La portada de mañana
Ver
Cinco reflexiones cruciales para la democracia a las que invita la carta de Sánchez (más allá del ruido)

Orgullo LGTBI

Los mayores LGTBI llegan al Orgullo desafiando a la soledad: "Hacer duelo cuando estás en el armario es mucho más doloroso"

Imagen de archivo de una plaza con bancos pintados con la bandera del arcoíris.

La pandemia que ha dejado más de nueve millones de contagios en todo el globo llegó con el foco sobre los más vulnerables. La furia del virus sobre los ancianos recorre los países del mundo como una suerte de escalofrío y las secuelas dejan profundas heridas en toda una generación. Con la vista puesta en los ancianos, enseguida brotaron las temidas palabras: aislamiento, soledad, estigma. Conceptos que no son en absoluto desconocidos para los mayores LGTBI. Muchos de ellos, marcados por otra pandemia, la del sida, arrastran años en clandestinidad. Algunos apartados por su entorno, otros rechazados en sus trabajos y una parte importante excluída de los espacios reservados a las personas de su edad.

La Fundación 26 de Diciembre tiene como principal objetivo plantar cara a la exclusión. Federico Armenteros, su presidente, explica a infoLibre la forma en que la crisis llamó a las puertas de su organización. "Tuvimos que aprender todos, nos cogió por sorpresa", así que el centro cerró, la ayuda a domicilio se frenó y se impuso el trabajo exhaustivo desde otra óptica. Poco a poco los más mayores "fueron entendiendo, aprendiendo con nosotros", relata.

Lo más difícil, explica el portavoz, fue gestionar "toda esa angustia, ese recordar toda nuestra vida anterior, ese confinamiento social". Ahora el aislamiento es físico pero antes fue psicológico y social. "¿Vale la pena esta vida, siempre confinados?", era la pregunta que surgía de manera inevitable entre los mayores. En la Fundación 26 de Diciembre han "perdido a mucha gente, otros han pagado costes, a otros se les ha muerto su pareja". "Hacer duelo cuando estás en el armario es muy complicado, cuando no quieres que nadie sepa que tu pareja ha muerto, es mucho más doloroso", lamenta. Algunos de los fallecidos, cuenta Armenteros, todavía no han sido reclamados por nadie "porque su pareja no quiere que se sepa su orientación sexual", mayores que "han vivido cuarenta años con esa persona, pero no son capaces".

"Qué daño nos ha hecho esta sociedad para no querer que la gente sepa que eres maricón", incluso en los momentos más trágicos. "Todavía nos pesa esa homofobia interiorizada que nos han metido: hemos nacido, hemos crecido y nos hemos construido desde el odio hacia nosotros mismos y eso pasa factura", dice el director de la fundación al otro lado del teléfono.

Si la crisis se ha precipitado con fuerza sobre las espaldas de los mayores, el peso que han soportado las personas LGTBI venía ya de lejos. El último estudio sobre su situación elaborado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (Felgtb) dibuja con exactitud el paisaje. Las personas del colectivo mayores de 65 años "son solteras en un porcentaje seis veces superior, están casados un 50% menos y están separadas casi cinco veces más que el total de la población". Ahí la primera brecha: las trabas a la hora de formar una familia.

"Teniendo en cuenta que el estado civil puede influir en el factor de soledad", esgrime el informe, resulta fundamental destacar que un 40% de los encuestados vive solo. "Este dato se eleva al 51% en personas mayores de 65 años". En añadido, los síntomas de depresión o ansiedad afectan al 32% de los mayores del colectivo, "fundamentalmente a mujeres cis y mujeres trans". La población general, en el mismo rango de edad, sólo señala en un 10% de las ocasiones sufrir síntomas de depresión o ansiedad, tres veces menos. Las mujeres trans conviven, en un porcentaje del 72%, con riesgo de pobreza severa.

Los mayores LGTBI ya señalaban antes de la crisis su miedo a envejecer, debido a la falta de adecuación de los recursos (52%), a la soledad y al aislamiento (38%). Estos dos últimos fenómenos han sido especialmente sangrantes durante la crisis sanitaria. Las principales causas de preocupación son no poder valerse por uno mismo (33%) y la soledad (29%). Así pues, un 12% reconoce la necesidad de algún tipo de respaldo en su vida diaria y un 28% no cuenta con apoyo en las tareas que necesita. "En definitiva, la soledad y el aislamiento son problemas recurrentes que se unen a la cuestión de la discriminación y la aceptación social", relata la federación en el estudio.

Construir familia

Para Armenteros sí hay una lectura positiva tras la crisis. "Nos hemos unido más, hemos consolidado ese sentido de familia", dice con cierto orgullo. Lo importante, añade, es que los mayores "sepan que tienen a alguien ahí para poder acompañarles".

El aprendizaje lo tiene grabado a fuego Carlos Jorge Martínez, usuario de la fundación: "No tengo más familia que la Fundación 26 de Diciembre, estoy vivo gracias a ellos". En conversación con este diario recuerda los tres meses que pasó encerrado a consecuencia de la pandemia y la "crisis de ansiedad enorme" que soportó en la soledad de su casa. "La fundación era lo único que yo tenía, me tocaba la puerta, me dejaba comida y medicina. No salí ni una sola vez de casa", subraya. Él nació en 1945, "unos meses antes de que acabara la guerra". De niño, dice, sufrió por su orientación sexual cuando aquella era solamente una intuición. "Yo no sabía lo que era la palabra maricón cuando ya todo el mundo me lo llamaba", expresa. Cubano de nacimiento, pasó la mayor parte de su vida en suelo español.

A sus 75 años, el hombre reconoce que la fundación le ofrece todo lo que necesita. "Estoy muy malcriado por ellos", bromea. Antes de la pandemia ya participaba en las muchas actividades que programa la organización y mantenía lazos estrechos con el resto de usuarios. Martínez habla, de hecho, en plural: "Íbamos todos los días a comer y a hacer actividades". El cese de sus actividades fue un batacazo para los usuarios, pero la red que habían construido se demostró sólida. "No es que tú vayas, es que ellos vienen a ti", dice.

La analogía entre la actual pandemia y la del sida parece casi obligada. Martínez, sin embargo, insiste en sus muchas diferencias. "Realmente no se han desarrollado igual, el sida era muy selectivo con los gais y tampoco había una sensación de desastre en la prensa internacional", comenta. Las víctimas mortales "no eran precisamente las más queridas" y por tanto "el grado de tensión, de susto, de calamidad, no fue igual". Aquello "fue como un espectáculo".

Proyectos residenciales

Quince años y 54.000 "sí quiero" después, el movimiento LGTBI celebra el matrimonio igualitario como su gran hito

Quince años y 54.000 "sí quiero" después, el movimiento LGTBI celebra el matrimonio igualitario como su gran hito

Uno de los proyectos estrella de la fundación es precisamente proporcionar un hogar físico a los usuarios, un espacio residencial pensado específicamente para mayores LGTBI. Ese primer proyecto, ubicado en Villaverde (Madrid), quedó paralizado durante un mes por la crisis sanitaria. Ahora se han reanudado las obras y se ha reforzado la plantilla con el objetivo de tener la residencia preparada a finales del año, aunque todavía tardará algo más en recibir a los primeros residentes.

Además, la fundación prevé abrir otra residencia más pequeña, de seis plazas, en la localidad madrileña de Móstoles. Se trata de un chalet donado por uno de los usuarios a la organización con este propósito. Recientemente se ha alcanzado un acuerdo con el Ayuntamiento de Móstoles para la gestión del espacio, que probablemente abrirá sus puertas antes que el primero porque se trata de una estructura ya preparada para empezar a funcionar como residencia.

Serán las primera residencias específicas para mayores LGTBI. Federico Armenteros presume de los proyectos con especial cariño, aunque con una cautela lógica debido a los estragos del covid-19. "Tenemos la gran ventaja de que podremos prepararnos, ahora que sabemos lo que pasa y cómo se transmite" el virus, de manera que los esfuerzos se centrarán en proteger al máximo a trabajadores y a usuarios. "Lo que vamos a conseguir es demostrar que tenemos derecho a decidir dónde queremos estar" y a construir "proyectos de vida".

Más sobre este tema
stats