Plaza Pública
En defensa de El Gran Wyoming y de Dani Mateo
Como es sabido, el pasado 9 de marzo la Audiencia Provincial de Madrid, integrada por tres magistrados, decidió iniciar una persecución penal contra los arriba mencionados. El motivo no puede ser más simple e irrelevante, lo que hace completamente reprochable la decisión judicial, por no calificarla de injusta.
La resolución necesita una precisión previa. El presidente del tribunal ha emitido un voto discrepante de sus colegas y está en desacuerdo con la decisión adoptada.
El motivo de este proceso es que los ahora llamados querellados dijeron en un programa, refiriéndose a eso que tiene forma de cruz en el Valle de los Caídos, que el dictador ordenó que fuera la más grande "porque quién va a querer ver esa mierda de cerca". Esta simple afirmación ha puesto en marcha los tribunales, como si no tuvieran tareas más complejas que afrontar. Pero lo novedoso de esta resolución es que el presidente ha dicho, en relación al estrecho y reaccionario criterio de sus colegas, que la opinión personal está amparada por la libertad de expresión y comprende "la libertad de crítica aunque sea desabrida y pueda molestar, inquietar o disgustar a quien se dirige, pues así lo requieren el pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura…".
Pero no lo entiende así la Asociación de Defensa de dicho Valle, que estima sentirse "gravemente ofendida" y, es más, el tribunal entiende que aquella expresión "puede afectar a los sentimientos religiosos del grupo querellante al calificar de forma despectiva… la cruz que simboliza su sentimiento religioso…".
La Asociación y el tribunal aplican, muy desacertadamente, el delito de odio u hostilidad por la pertenencia a una religión y el de escarnio a una confesión religiosa.
Parecen ignorar que ese monumento, incluida la cruz, fue construido por unos 20.000 presos–muchos de los cuales murieron–, en régimen de trabajo forzado, desde 1940 hasta 1959 como mausoleo al dictador y para su exaltación y la de sus crímenes.
Y su significado quedó de relieve cuando el dictador publicó el decreto que preparaba su inauguración. Era evidente y sigue siéndolo que no es un monumento religioso, es y será una muestra del poder de los vencedores fascistas. Por ello, los querellados no podían en modo alguno ofender a sentimiento religioso alguno. Fue una burla perfectamente justificada. La Ley de 1957 justificaba que dicho monumento estaba “destinado a perpetuar la memoria de los Caídos en la Cruzada de Liberación, para honra de quienes dieron sus vidas por Dios y por la Patria”. Y se instituye como fin principal de la Fundación que se creó con la activa colaboración de la "Gloriosa Orden de San Benito", la de "rogar a Dios por las almas de los muertos en la Cruzada Nacional".
Je suis Charlie (menos en España)
Ver más
El Valle de los Caídos solo merece que los restos del dictador y de Primo de Rivera sean trasladados, al igual que los restos que allí permanecen, y su posterior reconversión en un espacio de la memoria democrática común o su destrucción.
Y, desde luego, que el tribunal archive el proceso cuanto antes. Wyoming y Dani Mateo son víctimas de la ignorancia histórica y de la intransigencia que, últimamente, se han instalado en nuestra Justicia. _______________
Carlos Jiménez Villarejo fue fiscal Anticorrupción