Vistalegre II

Las áreas de Errejón que pueden cambiar de manos

Los números uno y dos de Podemos, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, acceden este martes al hemiciclo del Congreso.

Daniel Ríos

El futuro del errejonismo y de su referente, el todavía número dos de Podemos, Íñigo Errejón, se decide este sábado. Ese día, el recién renovado Consejo Ciudadano de Podemos se reunirá para elegir a los miembros de la nueva ejecutiva, así como a los nuevos integrantes de cada área de trabajo del partido. Previsiblemente, Errejón sufrirá una fuerte pérdida de influencia que podría verse traducida en su relevo tanto como secretario de Política del partido como de su cargo de portavoz de Podemos en el Congreso, pero además su corriente también podría perder varias de las áreas que ahora mismo controla en la formación.

La incontestable victoria de las tesis y la lista encabezadas por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en el congreso de Vistalegre II, ha dejado manos libres al sector pablista para reorganizar el partido a su gusto. Errejón, por el contrario, ha quedado en la cuerda floja: aunque Iglesias ha afirmado que lo quiere en su ejecutiva, no ha detallado el puesto que ocupará, y los dirigentes cercanos al hasta ahora número dos dan por hecho que dejará de ser secretario de Política, un área que podría incluso desaparecer. Fuentes del entorno de Iglesias, además, afirman que el líder tiene decidido relevar a Errejón como portavoz en el Congreso, aunque no el momento en el que lo hará.

No obstante, la influencia de Errejón en el partido no sólo viene del importante papel que ha desempeñado hasta el momento, sino que también está basada, en buena parte, en el hecho de que una importante cantidad de áreas de trabajo de Podemos están coordinadas por dirigentes afines al todavía secretario de Política. Dentro de la reorganización de las áreas que planean los pablistas, secretarías como las de Discurso y argumentario, Comunicación o Igualdad podrían dejar de ser controladas por el errejonismo, aunque Iglesias y los suyos están siendo muy cautos estos días y no ofrecen detalles sobre los cambios.

En el Consejo de Coordinación –la ejecutiva– saliente había cuatro dirigentes errejonistas, además del propio Errejón: el secretario de Internacional, Pablo Bustinduy; la secretaria de Coordinación Ejecutiva, Àngela Ballester; la secretaria de Rescate Ciudadano, Tania González; y la secretaria de Acción Institucional, Auxiliadora Honorato. Iglesias sólo ha confirmado que quiere que Bustinduy siga ejerciendo sus funciones como hasta ahora; las otras tres dirigentes, por lo tanto, están en el alambre y no se conocerá su destino hasta el sábado. Este martes, Errejón pidió a Iglesias que la ejecutiva refleje el peso de cada corriente –"en torno al 60%-40%", según señaló– en el Consejo Ciudadano.

Pero no sólo es la ejecutiva lo que está en juego. La cómoda mayoría absoluta de Iglesias en el Consejo Ciudadano le permite organizar las áreas de trabajo del partido como desee, y pese a que la actitud que ha expresado en público es la "generosidad" a la hora de integrar, algunos dirigentes errejonistas –que, no obstante, quieren ser cautos–se muestran convencidos de que el secretario general colocará a los suyos en áreas hasta ahora controladas por el sector próximo a Errejón.

La estrategia política y el discurso

Por lo pronto, señalan fuentes próximas a Errejón, el todavía secretario de Discurso, Jorge Moruno, no envió el lunes y el martes el argumentario que habitualmente remite a la cúpula del partido todas las mañanas, aunque el resto de la semana se enviará con normalidad. Ese área y, en general, la Secretaría Política de la que depende, encargada de establecer la línea estratégica y política de Podemos, son los departamentos con mayor peso político controlados por Errejón y los suyos. En los últimos días varios dirigentes pablistas han lanzado pistas sobre la eventual desaparición de la mencionada secretaría; el más explícito ha sido Juan Carlos Monedero, que ha calificado el cargo de secretario de Política de "disparate" y ha acusado a Errejón de actuar como "un secretario general bis".

Otro área clave que hasta ahora ha estado coordinada por los errejonistas y que, según fuentes del sector, temen perder, es la de Redes Sociales, liderada por Eduardo Fernández Rubiño. La estrategia comunicativa del partido, de hecho, podría cambiar de manos completamente si Iglesias decidiera poner a un dirigente de su corriente al frente del área de Relaciones con los medios, hasta el momento coordinada por el errejonista Jesús Gil, que no se presentó en Vistalegre II para revalidar su puesto en el Consejo Ciudadano. 

Igualdad, un área con notable visibilidad en Podemos, ha sido igualmente coordinada hasta el momento por Clara Serra, que encabezó la defensa de la propuesta feminista del equipo de Errejón en Vistalegre frente a la de pablistas y anticapitalistas, cuya cara más visible era la de la activista y diputada Beatriz Gimeno. Participación, el área encargada de proyectos como Impulsa –por el cual Podemos financia proyectos a través de las donaciones de parte del salario de sus cargos públicos– también ha estado en manos de los errejonistas hasta ahora: su principal responsable era Miguel Ardanuy, que no formará parte del nuevo Consejo Ciudadano del partido.

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El papel de Rita Maestre y Jorge Lago

También es seguro que el área de Finanzas cambiará de coordinador, puesto que el actual, el errejonista Segundo González, no va a ser miembro del nuevo Consejo Ciudadano, y lo mismo ocurre con Juventud –liderada hasta ahora por Eva Muñoz, también próxima a Errejón–  y Diseño –encabezada hasta el momento por la errejonista Sarah Bienzobas–.

En el alambre se encuentran, igualmente, las áreas de Cultura y Políticas Municipales, que han coordinado hasta el momento Jorge Lago y Rita Maestre, respectivamente. No obstante, tanto Lago como Maestre sí han revalidado su puesto como miembros del Consejo Ciudadano de Podemos, y en el caso de la dirigente –la octava candidata más votada– como número dos de la lista de Errejón, por lo que de inicio ella cuenta con mayores credenciales para seguir ocupando un puesto de responsabilidad en el partido.

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