Caso Mazón

Un Camps enredando y un cónclave del PPE salpicado por la dana: Valencia es ya la peor pesadilla de Feijóo

La exalcaldesa Rita Barberá y el expresidente Francisco Camps, pilotando un Ferrari en el circuito de Chest

La dirección nacional del Partido Popular se resiste a dejar caer al president valenciano, Carlos Mazón, pero ya lanza señales de que su tiempo se está agotando. A principios de la semana el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, admitía por primera vez que Mazón no "estuvo a la altura" durante la la gestión de la dana y, a finales de la misma, dejaba en el aire la celebración del congreso del Partido Popular Europeo (PPE) previsto para los días 29 y 30 de abril en València. La fecha y el lugar se decidieron el pasado verano, antes del fatídico 29 de octubre que dejó 227 fallecidos, de los cuales tres siguen desaparecidos, en la provincia de Valencia y de la errática gestión posterior de Mazón. Ahora Feijóo quiere cambiar el cónclave a Madrid o alrededores.

La excusa oficial del líder del PP es que, al haber pleno en el Congreso esa semana, él y sus diputados deben elegir entre acudir a votar a su escaño y secundar la sesión de control en Madrid o asistir al congreso del PPE en València, ya que el evento se celebra los días de mayor actividad de la Cámara. Feijóo criticó a la Mesa del Congreso, donde hay mayoría de PSOE y Sumar, por negarse a modificar el orden del día tras la petición de su grupo. Un argumento que, sin embargo, carece de fuerza ya que el PP tenía el calendario provisional desde el 16 de enero y la petición del grupo popular no llegó hasta el 4 de febrero, fuera del plazo.

El cambio de localización llega durante la peor crisis política que atraviesa su referente en la Comunitat Valenciana. Feijóo quiere evitar que Mazón ejerza de coafrintión en un cónclave al que acudirán las principales figuras del Partido Popular Europeo como la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, el líder del PPE, Manfred Weber o el próximo canciller de Alemania, Friedrich Merz, con quienes el conservador se reunió el lunes en Bruselas. Génova teme que se repitan los abucheos y protestas hacia Mazón en los actos públicos de la Comunitat Valenciana y que el president de la Generalitat se lleve todos los focos... y no para bien.

El propio Mazón es consciente de que la situación de debilidad en la que se encuentra ha sido clave para que Feijóo haya propuesto el cambio de localización, pero culpó a la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol de las "pegas" para mover los días de pleno. También dijo que no le "corresponde" a él modificar las fechas del cónclave y subrayó que es "un honor" pertenecer a la familia de los populares en Europa. Lo cierto es que más allá de las justificaciones públicas, las mentiras, los múltiples cambios de versión y la falta de previsión del jefe del Consell, sumado a la investigación liderada por la jueza de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, lo han convertido en un cadáver político a ojos de sus propios compañeros de partido.

Camps busca su momento para volver y aprovecha la debilidad de Mazón

Compañeros como el expresidente valenciano, Francisco Camps, que quiere regresar a la política institucional tras su absolución del caso de los contratos con Gürtel. Tras más de una década de viacrucis judicial, el expresident de la Generalitat Valenciana se muestra convencido de que el PP tiene una deuda con él y de que ya es hora de ajustar cuentas. El viernes, ante los micrófonos de Catalunya Ràdio, afirmó que él tiene "un proyecto" y que quiere que "el PP vuelva a tener fuerza y ​​sea un partido de masas": "Estamos intentando recordar la importancia de la militancia", dijo, aunque evitó cargar tintas públicamente contra Mazón.

A nadie en el PP valenciano se le escapa que Camps está aprovechando la presentación de su libro Reenfocando España (Libros Libres), para presentar una serie de actos en el que están participando excargos de las instituciones valencianas y antiguos cuadros del partido con los que busca influir en el rumbo del partido. Sus fieles dentro del partido están aumentando la presión hacia Mazón y el pasado martes lanzaron un manifiesto en el que llamaron a celebrar el Congreso ordinario del partido “tal y como marcan los Estatutos”, previsto para el próximo mes de julio y que ahora mismo está en el aire. Su objetivo, dicen es "reconstruir" y "reunificar" a los populares valencianos para que la formación sea "la casa de todos".

Según revela el diario ABC, existe un grupo de WhatsApp con cientos de personas en el que se organizan los actos y cenas privadas, incluso donde algunas de ellas han mostrado su malestar con la imagen del partido asociada a la gestión actual de Mazón. Estos cargos afines a Camps, entre los que está el expresidente del PP de Castellón, Carlos Fabra, quien se ha vuelto a afiliar al PP tras haber cumplido con su pena de cárcel por cuatro delitos fiscales, creen que el evento del día 12 de marzo en Alicante, tierra natal de Mazón, será clave para comprobar con qué apoyos cuenta el expresident de la Generalitat.

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Camps quiere volver al ruedo valenciano, donde se inició desde muy joven. El Ayuntamiento de Valencia fue su primera experiencia institucional tras ser apadrinado por la excalcaldesa de València, Rita Barberá, cuando ella era la delfina valenciana de la Alianza Popular de Fraga Iribarne. Después desempeñó cargos públicos en el Congreso, en el gobierno valenciano presidido por Eduardo Zaplana, en el de José María Aznar y finalmente en la Generalitat Valenciana como president, un cargo al que accedió en el año 2003. Camps abandonó el PP en 2011, pese haber ganado con mayoría absoluta meses antes, presionado por del Gobierno de Mariano Rajoy.

El motivo para apartarlo fue el conocido como caso de los trajes, en el que un jurado popular terminó por declararle "no culpable" del delito de cohecho impropio por el que estaba acusado. Luego llegó el caso Noós, en el que el TSJ valenciano rechazó su imputación. Y la financiación irregular del PPCV, donde compareció como testigo. Su nombre también se vinculó a la causa por las supuestas irregularidades en la construcción del Centro de Convenciones de Castellón, a la que se dio carpetazo "al no existir pruebas de supuestos delitos". Un archivo que también se decretó en el caso de los contratos para la visita del papa a València o en las investigaciones sobre la organización de la Fórmula 1.

Aunque Camps ha salido sin ninguna condena de todos esos procesos judiciales, en el PP nacional consideran que siempre se le asociará con ellos y no tienen intención de recuperarlo políticamente La falta de sintonía con Feijóo no impide que el expresident se reivindique desde hace meses como el mejor candidato a la alcaldía de València —son públicas sus discrepancias con la actual alcaldesa, María José Catalá, la mejor situada para relevar a Mazón—. Sin embargo, hasta la fecha ha evitado confrontar con el president de la Generalitat para que no le acusen de buscar dividir al partido. Pero Camps tampoco es ajeno a la debilidad del jefe del Consell y, llegado el caso, trataría de buscar su oportunidad. Su mensaje está claro: el 'campismo' sigue vivo.

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