Claves para entender el voto de las mujeres

Las mujeres votan más a los partidos tradicionales que a los emergentes, y mientras el PP es el que más porcentaje de voto femenino tiene entre el total de sus votantes, casi tres cuartas partes de los apoyos de Vox son masculinos. Cuando queda en torno a un mes y medio para que se celebren las elecciones generales del 28 de abril, esa es la radiografía preliminar que se desprende de varias encuestas y también el retrato que realiza el politólogo del CSIC José Fernández Albertos, que apunta que es probable que según se acerquen las elecciones los porcentajes de voto masculino y femenino en los partidos vayan equilibrándose.

La encuesta más reciente en la que se ha publicado el desglose de los datos por sexo es el barómetro del CIS correspondiente a febrero, elaborado entre los días 1 y 10 de ese mes y publicado la semana pasada. El instituto público refleja que, de los principales partidos de España, son tres los que tienen un mayor porcentaje de mujeres entre los encuestados que responden que van a votarles: Unidos Podemos y sus confluencias –sin ellas, la coalición morada es elegida por más hombres que mujeres–, el PSOE y, fundamentalmente, el PP. Por el contrario, en Ciudadanos el reparto de los votantes es ligeramente masculino, según el CIS, y en Vox esa tendencia se dispara.

Tomando como referencia los datos del barómetro del organismo público, del 16,7% del total de encuestados que aseguraron al CIS que votarán al PP el próximo 28 de abril –descontados los abstencionistas–, el 52,2% son mujeres y el 47,8%, hombres. Unidos Podemos y el PSOE tienen cifras similares, ya que el 50,6% de quienes afirman que votarán a la coalición morada son féminas, por el 50,1% que afirma lo propio de los socialistas. Y en Ciudadanos la cifra se reduce hasta un 49,3% de mujeres entre sus potenciales votantes. Aunque el mayor sesgo de género de cara a las urnas lo tiene Vox: solo el 27,5% de su electorado potencial está formado por mujeres, mientras que el 72,5% restante lo componen hombres.

Los datos son sensiblemente diferentes a los que recogía el CIS en su barómetro de enero, donde existía un sesgo de género mucho más acusado en los principales partidos y en el que Vox aparecía como un partido algo menos masculinizado. En dicho barómetro, el porcentaje de mujeres entre quienes se decían votantes del PP en las próximas elecciones ascendía al 56,6%, mientras que en el PSOE esa cifra era del 55%. Eran los dos únicos partidos que tenían un voto eminentemente femenino, ya que Ciudadanos (46,3% de mujeres entre sus electores) y Unidos Podemos (42,4%) aparecían con electorados con más hombres. La extrema derecha se llevaba de nuevo la palma: en enero, solo el 35,1% de quienes decían que iban a votarlo en el CIS eran mujeres.

El problema de las muestras pequeñas

¿A qué se debe esta diferencia en tan solo un mes? José Fernández Albertos, politólogo del CSIC, explica que "la gente se activa" según se acercan las elecciones y pronostica que en los próximos sondeos las diferencias entre el voto masculino y el femenino irán modulándose. Pero el experto también señala que esas diferencias tienen mucho que ver con el reducido número de encuestados que se utilizan para realizar los sondeos, una circunstancia que provoca que el análisis del sesgo de género en el voto en un solo barómetro no sea muy ilustrativo de la realidad, ya que –especialmente en el caso de los partidos con menos votantes– el hecho de que unas pocas encuestadas más o menos que en el anterior sondeo afirmen que van a votar a un determinado partido puede desequilibrar la balanza hacia un lado o hacia el otro.

Lo que sí es representativo, explica Fernández Albertos, son las "tendencias" que refleja el análisis de varios sondeos a lo largo del tiempo. Y, en cuestión de género, el politólogo señala que existen varios fenómenos que tienden a repetirse con regularidad. "Los partidos tradicionales, PP y PSOE, suelen tener ventaja entre las mujeres, mientras que a los nuevos, Podemos y Ciudadanos, les cuesta más entrar en ese sector", plantea el experto, que señala además que las mujeres suelen tener "tasas más altas de indecisión" del voto y son menos proclives a contestar al encuestador que van a votar opciones políticas que se perciben ubicadas en los extremos.

Los datos confirman esta última cuestión. En el último CIS, solo el 8,7% de los hombres sostuvo que tiene decidido no votar, por el 11,7% de las mujeres encuestadas. Y, además, el 17,6% de las féminas a las que preguntaron respondieron que no sabían "todavía" a qué fuerza política tenían pensado dar su voto, una cifra que descendía hasta solo el 12,6% en el caso de los hombres. Son diferencias que no se reflejan en las tasas de voto en blanco (3,1% de los hombres por el 3,2% de las mujeres) y voto nulo (0,6% en hombres, 0,7% en mujeres).

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Pero lo que no parecen corroborar los datos de las últimas encuestas es que a Ciudadanos le cueste entrar en el electorado femenino. Además del barómetro del CIS de febrero, que reflejaba que un 49,3% de quienes afirmaban que iban a votar al partido naranja eran mujeres, la encuesta realizada ese mismo mes por la casa demoscópica privada GESOP para El Periódico planteaba un voto ligeramente feminizado en Ciudadanos, ya que un 55,2% de quienes afirmaban que lo votarán eran mujeres.

No obstante, Albertos plantea que, además del escaso tamaño de las muestras, puede existir otra circunstancia que provoque que los electorados de Ciudadanos y también del PP se estén feminizando: la irrupción de Vox. "Lo cierto es que, hasta que Vox empezó a tomar fuerza, la tendencia de los sondeos reflejaba que Ciudadanos tenía un voto muy masculino", insiste el poltólogo, que no obstante señala que desde que la ultraderecha tiene porcentajes significativos de la intención de voto, una parte del electorado masculino de PP y Ciudadanos está recalando en Vox y eso ayuda a nivelar el sesgo de género de estos partidos o, incluso, provoca que digan que van a votarlos más mujeres que hombres.