Camisas contra los babosos

Lo han llamado una “capa de seguridad” necesaria. En el metro de Estados Unidos, en Reino Unido y cada vez más también en Francia, las chicas jóvenes llevan en el bolso un complemento extra: una camisa grande, de hombre muchas veces, para ponérsela cuando entran en el metro. ¿Porque tienen frío? Pues no: para taparse. En cuanto llega la primavera y se desprenden del abrigo, se sienten desprotegidas cuando van solas en el metro. Las miradas de ellos son tan “babosas” que prefieren ir tapadas para evitar la incomodidad. Sus escotes, sus faldas más o menos cortas, su ropa ceñida… Sienten que no son libres para ir vestidas como les plazca y especialmente lo notan en el transporte público: cuando el espacio es más reducido, cuando pasas minutos frente a un desconocido que no te quita el ojo de encima y que te devora con la mirada. “Una camisa para protegerse”. Suena a otros tiempos o a otros lugares, una especie de burka que se tienen que inventar para intentar no pasar ni miedo, ni situaciones incómodas. Pero es lo que está pasando en grandes ciudades como Nueva York, Londres o París, y mucho me temo que, en breve, veremos también por aquí.

Los vídeos en TikTok se repiten. Y los comentarios de gente, de chicas, que se han visto en la misma situación, se cuentan por miles. Lo más triste es que asumen que esto es lo que hay: que en ciudades como Nueva York o Londres, ver a chicas con camisas blancas grandes por encima de la ropa, empieza a ser demasiado común y no por una moda que se ha viralizado, sino como un mecanismo de autoprotección. En cuanto llega el verano o suben las temperaturas, la camisa over size entra en su bolso como una prenda más para utilizarla cuando van en transporte público o incluso cuando cogen un coche VTC. Temen las miradas de ellos, se sienten desprotegidas, observadas, vulnerables, pasan miedo y prefieren cubrirse antes que vivir esa situación.

Las mujeres de ahora tienen menos libertad que las de hace 20 años. Y eso es un retroceso en toda regla. Un retroceso que dice mucho de lo que está pasando en estos tiempos

Que chicas jóvenes asuman y acepten esto es un retroceso. Es así. Vestir como a una le dé la gana no es una opción en determinados espacios o momentos. O al menos, no les compensa. Y cuando eres joven, lo sabemos todas, necesitas expresarte de mil formas para entender quién eres, también a través de la ropa. Llevar una falda corta, muy corta, o al día siguiente un pantalón muy ancho, casi que se te cae. Vas descubriendo quién eres, como lo hacen ellos, pero sin la misma libertad.

Cuando dimos con esta noticia, en la redacción alguien comentó que esto hilaba con otra tendencia que estamos viendo cada vez más en verano: mujeres que han dejado de hacer topless en las playas por el miedo a ser grabadas con los teléfonos móviles de desconocidos que, luego, cuelgan esas imágenes en páginas web o grupos de chat. Miedo a las miradas también pero sobre todo a perder el control sobre lo que pueda pasar con esas imágenes.

Vamos hacia atrás, está claro. Las mujeres de ahora tienen menos libertad que las de hace 20 años. Y eso es un retroceso en toda regla. Un retroceso que dice mucho de lo que está pasando en estos tiempos, de los falsos avances que nos han traído las tecnologías y de la educación que estamos dando a nuestros hijos. 

Más sobre este tema
stats