12J: elecciones al Parlamento vasco

Los malos pronósticos para PP y Cs en Euskadi amenazan con sepultar España Suma, proyecto estrella de Casado

Casado, Iturgaiz y Arrimadas, en el único acto de la campaña del 12J que han compartido en Euskadi.

Hace ahora dos años, el líder del PP, Pablo Casado, estaba de campaña como aspirante a la presidencia de la formación conservadora después de que Mariano Rajoy anunciase su retiro tras la moción de censura que le ganó Pedro Sánchez. Y uno de los ejes de su campaña giró en torno a que, a su juicio, al partido le hacía falta abrirse a un proceso de refundación para aglutinar a aquellos votantes que, desencantados, habían apostado por las papeletas de Ciudadanos y de Vox

Hasta la fecha, la aspiración de Casado de que el PP sea la fuerza referente del centroderecha sólo ha tenido un intento. En las últimas elecciones generales –10 de noviembre de 2019– y en la comunidad foral de Navarra, bajo la marca de Navarra Suma, coalición integrada por Unión del Pueblo Navarro (UPN), Partido Popular y Ciudadanos. Obtuvo dos escaños. El próximo examen será este domingo, en las elecciones autonómicas del País Vasco, con las siglas PP+Cs y con Carlos Iturgaiz, expresidente de los conservadores de Euskadi liderando la candidatura.

Lo que ocurra en el País Vasco este fin de semana servirá para que ambas formaciones abran un periodo de reflexión sobre futuras colaboraciones de cara al futuro, sobre todo con la vista puesta en las siguientes elecciones autonómicas que podrían convocarse: las elecciones catalanas. Si hace unos meses, cuando se cerró una alianza que el PP supuso un auténtico terremoto –se llevó por delante al entonces líder del PP vasco, el exministro Alfonso Alonso– la idea de ambas formaciones era la de extender la alianza más allá de Euskadi, los dos partidos ponen ahora en cuarentena la posibilidad de reeditar la colaboración en un escenario próximo. Y una de las pruebas de fuego va a estar en lo que ocurra con la candidatura que encabeza Carlos IturgaizCarlos Iturgaiz.

El Partido Popular del País Vasco se ha sentado en la última legislatura autonómica con nueve escaños en la Cámara de Vitoria. Y, ahora, las encuestas más optimistas dejan a la coalición PP+Cs en siete escaños, dos por debajo. 

¿Realmente suma 'España Suma'?

Si bien Pablo Casado y su equipo siempre han defendido que el éxito de la coalición PP+Cs en Euskadi no sólo había que analizarlo en base a los datos electorales, sino en lo que representa en clave de futuro –la unidad del centro derecha– el resultado de las autonómicas vascas permitirá a ambas formaciones comprobar hasta qué punto la alianza suma (o resta). Ambos partidos tienen intereses contrapuestos. Así, si en el PP son conscientes de que con el espacio electoral fraccionado difícilmente Casado podrá llegar a la Moncloa, en Cs lo son de que no pueden diluirse en el PP porque su posición ya es débil de partida. 

"Uno más uno no siempre suman dos. Y hay que ver hasta qué punto la alianza suma o resta", mantiene un dirigente del PP de Cataluña. La misma fuente destaca que la situación de Cs en esta comunidad autónoma, ya sin Arrimadas al frente de la candidatura, no es la misma que en los últimos comicios. "También habría que tener en cuenta cómo puede afectar el giro que Ciudadanos ha dado en los últimos meses en el Congreso de los Diputados", añade.

Hay dos elementos a tener en cuenta sobre lo que pueda deparar el futuro próximo a la alianza PP-Cs. Uno de ellos es que cuando ambas formaciones empezaron a negociar el entendimiento, éste se vendió en una especie de pack. La idea era que la alianza sirviera para las vascas, sí. Pero también para las gallegas y para las catalanas. La negativa de Alberto Núñez Feijóo a una coalición del PP que lidera con Cs en Galicia, a la que Casado no pudo oponerse, como sí ocurrió en Euskadi, alteró los planes. De hecho, el partido naranja llegó a poner sobre la mesa la posibilidad de bloquear cualquier tipo de unión con los conservadores mientras esta no fuese extensible a las tres comunidades autónomas –Galicia, Euskadi y Cataluña–.

En Ciudadanos cundió el malestar por la negativa del presidente de la Xunta a explorar una coalición electoral. No entendían por qué no existía reciprocidad. Por qué en Galicia no era posible cuando ellos no se cerraban a una alianza en Cataluña, donde fueron la fuerza más votada en las últimas elecciones autonómicas.

El segundo elemento a tener en cuenta, además de los resultados electorales de la noche del domingo, es que el Ciudadanos que negoció la coalición PP+Cs en el País Vasco no es el mismo que hoy. Por aquellas fechas, el pasado febrero, la dirección que tomó la decisión de aceptar concurrir conjuntamente sólo en el País Vasco era interina. No fue hasta después cuando Inés Arrimadas tomó las riendas de la formación en el congreso convocado para cubrir la vacante generada tras la renuncia de Albert Rivera posterior al desastre electoral de1 10N, cuando al partido quedó en 10 escaños en la Cámara Baja.

Arrimadas se distancia de la foto de Colón

Un partido, dos campañas: Feijóo hace la suya con total independencia y Génova tutela la de Iturgaiz

Un partido, dos campañas: Feijóo hace la suya con total independencia y Génova tutela la de Iturgaiz

Pese a los recelos del sector crítico, que temía que la nueva líder continuara en competición directa con el bautizado como "bloque de Colón", Inés Arrimadas se ha distanciado de su predecesor ubicando a Cs como un actor clave en las iniciativas tomadas durante el estado de alarma y aspira a serlo también en la gestión de la crisis post covid-19. De hecho, mientras el PP mantiene, a día de hoy, que la negociación de los Presupuestos Generales del Estado es una clara línea roja, en el partido naranja no han cerrado ninguna puerta. Poco antes de que Pedro Sánchez decretara por primera vez el estado de alarma, Arrimadas puso sobre la mesa la oferta de negociar unas cuestas públicas de "emergencia nacional".

El líder del PP y la presidenta de Cs mantienen una relación "cordial", defienden desde ambas formaciones, salvando los obstáculos de las tensiones en gobiernos regionales de coalición como el de Madrid, donde los rumores de mociones de censura apoyadas por Cs o de adelantos electorales por parte de Isabel Díaz Ayuso (PP) son continuos. En las últimas semanas, pese a que en las filas conservadoras no entienden muchas de las decisiones de Cs, Casado no ha hurgado en la herida. Pesan los pactos autonómicos y pesa también que concurren en coalición a las elecciones al País Vasco. El pasado domingo compartió acto electoral en Gernika con Inés Arrimadas y Carlos Iturgaiz.

A mediados de mayo, en los peores días de la crisis entre PP y Cs en Madrid, Casado y Arrimadas celebraron un encuentro telemático en el que subrayaron la buena salud de los pactos autonómicos en los que participan ambas fuerzas. Además de en la Comunidad de Madrid, conservadores y liberales cogobiernan en Andalucía, la Región de Murcia, Castilla y León y el Ayuntamiento de Madrid.

Más sobre este tema
stats