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El enésimo misterio sobre 'El abrazo' de Genovés: de los sótanos del Reina Sofía a la cumbre de la OTAN

Pedro Sánchez  y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, conversan ante la obra de Juan Genovés, 'El abrazo', símbolo de la transición, en su visita a las instalaciones del recinto Ifema donde se celebrará la Cumbre de la OTAN.

El cuadro de El abrazo de Juan Genovés es uno de los grandes símbolos artísticos de la Transición. En él aparecen figuras sin rostro —una seña característica del autor— que corren a abrazarse como si se encontraran, años después, en una estación de tren. El lienzo, pintado en el año 1976, habla de la reconciliación nacional, la de un país que aprende a reconocerse tras la caída de la dictadura. Esa imagen también se utilizó para la construcción del monumento de la calle Atocha de Madrid que se erigió en memoria de los nueve abogados laboralistas de Comisiones Obreras, que fueron asesinados en su bufete en 1977 por un comando de extrema derecha. 

Esta semana una réplica de ese cuadro ha adornado una de las principales salas de la cumbre de la OTAN, la llamada 'VIP Holding Room', destinada como zona de descanso y encuentro de los líderes. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha ejercido de anfitrión del encuentro para los principales dirigentes mundiales y, con el cuadro como principal reclamo de la sala, recibió allí el pasado martes al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. La cultura española ha estado muy presente durante esta cumbre, tanto es así que el Museo del Prado fue el enclave elegido para celebrar la cena de gala del miércoles.

Sin embargo el cuadro expuesto en la sede de la cumbre de la OTAN no es el original, a diferencia de lo que han trasladado algunos medios. Los organizadores de la cumbre se pusieron en contacto con el Museo Reina Sofía —actual propietario— para consultar sus medidas (151 por 201 centímetros), realizar fotografías y adecuarlo para la cumbre. Desde el Reina Sofía explican que los organizadores pidieron información también otros cuadros pero que, finalmente, solo han elegido dos de sus obras: el cuadro de Genovés y Un mundo, de Ángeles Santo. Asimismo, desde la familia también dieron el permiso oportuno para la exhibición de la imagen. "Dimos la autorización para la utilización de la imagen del cuadro, porque pensamos que el motivo de esta reunión en particular es la defensa de la democracia", exponen a este periódico.

He aquí donde empieza el misterio de esta historia. ¿Dónde está el original ahora? Según el Congreso (así lo trasladan tanto fuentes del departamento de prensa como presidencia), el original se halla ahora en el Reina Sofía, puesto que en el año 2018 lo devolvieron tras un breve paso por las dependencias de la Cámara Baja. Sin embargo, según el Reina Sofía, el original fue devuelto a la Cámara Baja en noviembre de 2021. En cuanto a la familia del autor, fallecido en 2020, también cree que se halla en los sótanos del museo, donde permaneció durante décadas.

El cuadro tendrá un nuevo destino en noviembre, según indica la familia: la obra será expuesta, junto a otros cuadros que formaron parte de la exposición de Chicago, en una exposición retrospectiva, que tendrá lugar en València. Pero antes, habrá que encontrarlo... e infoLibre lo ha hecho. ¿La respuesta al misterio? En el final de este artículo.

Un cuadro de ida y vuelta

El cuadro ha dado unas cuantas vueltas desde su nacimiento, explica la familia del autor. "Se pintó para una exposición temática en Chicago (EEUU) sobre la vindicación de la democracia en España", informan en conversación con infoLibre. Antes de que el cuadro saliera del estudio, Genovés, simpatizante de la Junta Democrática —una asociación que luchaba para que la democracia volviera a España, se legalizaran los partidos políticos y los presos políticos fueran liberados—, prestó su estudio a esta asociación para una reunión. En esa asamblea se decidió imprimir y vender el cartel con el objetivo de recaudar fondos.

"Entonces se le añade la palabra Amnistía. Es vendido ilegalmente, y su éxito es tal que es necesario hacer varias ediciones. Juan participó activamente en todo el proceso, lo que pagó con una semana de calabozo", explican. Mientras tanto, el cuadro viaja a Chicago para su exposición. Allí lo compra un coleccionista privado, al tiempo que llega la democracia a España. En ese momento, el Reina Sofia, que por entonces recibía el nombre de Museo Nacional de Arte Contemporáneo, trata de conseguirlo. "El Abrazo ya era muy popular en nuestro país y la dirección del museo decide pedirle a la galería que recupere el cuadro porque lo quería comprar para la colección del museo. La galería hizo las gestiones necesarias y, finalmente, consiguió de nuevo el cuadro y se lo vendió al museo", narran.

Una vez en España, propiedad ya del fondo del museo, el cuadro se guardó en los almacenes del mismo, sin ser exhibido, salvo para exposiciones concretas. "Juan contaba la anécdota de que los representantes de Comisiones Obreras del museo le llamaron para decirle que habían estado buscando su cuadro y lo encontraron muy escondido, apartado de todo", cuentan sus familiares. "Desde entonces el cuadro ha sido expuesto en muy breves ocasiones y ha visto la luz más en las casas de la gente como cartel que en la pared de un museo", lamentan.

Su paso por el Congreso (misterio resuelto)

La obra se pasó décadas en los almacenes junto a otras obras que no forman parte de la colección permanente del Reina Sofía. Esta situación forzó a Izquierda Unida (IU) a reclamar el cuadro para ser expuesto en las dependencias de la Cámara Baja. Así se acordó bajo la presidencia de José Bono en el Congreso. Sin embargo, no fue hasta enero de 2016 cuando el cuadro original llegó.

En un primer momento, la obra se expuso en el vestíbulo de uno de los Edificios de Ampliación del Congreso. Fue allí, precisamente, donde acudieron Pedro Sánchez y el expresidente de Ciudadanos, Albert Rivera, tras firmar su "acuerdo para un Gobierno reformista y de progreso” en 2016, que después no fructificó. A esa alianza se la denominó como Pacto del abrazo por el cuadro de Genovés. Más adelante la obra fue trasladada a la Sala Constitucional hasta el año 2018, cuando volvió al Reina Sofía con motivo de la exposición Poéticas de la Democracia.

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¿Pero dónde está ahora? Después de las consultas de este periódico a ambos organismos y tras la confusión inicial, el Congreso ha confirmado que el cuadro original volvió a la Cámara Baja a finales del pasado año. Se trata de una información que no había llegado a oídos de los servicios de prensa y tampoco a la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, que lo ha descubierto ocho meses después. "Es un contrato de depósito-comodato a 5 años. Renovable", explican desde el museo.

Desde Izquierda Unida creen que "tras varias décadas de vergonzoso olvido y de ostracismos por parte de sucesivos gobiernos y de los responsables del Reina Sofía, después de ver el brillo en los ojos tras las gafas de pasta de Juan cuando lo contempló colgado en dependencias parlamentarias, y después también del arduo trabajo que dedicamos desde IU para rescatarlo de los almacenes del museo, sería lamentable que al autor de una obra tan emblemática y a ella misma se les faltara de nuevo al respeto o su destino quedara simplemente al albur de meros caprichos políticos".

Por su parte, la familia del autor considera que Genovés no hubiera querido "que su obra se convirtiese en un símbolo dogmático inamovible". "Nuestra postura, como familia del artista, ante la obra y su utilización última, solo podemos decir que el arte nace y se crea para pensar. El arte revela, propone y refleja problemáticas, no soluciones. El arte no tiene potestad sobre la interpretación que de él se hace. El arte es democracia en estado puro, porque en el arte cabe todo. Lo grato, y lo ingrato", zanjan.

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