España se convirtió en el tercer país que más migrantes y refugiados recibió durante el año 2017. En tan solo esos 12 meses, fueron 22.414 personas. Otras 224 fallecieron en el intento, según los datos presentados este lunes por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear) en su informe anual

 

La atención mediática no ha sido la misma. Las personas que fueron rescatadas por el Aquarius fueron recibidas con un "impresionante" aplauso de todo el operativo durante sus tareas de atraque en las instalaciones portuarias, en el muelle de cruceros, al igual que por un enorme despliegue de los medios de comunicación. Sin embargo, a su llegada a puerto, los solicitantes de asilo que llegaron a las costas del sur de la península no se encontraron la misma imagen. Ni ocuparon tanto espacio en los medios de comunicación como sí lo hicieron los migrantes desembarcados del Aquarius

Estos, además, y según anunció el inspector jefe de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de Madrid, Bernardo Alonso, tendrán autorizada una entrada extraordinaria a España por motivos humanitarios de 45 días una vez pasen los trámites documentales por parte de la Policía Nacional. No obstante, el Gobierno aseguró también que recibirán una "autorización especial" de 30 días más antes de ser tratados conforme a la legalidad española, es decir, antes de ser tutelados por las ONG y el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Las personas rescatadas por Salvamento Marítimo en las aguas del sur, en cambio, no podrán disfrutar de este permiso. ¿Existen, por tanto, diferencias de trato entre los propios migrantes y refugiados que llegan a nuestro país? "Lamentablemente, la acogida y el tratamiento no ha sido el mismo", responde Verónica Barroso, responsable de Relaciones Institucionales y portavoz para temas de crisis de refugiados de Amnistía Internacional. 

Un permiso "extraordinario"

"El permiso de 45 días no se había dado nunca" a las personas que llegan a las costas de nuestro país, confirma también Vicente Baeza, de Movimiento por la Paz. No obstante, el Ejecutivo aseguró que este permiso "no es excepcional" y está contemplado en la legislación. Pero, además, las diferencias de trato que constatan las fuentes consultadas por infoLibre van más allá. Más de 800 intérpretes de inglés, francés y árabe se mostraron dispuestos a recibir a las 629 personas rescatadas por el Aquarius y, precisamente, "una de las denuncias que vienen haciendo las ONG que trabajan en costa es la falta de traductores y de asistencia letrada de calidad" que permita una primera acogida adecuada, lamenta Barroso. 

Por otro lado, tras el desembarco del buque operado por las dos ONG, las mujeres embarazadas y aquellas que viajaron con sus hijos menores fueron derivadas a un centro de acogida para mujeres de la Generalitat valenciana, mientras que los menores no acompañados fueron trasladados a centros de menores gestionados por la institución. Aquí, en cambio, no hay diferencias, sino que se trata del "procedimiento habitual", tal y como confirma Baeza. La diferencia llega, no obstante, en el caso de los adultos que viajan solos. Los hombres y mujeres mayores de edad que este domingo llegaron a València fueron derivados a un albergue, donde permanecerán de forma provisional. 

¿Y qué ocurrirá con los adultos llegados este fin de semana a las costas? "En principio, tendrían que ir a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), el problema es que no hay plazas suficientes", informan fuentes de la ONG Movimiento por la Paz. Los desembarcados del Aquarius, en cambio, sólo ingresarán en un CIE si sus circunstancias personales dan pie a ello. "Si no piden asilo, podrían acabar en uno", añade. 

Además, casi la mitad de los migrantes que hasta este domingo viajaban a bordo del Aquarius expresaron su voluntad de solicitar asilo en Francia, tal y como confirmó el Gobierno en un comunicado. "La posibilidad de pedir asilo en Francia es difícil que la tengan las personas que llegaron a las costas del sur porque muchas de ellas van a tener una orden de expulsión", critica Baeza. 

75 días después se inicia el procedimiento habitual

Sin embargo, el permiso de 45 días más otros 30 anunciado por el Gobierno, que las ONG aseguran que nunca antes se había aplicado, es, tan solo, un gesto. Una vez finalice el plazo, los migrantes y refugiados serán tratados conforme a la legalidad española. Es decir, "se les puede aplicar una orden de expulsión" al igual que a cualquier otro migrante llegado a España a través de las costas de la frontera sur, explica Baeza.

Y con él coincide Barroso: "El ministro del Interior y la vicepresidenta han confirmado que cuando se acaben los días de permiso, estas personas tendrán el mismo tratamiento que los demás solicitantes de asilo". Y estos procedimientos deberían seguir las pautas habituales. Por ello, confirma Barroso, Amnistía Internacional se ha dirigido a la Dirección General de Política Interior para ver cómo se van a tramitar esos expedientes. "No debería haber ventajas" de nadie sobre nadie, asegura. 

No es la pretensión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que anunció la semana pasada que los llegados en el Aquarius recibirán un "tratamiento y trato idénticos" a los cientos de migrantes que arriban a la frontera sur en patera. Así, según afirmó, quienes soliciten asilo tendrán acceso al procedimiento y quienes no reúnan las condiciones, podrán recibir un expediente de expulsión. "El comportamiento del Gobierno hacia esas personas va a ser idéntico, aplicando la legalidad vigente, que da a aquellos otros que vienen por vía Marruecos o Argelia hacia nuestro país", señaló en una entrevista en Onda Cero. 

Por tanto, el objetivo del permiso es, según Baeza, la visibilidad, pero no la efectividad. "Las medidas que se han tomado con el Aquariustampoco sirven para nada", denuncia. "Esas medidas de gracia tienen que ir unidas de políticas de integración y sensibilización", añade. 

Búsqueda de las mismas garantías para todos los migrantes y refugiados

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"El Aquarius ha tenido una repercusión mediática que lamentablemente las pateras no están teniendo. Estamos pidiendo que tampoco nos olvidemos de estas personas", explica Barroso, que incide en la necesidad de "igualar el trato" entre todos los solicitantes de asilo. Pero, añade, en que se iguale adoptando para todos ellos "las medidas más beneficiosas". "Desde Amnistía Internacional pedimos que esas mismas garantías se adopten con todo el mundo. Si de verdad son mejores, que se apliquen también a las personas que llegan a las costas", solicita. 

Baeza, por su parte, no duda en celebrar las medidas adoptadas durante la crisis del Aquarius. La decisión de Sánchez de ofrecer acogida a todas estas personas es positiva, pero, insiste, tiene que venir acompañada de un cambio real. "Es una acción magnífica y ha puesto el debate encima de la mesa pero es una pena tener que llegar a esto para que Europa reaccione", lamenta. 

Por ello, hace hincapié en la necesidad de una "intervención integral que pueda hacer frente a la situación". "Pero para ello hacen falta más países, colaboración entre ministerios y con las ONG y una sociedad sensibilizada". "Hacer esto nada más es pan para hoy y hambre para mañana", sentencia. Y lo explica porque, atendiendo a los datos, el desplazamiento de migrantes y refugiados en busca del continente europeo no va a cesar. "No tienen nada que perder, así que se la siguen jugando".

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