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El futuro de la monarquía

Los posibles destinos del emérito: Portugal, con trato VIP a las grandes fortunas, y Dominicana, con un IRPF muy bajo

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Santo Domingo, 31 de mayo de 1976. La aeronave El Españoleto toca tierra a primera hora de la mañana en el aeropuerto de la capital de República Dominicana. Expectante, una multitud con banderas aguarda el descenso de los ocupantes que van a bordo del aparato. La presencia a pie de pista del entonces presidente del país, Joaquín Balaguer, y el despliegue de más de diez millares de soldados y policías por cada rincón de la ciudad dan cuenta de la importancia del viaje. Cuando el reloj todavía no marca las 10.30 horas, la puerta de la aeronave se abre y por la escalinata comienzan a bajar Juan Carlos I y la reina Sofía. No es la primera vez que el monarca visita la isla caribeña. Ya había estado de viaje allí cuando era cadete. Sin embargo, sí que es el primer destino en el exterior al que viajan los reyes tras la coronación en noviembre de 1975. “A este Santo Domingo, la reina y yo queremos darle las gracias. Gracias por una fidelidad histórica que nos conmueve. Gracias por vuestra hospitalidad que nos llena de emoción”, apunta Juan Carlos I ya en tierra firme.

Hace cuarenta y cuatro años, la isla caribeña fue testigo del ascenso de Juan Carlos I. Ahora, sin embargo, puede serlo de su caída en desgracia. Tras la decisión del rey emérito de abandonar el país en plena investigación de la Fiscalía del Tribunal Supremo sobre los negocios y la fortuna oculta del monarca, varios han sido los medios –Abc, La Vanguardia, La Razón o El Español– que sostienen que el emérito ya se encontraría en suelo dominicano, donde tendría previsto pasar una temporada en Casa de Campo, un lujoso resort en la provincia de La Romana propiedad de una poderosa e influyente familia azucarera. Otros, sin embargo, le sitúan un poco más cerca, a este lado del Atlántico. El Confidencial, en línea con lo que sostiene la prensa lusa, asegura que el emérito se habría refugiado en la localidad portuguesa de Azeitao, donde habría sido acogido por una familia aristocrática con la que mantiene una estrecha relación desde su etapa en Estoril. Por el momento, la Casa del Rey no ha revelado de forma oficial cuál ha sido el destino del emérito. El Gobierno, tampocotampoco.

Ambas opciones cuentan con unos sistemas fiscales bastante atractivos. En el caso de República Dominicana, el tipo impositivo vigente sobre la renta de las personas físicas se mueve entre el 15% y el 25%, según los datos de la entidad pública empresarial ICEX. Son cifras mucho más bajas que en España, donde se tributa entre el 19% y el 41%. Todos los ingresos de fuente dominicana están sujetos a impuestos, con independencia de si la persona o entidad que los genera tiene o no dicha nacionalidad. No obstante, los ingresos obtenidos en el extranjero no están sujetos a impuesto dominicano, salvo las rentas de inversiones y ganancias financieras de personas domiciliadas o residentes en la isla. “Los nacionales o extranjeros que pasen a residir en el país sólo estarán sujetos al impuesto sobre sus rentas de fuente extranjera a partir del tercer año o período gravable, a contar desde el momento en que se constituyeron como residentes –es decir, desde el momento que pasen en el Estado más de 182 días–”, recoge el organismo dependiente de la Secretaría de Estado de Comercio.

Portugal es también un buen destino fiscal para todas aquellas grandes fortunas extranjeras que quieran un retiro dorado. De hecho, en los últimos años se ha convertido en hogar de personalidades de la talla de Madonna, el exfutbolista francés Eric Cantoná, el actor John Malkovich o el líder espiritual Aga Kahn, entre otros. Es cierto que en el país luso existe un equivalente al IRPF con tipos máximos que llegan hasta el 48%. Sin embargo, desde 2009 cuenta también con un régimen fiscal especial para residentes no habituales –aquellos extranjeros que pasen 183 días en suelo luso–. Este esquema, nacido con el socialista José Sócrates al frente del Ejecutivo, permite a todas estas personas tributar sobre las rentas obtenidas en el país a un tipo único del 20% cuando estas provengan de actividades de “elevado valor añadido”. Pero no sólo eso. El marco normativo, del que se puede disfrutar durante toda una década también permite, con carácter general, no tributar por los ingresos que puedan generarse en el extranjero.

Posibilidad de extradición

Ambos Estados, además, mantienen muy buenas relaciones con España. En el caso de República Dominicana, el vínculo bilateral ha sido casi continuado desde 1855, cuando se suscribió el Tratado de Reconocimiento, Paz, Amistad, Comercio, Navegación y Extradición. “Las relaciones son excelentes y los apoyos mutuos a candidaturas constantes”, sostiene el Ministerio de Asuntos Exteriores español en un informe sobre el país. Eso no quita, no obstante, que en alguna ocasión se hayan producido tensiones, como sucedió en 2015, cuando se hizo público un vídeo en el que se veía a la Policía española agrediendo a un ciudadano dominicano en el avión en el que iba a ser deportado. En el caso de Portugal, el balance de las relaciones diplomáticas en las últimas tres décadas también es, a ojos del departamento dirigido por Arancha González Laya, “muy positivo”. La convergencia de intereses o el desarrollo prácticamente simultáneo de procesos de transición y consolidación democrática son algunos de los factores a los que se atribuye esta conexión a ambos lados de la frontera.

Las buenas relaciones con la isla Caribeña han permitido que ambos países dispongan de más de una veintena de tratados bilaterales de cooperación. Entre ellos, un acuerdo de extradición suscrito en la década de los ochenta que pondría difícil, en caso de que se abriera formalmente una causa contra él, que Juan Carlos de Borbón pudiera sustraerse de la acción de la justicia en esta jurisdicción. “Darán lugar a la extradición los hechos sancionados, según las leyes de ambas partes, con pena privativa de libertad cuyo máximo sea superior a dos años”, recoge la norma. El blanqueo de capitales, uno de los delitos sobre los que existen sospechas, está castigado en España con hasta seis años de prisión. En materia de extradición, ambos Estados suelen colaborar entre sí. En mayo de 2017, por ejemplo, Madrid mandó hacia Santo Domingo a uno de los sujetos más buscados en suelo dominicano por su vinculación con el lavado de dinero procedente del narcotráfico. Dos años antes, la isla caribeña había extraditado a España a un empresario español por un delito contra la Hacienda pública.

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Dos familias vinculadas al emérito

Tampoco lo tiene fácil el emérito si se le pasara por la cabeza intentar eludir la acción de la justicia en suelo luso, si bien es una opción remota teniendo en cuenta el daño que provocaría a la imagen de la propia monarquía y el anuncio de colaboración absoluta trasladado por su representante legal. De llegarse a ese punto, simplemente tendría que cursarse una orden europea de detención y entrega y esperar a que se tramite. En Portugal, el monarca habría vuelto a sus raíces al calor de los Brito e Cunha-Espirito Santo, con quien mantiene una estrecha relación desde el exilio de su familia en Estoril. Es una de las sagas aristocráticas más importantes del país y, según publica El Confidencial, habría permitido al emérito instalarse en un inmueble ubicado cerca de Setubal y junto al Parque Natural de Arrábida. De hecho, el diario portugués Público ha desvelado que el presidente luso, el socialdemócrata Marcelo Rebelo de Sousa, habría viajado la última semana de julio a Madrid para reunirse con Felipe VI, con quien almorzó en Zarzuela, y tratar el futuro de su padre.

En Portugal, el emérito contaría con respaldo familiar directo en uno de los momentos más complicados. Sin embargo, en República Dominicana tendría cerca a parte de su círculo de amistades en una de las zonas más lujosas del país. El rey habría decidido instalarse en Casa de Campo, un complejo inaugurado en los años setenta frente a la playa con villas privadas y enormes mansiones. El lugar no es nuevo para el monarca. Fue el emplazamiento elegido en 2014 para pasar una temporada tras su abdicación. Tal es la estrecha vinculación con este enclave, en el que se casó su sobrino Luis Alfonso de Borbón con Margarita Vargas, que un año después el emérito volvió para inaugurar una calle con su nombre. El resort es propiedad de otra familia que mantiene una estrecha relación con el emérito: los Fanjul, que se hicieron de oro con la venta de azúcar. Pepe Fanjul, es uno de los hombres más ricos de Cuba. Y su influencia no sólo se queda en el emérito. El círculo de amistades del clan también engloba a personalidades como Carlos Slim, Felipe González o las familias Clinton y Bush.

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