La amnistía pasa factura: la derecha avanza y la izquierda sufre en el centro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès (d), se reúnen en el Palau de la Generalitat, a 21 de diciembre de 2023, en Barcelona, Cataluña (España).

Rafael Ruiz

La primera encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) con trabajo de campo posterior a la investidura -y previa al anuncio de moción de censura en el ayuntamiento de Pamplona- deja una mayoría absoluta ajustada de la derecha de 178 escaños (sumando a UPN). Un análisis independiente de los datos del instituto público permite concluir que el Partido Popular ganaría las elecciones con el 37,0% de los votos y 153 asientos, dando continuidad a su línea alcista desde septiembre. Crece por cuarto mes consecutivo y esta vez sí, sumaría mayoría con Vox.

Los de Abascal toman aire tras varios meses de continuo retroceso y alcanzarían el 10,8% de los votos y 24 escaños, 9 menos que en los pasados comicios. Tras tocar suelo en noviembre, la formación verde se apunta una ligera recuperación en un contexto de fuerte fractura social. 

La amnistía abre una vía de agua en el electorado moderado de izquierdas y manda a la abstención a medio millón de votantes críticos con los pactos con Junts, la vuelta de Puigdemont y los acuerdos con los independentistas. El PSOE obtendría hoy el 29,0% de los votos y 111 asientos, retrocede casi 3 puntos respecto a julio y amplía la fuga de votos hacia la desmovilización y el PP. 

Sumar, tras un inicio de legislatura dubitativo, aguanta a lomos de la buena imagen de Yolanda Díaz y se estabiliza en el 12,3% y 34 escaños, pese a la ruptura definitiva con Podemos. Prima por ahora el papel de caballo ganador de la vicepresidenta sobre la debilidad de Podemos. Habrá que esperar hasta el próximo barómetro para conocer el resultado que lograrían los morados yendo por separado.  

En términos de bloques la resultante de todo ello es un incremento del voto a la derecha, hasta el 47,8%, y un retroceso del voto a la izquierda (sin contabilizar nacionalistas y regionalistas) hasta el 41,3%. Podemos verlo en el gráfico siguiente.

Un mes difícil para el PSOE 

Parafraseando a Ramón de Campoamor, "todo depende del color del cristal con que se mira". El resultado puede leerse desde Ferraz con desazón por una dinámica en la que se ha pasado en pocas semanas de la euforia a la preocupación, o puede leerse con relativa esperanza, toda vez que en el momento más delicado -aunque todo puede empeorar siempre- el descontento por las alianzas para formar gobierno y sus derivadas no han llevado el voto del PSOE por debajo del rubicón de lo no recuperable. La legislatura solo acaba de empezar y la mayoría pende de un hilo. 

El PSOE, y por extensión la izquierda, atraviesa dificultades en la franja central. En el eje ideológico del 1 al 10, los 8.700.000 electores que se autoubican en el 5 optarían en gran medida por PP y Vox (34% de voto directo) doblando prácticamente el resultado de PSOE y Sumar (18%), en una constante que se observa desde hace meses, lo que amplía aún más la brecha que ya se produjo en los comicios de julio. Hace cuatro años, en noviembre de 2019, la derecha quedó por detrás de la izquierda.  

Respecto a noviembre la mayor caída del PSOE se produce entre las mujeres y los jóvenes, mientras por encima de 35 años resiste mejor. De esta caída entre los jóvenes se benefician tanto el PP como, sobre todo, Sumar. 

Otro de los titulares que deja diciembre es precisamente el saldo entre el PSOE y  Sumar, por vez primera favorable a Sumar. 447.000 electores socialistas en julio de 2023 votarían hoy a Yolanda Díaz, mientras en el camino inverso 307.000 votantes de Sumar optarían por Pedro Sánchez. Dificultades por tanto para el PSOE en los dos lados.  

El PP sostiene el voto templado por ahora… Vox se recupera 

Feijóo sorbe y sopla al mismo tiempo, y por ahora le funciona. De un lado la transferencia de voto del PSOE al PP alcanza el 6,1%, o lo que es lo mismo, 474.000 votantes del PSOE en las últimas elecciones generales escogerían hoy la papeleta del PP. Esto consolida su hegemonía en el centro del tablero político. De otro lado, mantiene un balance positivo en el electorado más conservador: al PP le llega un 17,1% del voto de Vox en julio, 521.000 electores. En resumen, el PP capta un millón de votos a izquierda y derecha y en contrapartida la cifra de votantes del PP que escogerían hoy PSOE o Vox es muy minoritaria.  

Aun así, en el caso de Vox se producen movimientos importantes. Repunta en diciembre, y lo hace tras reducir la fuga al PP (del 24% al 17%) y aumentar su lealtad electoral (del 69% al 74%). Un salto significativo que se veía venir y deja pistas de lo que está ocurriendo. El escoramiento del PP -y del propio Feijóo- hacia posiciones más duras lleva el pulso al gobierno a un terreno abonado para Vox, y está por ver si es beneficioso o contraproducente para los populares a largo plazo. 

En el cuadro siguiente podemos observar los principales movimientos que se están produciendo entre partidos.

Díaz vuelve a ser la líder mejor valorada entre los españoles y la que más  tirón tiene entre sus votantes 

Uno de los aspectos interesantes de este barómetro era conocer si la ruptura de Podemos con Sumar pasaba factura a la imagen Yolanda Díaz, pero al igual que con la estimación de voto habrá que esperar aún otro mes para saberlo a ciencia cierta. Este barómetro apenas recoge el efecto del divorcio, al haberse realizado las últimas entrevistas el 6 y 7 de diciembre. En ese momento la valoración de la vicepresidenta permanecía inalterada: 4,3 de nota general entre el conjunto de españoles y 7,2 entre sus votantes. Exactamente el mismo resultado de noviembre.  

Sánchez (4,2 y 6,9) y Feijóo (4,1 y 6,9) mantienen su nota entre sus respectivos electorados, y Abascal (3,4 y 7,1) sigue fuerte en su público, aunque retrocede respecto a noviembre. 

La distancia entre política y ciudadanía aumenta 

La suma de menciones a los problemas políticos, el gobierno, los partidos, el mal comportamiento de los políticos y la falta de acuerdos es para el 44% de los españoles (y para el 60% de votantes del PP y el 68% de Vox) el principal problema al que se enfrenta España, muy por encima del paro, la economía y la calidad del empleo, que juntos alcanzan el 23% de menciones, prácticamente la mitad. Y esto en un contexto en que la economía del país se percibe de forma negativa por 6 de cada 10 españoles. 

Durante amplios periodos de nuestra historia reciente los indicadores económicos lideraron la lista de preocupaciones ciudadanas, pero ahora se impone la desafección y el miedo. Para unos la urgencia es cambiar al gobierno, para otros frenar la llegada de Vox a las instituciones, y para muchos de uno y otro lado la necesidad de que los dos principales partidos pongan freno a la espiral de enfrentamiento que amenaza con paralizar cualquier tipo de acuerdo de Estado. 

Que a la pregunta “¿cree Ud. que el desacuerdo con la proposición de ley -de  amnistía- que se debatirá en el Parlamento español justifica las manifestaciones convocadas por varias organizaciones de derecha y extrema derecha ante las sedes del PSOE?” más de 4 de cada 10 españoles responda que sí da una buena muestra de lo caldeado que está el ambiente y del estado de ánimo de un amplio porcentaje de ciudadanos, o bien desafectos del sistema o bien instalados en la guerra de trincheras que es la política actual. 

La otra España del votante de Vox

La otra España del votante de Vox

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*Análisis de Logoslab. Datos recalculados desde la propia matriz de resultados, cruzados por recuerdo de voto para eliminar el sesgo producido por el desfase entre  el voto real en urnas y el manifestado en el barómetro de diciembre del Centro de  Investigaciones Sociológicas.  

Rafael Ruiz es consultor y analista de datos en asuntos públicos en Logoslab.

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