El futuro de Cataluña

Ayuso implica al rey contra los indultos en una plaza de Colón con la mitad de asistencia que en 2019

Vista parcial de la concentración contra los indultos en la madrileña plaza de Colón.

Decenas de miles de personas secundaron este domingo en Madrid una protesta contra los indultos apoyada por toda la derecha política y mediática. Según la Delegación del Gobienro, fueron 25.000 personas, una cifra elevada pero sensiblemente inferior a los 45.000 que, según la misma fuente, acudieron en 2019 al escenario de la plaza de Colón para pedir también la dimisión del Gobierno y denunciar sus supuestos pactos con los independentistas para romper España. Aunque la policía municipal eleva esa cifra a 126.000 personas. Fuentes de la organización reconocieron que aunque la asistencia fue considerable, se quedó por debajo de las expectativas de los promotores.

La concentración había sido convocada con la declarada intención de "dejar todo el protagonismo político a la sociedad civil", pero al final acabaron brillando los dos políticos favoritos de la derecha extrema: el líder de Vox, Santiago Abascal, y la presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

El primero, arropado por los principales dirigentes de Vox y por miles de seguidores, concentrados en los lugares más cercanos al escenario, dejó clara su comunión con la protesta situándose en un lugar de privilegio entre gritos de “¡Presidente! ¡Presidente!” y consignas contra Sánchez. La segunda eclipsó al presidente del PP, Pablo Casado, con unas declaraciones en las que emplazó al rey a incumplir la Constitución y no firmar los indultos cuando los apruebe el Gobierno. “¿Qué va a hacer el Rey de España a partir de ahora? ¿Va a firmar esos indultos? ¿Le van a hacer cómplice de eso?”, se preguntó Ayuso.

Casado, eclipsado por las declaraciones de Ayuso, tuvo que oír gritos de seguidores de Vox que le reprocharon su negativa a apoyar la moción de Vox contra Sánchez. Se acercó a la plaza escoltado por dirigentes y partidarios del PP pero no llegó a acercarse siguiera a los concentrados más próximos al escenario, la zona dominada por los manifestantes más próximos a la derecha extrema. Y se marchó rápidamente nada más terminar el acto, sin esperar a saludar a los concentrados.

Inés Arrimadas, la presidenta de Ciudadanos, también optó por atender a la prensa, igual que Casado, fuera de la plaza. E igual que él acabó escuchando gritos en su contra por parte de concentrados que le reprocharon su mano tendida al Gobierno durante la pandemia. “Traidora”, “fuera” y “te quedan dos telediarios”. Tanto Arrimadas como sus acompañantes, la secretaria general de Ciudadanos, Marina Bravo; los vicesecretarios generales, Edmundo Bal y Daniel Pérez; el líder de Cs en el Parlament de Cataluña, Carlos Carrizosa; la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y la eurodiputada Maite Pagazaurtundua, acabaron presenciando la concentración desde fuera de la plaza.

La prevención de Casado y Arrimadas hizo imposible una nueva foto de Colón como la tomada en 2019 a Casado, Abascal y Albert Rivera, el entonces presidente de Ciudadanos. Pese a la coincidencia de criterio de los tres partidos contra los indultos.

Algo que fue aprovechado por Abascal para subrayar las reticencias de Casado y Arrimadas y pedir unidad “por encima de siglas políticas”. “Sánchez es capaz de hacer mucho daño, es importante que todos los españoles, por encima de siglas políticas, estemos juntos en esta Plaza de Colón a la que volvemos una vez más sin miedo y sin vergüenza a ningún tipo de foto”, proclamó a los pies de la estatua de Blas de Lezo.

La foto de la vergüenza, subrayó reprochando a los líderes de PP y Cs sus reticencias a aparecer en la misma imagen con él, “es la del Gobierno sostenido en el poder gracias a todos los enemigos de España y de las libertades”. “El comunismo, el separatismo golpista y los terroristas, esa es la foto que más pronto que tarde expulsará al presidente del Gobierno del poder”.

Cayetana Álvarez de Toledo, exportavoz parlamentaria del PP, sí acudió a la cabecera de la protesta, muy lejos de Casado y muy cerca de Vox. Allí se dejó querer y se fotografió con todos los que se lo pidieron.

Megapinchazo

Fuentes del Gobierno consultadas por infoLibre consideraron el resultado de la protesta un “megapinchazo” en comparación con la de 2019 y concluyeron que sólo “han ganado Ayuso y Vox”, porque Casado y Arrimadas han recibido “abucheos”.

En el PSOE se aferran a la misma idea. Un alto cargo del partido, a preguntas de este diario, calificó de “vergonzante” la participación del presidente del PP, algo que atribuye al temor no sólo a la foto con Abascal sino al miedo a las “reacciones críticas de los ultras”. Y destacó la “apelación irresponsable de Ayuso al rey” como un síntoma de que todo en la derecha española “sigue igual”. "Tenían miedo [los convocantes y participantes] de que les saliera mal, y no les ha salido bien", resumía otro miembro de la dirección socialista.

En nombre del Gobierno, la ministra portavoz, María Jesús Montero, confirmó que el Ejecutivo de Pedro Sánchez va seguir “intentando la armonía entre los españoles” frente a una protesta que, en su opinión, evidencia la “impotencia de la derecha” para resolver los problemas del país.

La protesta en sí transcurrió por lo demás como estaba previsto, más allá de sufrir un retraso considerable como consecuencia de un fallo en el sistema eléctrico que debía alimentar los altavoces y que prolongó la exposición de los concentrados a un sol implacable. Sin otros incidentes que los abucheos, insultos y provocaciones que ya se han vuelto habituales contra los periodistas y técnicos de los medios de comunicación que cubren este tipo de convocatorias. En este caso, los más exaltados se cebaron contra los profesionales TVE, La Sexta y el grupo AtresMedia.

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Desde la tribuna tomaron la palabra sólo representantes de la sociedad civil elegidos por la plataforma organizadora, Unión 78. El escritor Andrés Trapiello, Yeray Mellado, presidente de S’Hacabat!, y la ex presidenta de UPyD Rosa Díez, la más aplaudida de los tres. Díez anunció que la de este domingo será la primera de otras protestas contra el Gobierno porque, según ella, los españoles “de bien” y “decentes” no pueden “consentir” que Pedro Sánchez pueda “dormir dos años más en La Moncloa”.

Trapiello se esforzó en subrayar que entre los concentrados había personas de “derecha” pero también de “centro y de izquierda” que están de acuerdo en “unas cuantas cosas", entre las cuales "la más importante” es la defensa del orden constitucional.

Tras asegurar que han acudido a la plaza madrileña a decir 'basta ya' (comparando la protesta con la que surgió contra el terrorismo de ETA), ha recalcado que esta manifestación sí que es de "utilidad pública" y no "los indultos a los golpistas catalanes". "Nadie es facha por decir hoy lo mismo que decía el presidente del Gobierno hace unos meses", ha resaltado.

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