Alberto Núñez Feijóo acudió a la sesión de control del pasado miércoles en el Congreso con el objetivo de evitar las "cortinas de humo" que, a juicio del líder del Partido Popular, lanza el presidente del Gobierno para tapar su "corrupción generalizada". Esa "cortina de humo" a la que hizo referencia Feijóo durante su turno de intervención era la masacre israelí de la población civil palestina que dura ya veinte meses. Pedro Sánchez le respondió recriminando la "falta de humanidad" del conservador ante un genocidio que ha acabado ya con las vidas de 52.000 palestinos, según la ONU, y deja cerca de 120.000 heridos y dos millones de desplazados.
Lo cierto es que en el último año y medio, la dirección del PP, con Feijóo a la cabeza, ha evitado posicionarse sobre lo que está sucediendo en Gaza, pero cuando no le ha quedado más remedio que hacerlo, ha tomado partido de manera clara por Israel. El PP ha justificado sistemáticamente sus acciones en nombre del derecho a defenderse, ha pasado de puntillas por los derechos de los civiles palestinos y, sobre todo, ha utilizado todas las oportunidades que ha tenido para criticar al Gobierno central, acusando falsamente a Sumar y a Podemos de apoyar el terrorismo de Hamás y a Sánchez de provocar, día sí y día también, crisis diplomáticas con el país hebreo.
El líder del PP nunca se ha mostrado particularmente interesado por la política exterior y tampoco está cómodo en determinados escenarios, como se ha visto con la elección de Donald Trump en EEUU, ante la que ha adoptado una prudente equidistancia. Jamás ha tenido un perfil internacional pese a su larga trayectoria política, y sus contactos se limitan a los que está desarrollando en el ámbito del Partido Popular Europeo y de sus aliados en Latinoamérica. Precisamente el miércoles coincidió con varios de ellos en un acto en el Ateneo de Madrid en el que participaron, entre otras personalidades, los expresidentes de Argentina, Mauricio Macri; de México, Felipe Calderón; de Colombia, Iván Duque, o de Ecuador, Jamil Mahuad. Un foro en el que se habló de la política latinoamericana, estadounidense y europea, pero en el que no se dijo nada sobre Palestina.
A la salida, y ante las insistentes preguntas de los periodistas, Feijóo demandó a Israel que "cesara" los ataques sobre la población civil y que facilitase la entrada de ayuda humanitaria, pero incidió en que la organización Hamás es la que está detrás de la "causa" del conflicto, al "usar al pueblo palestino de escudo para conseguir sus fines". Al día siguiente, en otro foro, destacó que era el Gobierno de Benjamin Netanyahu y no "el Estado de Israel" el que "está siendo absolutamente desproporcionado en sus actividades militares contra la población civil palestina, impidiendo ayuda humanitaria e incumpliendo el derecho internacional".
Feijóo, sin embargo, evitó respaldar la decisión de la Unión Europea de revisar su acuerdo comercial con Israel, como sí hizo el portavoz nacional del Partido Popular, Borja Sémper, que tachó de "razonable" ese "replanteamiento" de las relaciones internacionales con Netanyahu y calificó de "atrocidades" las acciones del primer ministro israelí, insistiendo en todo caso en el derecho de "Israel a defenderse". A esta crítica de Sémper le respondió, indirectamente, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, que calificó de "antisemitismo" las críticas a Israel, la "única democracia de Oriente Medio", mientras que el alcalde madrileño, José Luis Martínez Almeida, criticó que se tildara a Israel como un Estado genocida.
El giro de la UE pilla fuera de juego a Feijóo
El líder del PP evita posicionarse en el momento en el que la Unión Europa ha dado un giro respecto al Gobierno de Benjamin Netanyahu, al que sólo España, Irlanda y Bélgica se habían enfrentado políticamente, mientras importantes Estados miembros como Alemania o Polonia callaban o directamente respaldaban al israelí en su guerra indiscriminada en Gaza, también en Cisjordania o Líbano, para liberar supuestamente a los rehenes capturados por Hamás en los ataques de octubre de 2023. Ahora Polonia, dirigido por el conservador Donald Tusk, ha dado el visto bueno a reevaluar la relación con Israel, mientras que otros como países, como Suecia –cuyo presidente, Ulf Kristersson, también pertenece a la familia del Partido Popular Europeo–, llegaron a proponer sanciones individuales a algunos ministros, según señala la prensa comunitaria.
A petición de 17 de los 27 Estados miembros, la alta representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, decidió someter a revisión el acuerdo de asociación UE-Israel, el principal instrumento de intercambios políticos y comerciales entre la UE y el país hebreo. "Es necesario ejercer presión para cambiar la situación", explicó la jefa de la diplomacia europea tras una reunión de ministros de Exteriores. La decisión llegó esta semana ante la "catastrófica" situación humanitaria de Gaza, en palabras de Kallas, que sufre once semanas de bloqueo y la interminable invasión militar por Tel Aviv, vulnerando cualquier límite en las normas de la guerra.
El principal impulsor del cambio fue el Gobierno, también conservador, de Países Bajos, que se encontraba entre los más reticentes a cuestionar al Gobierno de Netanyahu. "La situación en Gaza nos obliga a dar un paso adelante”, escribió el ministro de Exteriores neerlandés, Caspar Veldkamp, un posicionamiento compartido por Austria, hasta la fecha también contrario a suspender este acuerdo. Por su parte, quienes sí han seguido oponiéndose a la revisión de los lazos comerciales con Israel son Alemania, en manos del conservador Friedich Merz, e Italia, liderado por Giorgia Meloni.
Mientras en Bruselas arrecian las críticas contra el Gobierno de Netanyahu y paulatinamente se abren paso las medidas planteadas hace más de un año por el Gobierno de Pedro Sánchez, la voz más autorizada de la UE, Ursula von der Leyen, guarda silencio sobre el Acuerdo de Asociación con Israel, pero también sobre el hecho de que Hungría haya abandonado la Corte Penal Internacional para eludir la orden de arresto sobre Netanyahu o sobre el bloqueo de Gaza desde hace once semanas. Tras los atentados de Hamás, sin embargo, tanto ella como su familia política en Bruselas se comprometieron a estar "del lado de Israel": "Nuestro apoyo a Israel nunca decaerá", reza el comunicado del Partido Popular Europeo publicado el 13 de octubre de 2023.
Ayuso y Aznar, con Netanyahu
Al tiempo que Feijóo trata de hacer equilibrios, Ayuso tiene una relación de notoria complicidad y respaldo mutuo con varios lobbies pro israelíes en España, que la reconocen como la principal figura en defensa de sus intereses. Desde su llegada a la Puerta del Sol, la presidenta ha intentado estrechar lazos con la comunidad judía, hasta el punto de que en enero de 2023 viajó a Israel para reunirse con dos ministros de Netanyahu. Y, antes de ser presidenta, Ayuso cambió su biografía de Twitter, ahora X, tras ser nombrada candidata del PP a la Comunidad de Madrid para eliminar de su perfil que era "amiga de Israel".
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Ayuso cuenta también con el respaldo de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside José María Aznar, quien a su vez ha apostado de manera clara por Netanyahu. Sus análisis son leídos con atención en Génova 13 y el expresidente del Gobierno ha dejado bien clara tanto su oposición a la creación del Estado palestino como su apoyo a Israel. La tesis de Aznar es que el Estado judío "lucha por su supervivencia" porque sus "enemigos quieren eliminar su existencia" y "la presencia de Estados Unidos".
Sin embargo, estos posicionamientos chocan con los sondeos y encuestas internas que manejan los conservadores, en los que aproximadamente la mitad de sus votantes no apoya la masacre perpetrada en Gaza. Según un estudio del Real Instituto Elcano, la mayor parte de la población española (60%) considera que la solución a la larga ocupación de territorios palestinos por Israel pasa por la existencia de dos Estados separados, y una inmensa mayoría (78%) es favorable al reconocimiento del Estado de Palestina que impulsa el Gobierno de Pedro Sánchez.
Feijóo también recibe presiones de la Iglesia española. El presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, pidió "gritar alto y claro contra el drama humanitario" de Gaza. "No cabe el silencio usando el argumento de que el Gobierno de España lo utiliza como escudo para ocultar otros problemas", denunció en X, en alusión a las excusas que había utilizado el líder del PP para evitar criticar lo que está sucediendo en Gaza.
Alberto Núñez Feijóo acudió a la sesión de control del pasado miércoles en el Congreso con el objetivo de evitar las "cortinas de humo" que, a juicio del líder del Partido Popular, lanza el presidente del Gobierno para tapar su "corrupción generalizada". Esa "cortina de humo" a la que hizo referencia Feijóo durante su turno de intervención era la masacre israelí de la población civil palestina que dura ya veinte meses. Pedro Sánchez le respondió recriminando la "falta de humanidad" del conservador ante un genocidio que ha acabado ya con las vidas de 52.000 palestinos, según la ONU, y deja cerca de 120.000 heridos y dos millones de desplazados.