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¡Que no nos engañen los hipócritas!

Las tres derechas aprietan sus filas y avanzan en sus pactos para tocar poder en importantes ayuntamientos y comunidades autónomas. Y lo hacen ya sin escrúpulos a sentarse. El PP con Vox y los de Rivera con Vox pero sin foto. Aunque, en breve, los componentes del Frente Nacional de las derechas lo harán juntos y sin complejos hacia la extrema derecha, encantados de haberse conocido. Pero que no traten las derechas de engañarnos con su demostración permanente de hipocresía. El PP, Cs y Vox no se cansan de acusar de traición a Sánchez, a quien gritan que no puede sacar su investidura con la abstención de Bildu y de los independentistas catalanes.

Pero, en cambio, las derechas sí aceptan y les vale el voto no a la investidura de Sanchez por parte de quienes “quieren romper España e imponer una crisis de desgobierno”. ¿En qué quedamos? No valen esos votos demonizados por los derechistas en un caso, pero sí en otro. Aquí se comprueba, de nuevo, que este Frente Nacional no tiene sentido de responsabilidad de Estado y que andan sobrados de cinismo. El escenario de una suma de 173 votos contradictorios provenientes de Vox, ERC, Cs, Junts, PP, Bildu y CC impediría que España tuviera un Gobierno. Me pregunto cómo explicarían Rivera y Casado esta suma de conveniencias y el rechazo a que gobierne el partido más votado sin ofrecer alternativa. Los extremos caminan juntos y la sentencia sobre el procés les podría unir aún más.

Ante lo que viene sucediendo, las izquierdas y el conjunto de fuerzas progresistas no deben confiarse porque la estrategia de involución ultra sigue viva y gobernará en importantes instituciones en España. De ahí la necesidad incuestionable de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, junto a otros partidos de ámbito no estatal, sumen y lleguen a acuerdos de progreso de cara a la investidura de Sánchez. Parece que Podemos ha puesto la condición imprescindible de formar parte de un gobierno de coalición para alcanzar un pacto con el PSOE, insistiendo en que desconfía de Pedro Sánchez y de que “sin Unidas Podemos en ministerios, el PSOE se iría a la derecha a la primera oportunidad”, según Iglesias. Con semejante descalificación y desconfianza resulta extraña la exigencia de entrar a gobernar con unos “derechistas en potencia”.

Erróneo planteamiento para empezar a negociar. Lo digo estando de acuerdo en la importancia decisiva de formar, como mayor garantía de estabilidad, un bloque progresista de 165 diputados que compartan un pacto de legislatura acompañado de mecanismos deliberativos, de control y rendición de cuentas para evitar desviaciones e incumplimiento de compromisos. Un pacto de gobierno entre Podemos y PSOE no suma mayoría absoluta y debemos valorar todos los condicionantes para sacar adelante una investidura.

Si el Gobierno ha de ser a la portuguesa o a la valenciana es algo que los líderes de ambas organizaciones deben resolver, pensando una y mil veces en la defensa de la mayoría social y en evitar la gran incertidumbre de unas nuevas elecciones. Lo decisivo es encontrar entre el PSOE y Podemos un modelo de cooperación política eficaz y efectivo, para desarrollar, desde un Gobierno que dé estabilidad y confianza, un programa de progreso que se inició con el pactado y fallido proyecto presupuestario. Las izquierdas hemos de superar desconfianzas y apostar por un acuerdo.

__________________Odón Elorza es diputado socialista por Gipuzkoa

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