Periferia: barrios con orgullo

Hace veinte años, en un pueblo manchego, mi tío, con setenta años, me dijo: “Me he enterado que vives con un guay”. Se había equivocado, quería decir gay, probablemente nunca había usado esa palabra antes. Fue entonces cuando entendí que las grandes batallas se libran en lo cotidiano.

En los barrios no hay carrozas ni plumas de colores, pero hay lucha y resistencia. El Orgullo también se construye aquí, entre bloques, vecinas y vecinos cotillas, ropa tendida de lado a lado de la calle, bares de toda la vida… Este año, la Federación Estatal LGTBI+ pone el foco en la periferia, pero en los barrios llevamos años resistiendo, con o sin purpurina.

El Orgullo en los barrios nace para poner en primer plano realidades que suelen quedar soterradas en el relato oficial, aportando una mirada más cercana y comprometida. Ese relato hegemónico, basado en la lógica del mercado, ha desvirtuado la lucha, transformándola en un espectáculo de consumo. Porque el orgullo que se ve en Chueca, y en los centros de muchas ciudades, es un orgullo domesticado, mercantilizado, pensado para el turismo y para un público concreto. Pero fuera del centro, en los barrios de la periferia, las vidas LGTBIQ+ tienen otro ritmo, otra historia, y sobre todo, otro tipo de luchas.

Por toda la geografía española cada año aumentan las acciones de un Orgullo diferente, como Nós Mesmas y Avante LGTB en Vigo (“Dereitos trans son dereitos humanos”), 28J Autònom en Barcelona (“El nostre orgull no te preu”), la Coordinadora de Orgullo Crítico en Granada (“Ante el fascismo colonial, ternura queer radical”), ArranQueer, orgullo crítico y de clase de Rota, La Cosechadora en El Ejido (“Sin papeles no hay orgullo”), Orgull Crític València, Orgullo Crítico y Orgullo Vallekano en Madrid…

Espacios de resistencia política y cultural donde el activismo LGTBIQ+ se entrelaza con otras luchas sociales: contra la gentrificación, por el derecho a la vivienda, por el feminismo de base, contra el genocidio en Palestina y contra las desigualdades estructurales. Aquí el Orgullo no es solo una fiesta, sino una herramienta de transformación.

Abrir la puerta de casa y salir al portal para que el vecindario sepa —y respete— quién eres es un acto de valentía política. No pedimos perdón. No pedimos permiso. Este es el verdadero orgullo de barrio: el que no necesita plumas, ni carrozas, ni escenarios...

En 2016, distintos colectivos sociales y vecinales de barrios del sur y este de Madrid, como Villaverde, San Cristóbal, Usera, Arganzuela o Ciudad Lineal, en una iniciativa coordinada desde la FRAVM, iniciaron el proyecto ‘Orgullo de periferia’ para construir una expresión propia y política del Orgullo LGTBIQ+. En Puente de Vallecas, ese impulso se concreta en una asamblea popular que da origen a lo que hoy es la Asociación Orgullo Vallekano. Con el objetivo de crear un orgullo con conciencia política, alejado del modelo comercial y centrado en las experiencias de los barrios obreros, este colectivo se posicionó abiertamente contra el “capitalismo rosa” y el lavado de imagen institucional, defendiendo un orgullo que fuera antirracista, transfeminista y con enfoque de barrio. Entre sus primeras iniciativas destacó la recuperación del espíritu de la pionera manifestación de 1981 en Vallecas, que bajo el lema ‘Aquí estamos, no nos ocultamos’ desafió una época en la que la Ley de Peligrosidad Social criminalizaba la identidad LGTBIQ+.

Para Orgullo Vallekano el camino no ha sido fácil. Muchas fueron las voces que amenazaron de muerte a personas que participaron con una persona Drag en la cabalgata de reyes del barrio de 2018, con la excusa de que rompíamos las tradiciones, cuando lo único que hacíamos era participar en las actividades comunitarias, vecinos y vecinas del barrio haciendo barrio.

Hoy, aquellas voces que antes gritaban desde los márgenes parecen estar legitimadas por algunos poderes institucionales. Y lo más alarmante es que el mayor retroceso que enfrentamos no es social, sino político. Cada vez más gobiernos autoritarios, contrarios a los derechos humanos y ligados a la extrema derecha acceden al poder. Erosionan las instituciones, recortan libertades y ponen en riesgo los principios fundamentales de la democracia. Además, promueven discursos de odio contra el colectivo LGTBIQ+, las personas migrantes y las mujeres… Según el informe Estado del Odio, elaborado por 40dB para la Federación Estatal LGTBI+, una de cada cinco personas LGTBI+ ha sido acosada en el último año con insultos, aislamiento social o intimidaciones en redes y plataformas online, pasando del 6,8 % en 2024 al 16,25 % en 2025.

Por eso, abrir la puerta de casa y salir al portal para que el vecindario sepa —y respete— quién eres es un acto de valentía política. No pedimos perdón. No pedimos permiso. Este es el verdadero orgullo de barrio: el que no necesita plumas, ni carrozas, ni escenarios, sino comunidad, memoria y rebeldía, pero purpurina también, lo que haga falta, lo que nos dé la gana.

En un país donde la lucha por la igualdad avanza, pero aún enfrenta resistencias profundas, es vital que el Orgullo se descentralice y se abra a todas las periferias. Porque en esos barrios, donde la diversidad es cotidiana y a veces invisible, está la fuerza que sostiene la verdadera transformación social.

Así que, si todavía crees que el Orgullo es solo una fiesta rosa en el centro, te invito a mirar hacia los barrios, a participar en sus actividades, colgar la bandera en tu balcón, escuchar a tus vecinas, apoyar sus demandas. Ahí está el pulso vivo del movimiento. Y ahí seguiremos, luchando y celebrando, sin pedir permiso. Porque la verdadera revolución comienza en cada barrio.

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Marimar Amoedo es activista vecinal en Vallecas.

Sobre este blog

El barrio es nuestro es un blog colectivo alimentado por la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM). El nombre alude al viejo grito de guerra del movimiento vecinal que sirve para reivindicar el protagonismo de la vecindad en los asuntos que la afectan, a menudo frente a aquellos que solo ven en el territorio un lugar de negocio y amenazan su expulsión.

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26 de junio de 2025 - 20:20 h
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