calidad del aire

La contaminación atmosférica afectó en 2017 a 1,3 millones de españoles más que en 2016

Autovía en Madrid en un episodio de alta contaminación atmosférica.

El año 2017 fue otro periodo negro en términos de contaminación atmosférica en España, a pesar de la creciente sensibilización con respecto al problema entre instituciones y ciudadanía. Los principales focos de polución siguieron emitiendo sustancias nocivas como partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno, ozono troposférico y dióxido de azufre por encima tanto de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de las normas europeas y españolas, mucho más laxas.

Un 37,6% (17, 5 millones) de los españoles respiró un aire que incumple los estándares legales vigentes y que provoca numerosas afecciones a la salud, 0,6 millones de personas más que en 2016, y un 96,6% (40 millones) respiró un aire sucio por encima de las directrices de la OMS, un aumento de 1,3 millones de afectados. Ecologistas en Acción ha ofrecido este miércoles los datos en el informe titulado La calidad del aire en el Estado español durante 2017, coordinado por el investigador Miguel Ceballos.

Los límites legales no solo fueron superados en Madrid y Barcelona, las grandes urbes señaladas habitualmente en esta problemática por sus altos niveles de tráfico rodado. El transporte y las aglomeraciones no son los únicos culpables, también la industria y la generación de electricidad. Así, el informe señala a Algeciras, Avilés, Bailén, Bilbao, A Coruña, Gijón, Granada, Marbella, Murcia, Puertollano, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Talavera de la Reina y Villanueva del Arzobispo como lugares que superaron en 2017 el máximo de contaminación atmosférica dispuesto por la directiva europea traspuesta a la legislación española. La única nota positiva es València, que en 2017 ha logrado salir de esta lista negra por la reducción en sus niveles de dióxido de nitrógeno, que se han quedado por debajo del límite.

Madrid, como ya advirtió la organización a principios de año, sigue siendo la ciudad más señalada, a pesar de las medidas que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Manuela Carmena. Con respecto al dióxido de nitrógeno, es la única urbe española "y una de las pocas aglomeraciones europeas" donde se rebasa, además del valor límite anual (fijado en 40 microgramos por metro cúbico, que no debe ser sobrepasado por la media de todas las mediciones), el valor límite horario, es decir, el máximo que no puede superarse durante un episodio y que la norma europea fija en 200 microgramos/m3 que no debería rebasarse más de 18 horas en ninguna estación. El valor límite anual del área metropolitana de Bilbao, Barcelona y Granada también es mayor que lo que permite la normativa, que en el caso de este contaminante es similar a lo que establece la OMS. 

Con otros contaminantes, más extendidos y menos dependientes del tráfico rodado como el NO2, la situación es buen distinta. La población que se vio afectada por partículas en suspensión de 10 micrómetros o menos fue de 30,2 millones de personas, un 64,9% de los españoles y 6,1 millones más de afectados que en 2016, según el valor anual recomendado por la OMS. En ningún lugar del país se superaron los límites legales, pero sí lo que la máxima autoridad mundial en materia sanitaria considera "saludable", en casi toda Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, Canarias, Andalucía y Asturias, así como amplias zonas de Cataluña y el Levante. Las partículas en suspensión más gruesas, de 2,5 micrómetros, afectaron sobre todo a Galicia, Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Cataluña al completo y parte de Aragón.

Pero si hay un contaminante que preocupa es el ozono troposférico, un agente que se genera por la reacción entre la radiación solar y el dióxido de nitrógeno, entre otras sustancias. Es por eso que los niveles aumentan en verano. A corto plazo causa irritación en los ojos y molestias respiratorias; a largo plazo aumenta la mortalidad en personas con enfermedades cardiovasculares severas y el riesgo de padecer asma. Es, además, de naturaleza volátil, por lo que en muchas ocasiones es arrastrado por los fenómenos atmosféricos y se concentra muy lejos de donde se generó el NO2 que lo hace posible. Un ejemplo es Extremadura, que presenta unos valores anuales por encima de lo permitido sin grandes núcleos urbanos ni industria sucia: su contaminación procede de las áreas metropolitanas de Lisboa y Madrid, explicó Ceballos en rueda de prensa. 

No es la única comunidad autónoma afectada por el ozono. Madrid, Castilla-La Mancha y parte de la Comunitat Valenciana y Murcia superan los límites legales, pero si acudimos una vez más a las recomendaciones de la OMS, prácticamente todo el territorio nacional supera lo que la autoridad mundial en materia sanitaria considera "saludable", exceptuando algunas zonas en el norte de España. Algo que no solo afecta a la población, ya que este contaminante tiene una gran incidencia en la vegetación. Hace descender la capacidad fotosintética de las plantas, por lo que disminuye su crecimiento, las envejece prematuramente y disminuye su productividad en la agricultura.

 

Niveles de ozono troposférico en España.

"Un 87,6% del territorio, excluida la cornisa cantábrica y las islas Canarias" está afectado en este sentido, afirma el informe. "La práctica totalidad de los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales de la España mediterránea soportaron una contaminación atmosférica superior a la recomendada legalmente", concluye. A juicio de los autores del informe de la organización ecologista, el ozono troposférico no cuenta con el suficiente peso en los planes de calidad del aire nacionales, autonómicos o municipales. En algunos, ni se menciona. 

Las causas... y las soluciones

Ecologistas en Acción señala a la "recuperación" de la crisis como causante de estas malas cifras. Los números relativos a la calidad del aire comenzaron a mejorar a partir de 2008 fruto de la menor actividad industrial, el descenso en el consumo energético y, en general, la ralentización de la actividad económica. Desde la crisis, solo dos años han superado a su antecesor: 2015 y, ahora, 2017. "El cambio de ciclo económico ha conllevado un aumento de la quema de combustibles fósiles en el transporte, la industria y la producción de electricidad, con el consumo energético en los niveles del inicio de la crisis (…). El aumento de la contaminación del aire en 2017 es consecuencia en primera instancia de la nueva coyuntura económica, alertando de un cambio general de tendencia tras años de reducción de los contaminantes clásicos", afirma el informe.

Además, la incidencia del cambio climático, que ha venido para quedarse, también tiene su reflejo en los datos de 2017. El pasado año fue el más caluroso de la historia de España desde que se tienen registros y el segundo más seco, las peores condiciones climáticas para la contaminación atmosférica. La ausencia de lluvias y de viento no ayuda a dispersar la acumulación de contaminantes en los grandes focos de polución; además, pone en cuarentena la generación hidroeléctrica, lo que dispara el funcionamiento de las centrales térmicas de carbón, grandes contaminadoras. El autor del documento, sin embargo, advirtió: el cambio climático no es el causante de la pobre calidad del aire, no es un agente contaminador per se, solo empeora sus efectos. La industria, la generación sucia de electricidad y el transporte con combustibles fósiles son los culpables.

El "ozono malo" amenaza la calidad del aire este verano lejos de las ciudades

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Las medidas que propone Ecologistas en Acción para atajar el problema son las clásicas. No hay mucho más margen: reducir drásticamente el potencial contaminador del transporte y cerrar las centrales de carbón. Aunque su ejecución, como siempre, no es tan sencilla. Las recetas pasan por una apuesta decidida y no solo municipal por el transporte público y sostenible, quitándole espacio al coche en las ciudades mediante planes de urbanismo y mediante peajes o zonas de bajas emisiones en el centro como la que está planteada en Madrid (y prometida para junio, pero que aún no ha llegado). Las ventajas fiscales de las que disfruta en España el diésel, con un gran potencial para contaminar el aire, deben llegar a su fin también, considera la organización. Pero lo más importante, consideran, es poner en marcha cuanto antes las medidas prometidas a la Comisión Europea para que nos perdone la denuncia ante los tribunales. 

La tregua que ha concedido a España el Ejecutivo comunitario, que por ahora se da por satisfecha con los planes anticontaminación tanto nacionales como de Madrid y Barcelona que le presentó el Gobierno de Rajoy hace unos meses, no convence a Ecologistas en Acción. "No nos pareció bien en la medida de que los planes no se están ejecutando aún. La situación se lleva arrastrando desde 2010", fecha de la primera llamada de atención de la Comisión, recuerda Ceballos. "No nos han llevado ante la justicia porque hemos dicho que vamos a hacer determinadas cosas", aseguró este miércoles el responsable de Calidad del Aire de Ecologistas, Juan Bárcena. "Pero vamos a estar atentos, y si no se hacen, alertaremos a las autoridades europeas", promete. 

"La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden", afirma en sus conclusiones Ecologistas en Acción, que recuerda que según la Agencia Europea de Medio Ambiente cada año se registran hasta 30.000 muertes prematuras en España por la poca calidad del aire. Además, según el Banco Mundial, los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año en todo el mundo.

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