Transexualidad
La importancia de llamarse Alex
Sancho Ortiz y Roberto Ruiz son los directores de Siempre fui Alex, un corto documental que nos presenta la realidad de un niño de 12 años como cualquier otro. Alex va al colegio, juega con su Play Station, duerme la siesta cuando está cansado y todos los recuerdos de su infancia son felices, como él mismo explica a cámara. Lo único que diferencia a Alex del resto de niños de 12 años es que él es un niño transexual.
La idea de que un niño trans es como cualquier otro niño de su edad es la que Ortiz y Ruiz quieren transmitir. "Todo su día a día es retratado de una manera poética, acompañado de la preciosa música de Peru Galbete", cuentan a infoLibre sus directores.
El proyecto surge a raíz de una conversación de Ortiz con una amiga que le "descubre" la existencia de esta realidad, "de los niños trans". El documental tiene como fin, además, sensibilizar a la sociedad sobre la existencia de esas identidades en edades que pueden ser complicadas, como la infancia y la adolescencia. Según la guía Abrazar la diversidad elaborada en 2015 por el Instituto de la Mujer –dependiente del Ministerio de Sanidad–, la incidencia del acoso escolar por motivos LGTBIfóbicos en España asciende a un 23%. De los jóvenes de entre 15 y 29 años, el 25% ha sido testigo alguna vez de agresiones homófobas en centros educativos y un 20% manifiesta rechazo a la diversidad sexual y de identidad de género.
La Fundación Daniela ha colaborado con Ortiz y Ruiz a la hora de llevar a buen puerto el proyecto. La organización, cuyo objetivo es precisamente terminar con la discriminación que sufre el colectivo de niños y adolescentes transexuales, es la que les pone en contacto con Alex, el protagonista.
El corto ya ha pasado por catorce festivales de todo el mundo y, según sus directores, "la respuesta en las proyecciones ha sido muy buena, con mucho cariño hacia el corto y hacia nosotros mismos". Sin embargo, el equipo ha lanzado una campaña de crowdfunding para poder "seguir mandándolo a festivales y que el mensaje llegue a más personas". "Teníamos un dinero para arrancar con la distribución, pero ya se nos ha agotado", explican Ruiz y Ortega.
Mediante el crowdfunding, los mecenas obtienen recompensas en función de su aportación: desde agradecimientos en los títulos de crédito, pasando por bolsos de tela y camisetas, hasta la aparición como colaborador especial en el corto.
"¿Cuál es el momento más feliz que recuerdas de tu vida?", le preguntan a Alex nada más comenzar el documental. El protagonista se lo piensa unos instantes y responde: "Todos son felices". Los directores describen a Alex en infoLibre como "un niño muy feliz, que no dramatiza nada y que sueña con ser ingeniero automovilístico".
"Nos ha dado una lección de vida demostrándonos que es feliz tal y como es, y que el único problema que hay es el que tiene la sociedad, que no quiere aceptar y entender esta realidad", sentencian los responsables del proyecto.