La repercusión para Europa de los 100 primeros días de Trump
Se han cumplido los 100 primeros días de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América, en los que ha aplicado una política que venía defendiendo a lo largo de su campaña electoral y que fue precisando, aún más, a partir de su victoria en las elecciones presidenciales el 5 de noviembre de 2024. Por lo tanto, casi han pasado seis meses. De esta forma, ha transcurrido tiempo suficiente para poder hacer una primera evaluación con lo que han supuesto las decisiones ejecutivas y las políticas que ha puesto en marcha a lo largo de este periodo.
No nos sorprenden nada las primeras propuestas y decisiones que ha adoptado Trump en su segundo mandato, que entendemos que va a tener incluso una influencia más positiva en el liderazgo de la Unión Europea
Hay que recordar que, en gran medida, es la continuación del primer mandato de Trump (2017-2021), donde tuvo una primera incidencia para Europa, ya que, como es sabido, va a surgir la aplicación de la Estrategia Global de Mogherini de 2016 y la puesta en marcha de la autonomía estratégica en los años siguientes, e incluso reforzada por el liderazgo de Josep Borrell como Alto Representante desde 2019. De esta forma, la primera presidencia de Trump sirvió para reforzar la autonomía estratégica de la Unión Europea, que en principio se basaba en seguridad y defensa, pero después se fue desarrollando en otros ámbitos, como el cambio climático, la tecnología, comercio y otras muchas políticas.
Por ello, no nos sorprenden nada las primeras propuestas y decisiones que ha adoptado Trump en su segundo mandato que, si bien es más radical, entendemos que va a tener incluso una influencia más positiva en el liderazgo de la Unión Europea. Ya que, como es sabido, desde las elecciones de junio de 2024 comienza la décima legislatura del Parlamento Europeo y se desarrolla un nuevo ciclo institucional. Especialmente, con el nombramiento, primero, de Roberta Metsola en julio como presidenta del Parlamento Europeo con un gran apoyo, y posteriormente la designación de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y del Presidente del Consejo Europeo, António Costa, que entran en vigor el 1 de diciembre de 2024.
Por lo tanto, los líderes institucionales europeos llevan también más de 100 días, encontrándose en la actualidad en pleno funcionamiento. Podemos decir, que, en gran medida, influidos y fortalecidos por la política errática que está manteniendo el presidente Trump. La presidenta de la Comisión inicia su segundo mandato con un programa para los próximos cinco años que, en parte, es continuidad de los éxitos mantenidos en la legislatura anterior, pero también trata de hacer frente, especialmente, a tres grandes desafíos: el desarrollo del Mercado Interior, donde recoge las orientaciones del informe Letta; las sugerencias del informe Draghi sobre competitividad; y, sobre todo, el desarrollo de una política de defensa más autónoma y con capacidad de disuasión, que va a estar muy influenciada por las decisiones de Trump, en donde buscará una alternativa.
Con ello, frente a las provocadoras propuestas de Trump contra el derecho internacional y el derecho humanitario, entre las que se encuentra el deseo de adquirir Groenlandia, incluso por medios militares, o la recuperación del Canal de Panamá, sin olvidar el uso de la fuerza, o la necesidad de convertir a Canadá en el 51º Estado federal. Lo cual, no solo va a ser una bravata, sino que, a lo largo de su mandato, ha hecho varias referencias a estas posibilidades. En todo caso, ha habido varias manifestaciones más en contra de los compromisos internacionales adquiridos por Estados Unidos con Europa y, sobre todo, en relación con Ucrania.
Quizás la confrontación ha sido más clara y está llevando a un debilitamiento de las relaciones transatlánticas más notable, –especialmente en el ámbito de la seguridad y también del comercio– en el caso de Ucrania. Trump ha dejado de cumplir con sus compromisos, después de los tres años de la agresión rusa a Ucrania. Ya el 24 de febrero de 2025, en el tercer aniversario de la agresión, cuando un grupo de 90 mandatarios internacionales acudieron a Kiev, Trump no asistió, ni ningún representante de su Administración, de tal manera que todos pudimos ver, unos días después, la humillación a Zelenski en el Despacho Oval de la Casa Blanca el 1 de marzo. De forma clara, cancela su ayuda a la defensa de Ucrania el 4 de marzo.
Esto va a exigir que la Unión Europea y antiguos socios y aliados, tanto de Estados Unidos como de Europa, establezcan un conjunto de relaciones de apoyo a Ucrania sustituyendo a los Estados Unidos. Quizás, las decisiones más sobresalientes han sido las adoptadas en Londres y en París por un grupo de Estados que van a crear la llamada “coalición de voluntarios”, en donde va a haber cerca de 30 Estados, algunos de los cuales, tanto de la Unión Europea como ajenos a esta, como Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Reino Unido y Noruega, se van a comprometer al envío de fuerzas armadas a Ucrania, en principio, aunque no únicamente, en el caso de que se alcance un alto al fuego y con objeto de garantizar la integridad territorial de Ucrania.
Por lo tanto, los 100 primeros días de la Administración de Trump podemos decir que están ayudando a consolidar a la Unión Europea como actor global, consiguiendo a su vez el apoyo de otros Estados, como pueden ser los de la Comunidad Política Europea, que se reunirán a mediados de mayo en Tirana (Albania) o el acercamiento llamativo del Reino Unido, Noruega y otros países. Especialmente esto se ha logrado con la política errática de aranceles adoptada el 2 de abril por Trump, aunque una semana después aplazara alguna de sus medidas, precisamente por las consecuencias negativas. Incluso, The Economist, en su último número del 26 de abril al 2 de mayo, ilustra un águila imperial americana malherida por las políticas de Trump, e indica que le quedan 1.361 días para irse. En todo caso, este tipo de medidas comerciales son antagónicas a la liberalización comercial que la Unión Europea promueve.
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Francisco Aldecoa Luzárraga es Presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo.